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¿Caza científica o masacre disfrazada?

A pesar que Japón afirma frecuentemente que la “caza científica” es una actividad sostenible y que no daña la recuperación de las poblaciones de ballenas, un reciente informe presentado por la Agencia de Investigación Ambiental, demuestra que la flota “científica” japonesa estaría capturando un altísimo porcentaje del total de los animales avistados. De acuerdo a cifras entregadas por el Instituto de Investigación de Cetáceos (ICR) de Japón, organismo encargado de desarrollar los programas de caza científica, entre el 24 de mayo y el 16 de agosto del presente año la flota ballenera operando en el Pacífico Norte bajo el programa JARPNII mató más del 75% de todas las ballenas avistadas en 10 mil millas náuticas de océano, entre las que se incluyeron ballenas minkesei, de Bryde y cachalotes.

El informe agrega que entre 2002 y 2006, la flota ballenera japonesa reportó el avistamiento de sólo 635 ballenas minke. Durante este periodo, el 80% de los animales observados fueron “muestreados” o cazados por Japón. En 2005, de un total de 114 ballenas minke avistadas, 100 fueron capturadas por la flota japonesa mediante metodologías letales. La situación no es mejor para otras especies. Cien de las 336 ballenas sei observadas durante la última temporada de caza fueron capturadas por la flota “científica” japonesa a pesar que la especie se encuentra clasificada En Peligro y se desconoce su abundancia poblacional.

Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva de Centro de Conservación Cetácea “las características comerciales de la caza científica japonesa la convierten en una actividad no regulada y no reportada que necesita ser eliminada con el fin de terminar con los constantes abusos de Japón a la Convención Ballenera y la moratoria sobre la caza comercial actualmente en vigencia a nivel mundial.” Para Cabrera, lo sucedido en el Pacífico Norte es un recordatorio sobre lo que pasará a partir de diciembre en el Océano Austral, donde Japón planea cazar cerca de 1500 ballenas, incluidas ballenas minke, aleta y jorobada. Al respecto, Cabrera agrega que “considerando que las ballenas son un recurso compartido por los países del hemisferio sur mediante metodologías no letales, es necesario que nuestros gobiernos adopten fuertes medidas para detener las intenciones balleneras de Japón en la región.”

Nota: Japón caza seis de las doce especies de grandes ballenas protegidas por la moratoria de 1986 sobre la caza comercial de ballenas, abusando de un vacío legal que le permite auto otorgarse cuotas de captura con supuestos fines científicos. En los últimos 19 años Japón ha cazado más de nueve mil ballenas en el nombre de la ciencia. Sin embargo, la comunidad científica internacional ha criticado duramente los programas de caza japonés por no cumplir con los objetivos establecidos por la Convención y utilizarlos para promover propaganda ballenera carente de fundamentos científicos serios.

Fuente: EIA