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Resumen día 1, Australia ante la Corte Internacional de Justicia por caza “cient�fica� de Ballenas

26 de Junio de 2013 – A las 4:00 a.m. hora de Chile se inició en La Haya, Holanda, la fase oral de la demanda australiana contra Japón en relación a la denominada caza “científica” de ballenas en la Antártica ante la Corte Internacional de Justicia. Estos se extenderán hasta el próximo 16 de Julio y constan de intervenciones de parte de Australia, Japón y Nueva Zelanda.

A continuación un resumen de algunos de los argumentos expuestos por la delegación australiana ante la Corte:

  • Las operaciones de caza “científica” de ballenas en la Antártica violan varios acuerdos internacionales relacionados a mamíferos marinos, en especial la Convención Internacional para la Regulación de la Ballenería (CIRB). Esta no es una posición aislada de Australia. Cuenta con el apoyo de un significativo número de miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), incluido el Grupo Buenos Aires, en diversas acciones diplomáticas que solicitan a Japón detener la caza “científica” de ballenas y respetar la moratoria global sobre la caza comercial adoptada en 1982.
  • La interpretación que hace Japón del Artículo VIII de la CIRB, que permite a los países auto otorgarse cuotas de caza de ballenas con fines científicos, es preocupante. Japón considera que ningún Estado u organismo puede interferir en la emisión de permisos especiales de caza “científica”. Si los más de ochenta países miembro de la CBI actuaran bajo esta visión ¿cuáles serían las consecuencias para la conservación de las ballenas?
  • La esencia de la demanda australiana se fundamenta en que el programa de investigación letal de ballenas de Japón en la Antártica, conocido como JARPA II, no cumple las características básicas para ser considerado científico pero si comercial.
  • Para Japón el único objetivo de la CBI es la caza de ballenas. La conservación es sólo un medio para un fin inevitable (la matanza). Sin embargo la mayoría de los miembros de la CBI no comparten esa postura y Japón no tiene derecho a imponer unilateralmente su visión a la Comisión para continuar con la caza comercial de ballenas. Japón ignora la evolución de los objetivos de la CBI y busca que sólo se limite a la entrega de cuotas de captura de ballenas.
  • Los permisos especiales son una excepción a las disposiciones de la CBI. Antes de la adopción de la moratoria, ningún país los emitió periódicamente y a escala comercial, como lo hace Japón desde la implementación de la moratoria.
  • Respecto al JARPA II, éste se desarrolla desde 2005, opera en un extensa área del Santuario de Ballenas del Océano Austral que coincide con las áreas de captura que Japón utilizaba antes de la moratoria sobre la caza comercial. Incluye la captura de tres especies de ballenas altamente migratorias: minke, de aleta (En Peligro) y jorobada (todavía no se implementa la captura de esta especie gracias a la presión internacional). Su carácter es indefinido, por lo que podría perpetuarse y las cuotas totales de captura superan en un 100 por ciento las establecidas bajo JARPA. Japón nunca entregó alguna justificación sobre el significativo aumento, pero éste pareciera estar más motivado por fuerzas del mercado, capacidad de procesamiento de la flota y otros factores políticos ajenos a la ciencia. Por ejemplo, la capacidad del congelador de la nave factoría, Nisshin Maru, es de 3200 toneladas, mientras que la producción de una ballena minke es alrededor de 400 kilos. El promedio de 800 ballenas que Japón busca cazar anualmente en la Antártica coincide con la capacidad de la nave, generando profundos cuestionamientos sobre los reales objetivos detrás de JARPA II.
  • El Comité Científico de la CBI reconoce el valor científico de diversos programas de investigación no letal de ballenas realizados bajo la CBI, incluido el realizado por la Asociación para la Investigación del Océano Austral (SORP), liderado por Australia. Sin embargo, ninguno de los programas de caza “científica” japonés ha sido aprobado por el comité. Por el contrario, en diversas ocasiones sus miembros han expresado profunda preocupación por su conducción y han afirmado que no son útiles para los objetivos de manejo de las poblaciones de ballenas de la Comisión. Tampoco cumplen con los lineamientos de la CBI para el desarrollo de programas de investigación científica.

 

“La Corte Internacional de Justicia Tiene una Oportunidad Única de Definir Qué Constituye Verdaderas Actividades Científicas” concluyó uno de los expositores australianos ante la Corte.

Las presentaciones orales del caso pueden verse en vivo en portal web de la Corte Internacional de Justicia y la ONU y los documentos presentados hasta la fecha por las Partes involucradas están disponibles para el público.

Fuente: Centro de Conservación Cetacea