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No se logró santuario pero ganó la democracia en la CBI

Tras más de una década de esfuerzos para sacar adelante la propuesta para la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur, la política de compra de votos de Japón en la Comisión Ballenera Internacional (CBI) bloqueó finalmente la creación de esta importante crea de conservación marina. Sin embargo los intereses balleneros fueron duramente derrotados tras la finalización de la dictadura del consenso impuesta por algunos países para tomar el control de este organismo internacional.

Con 65% histórico de apoyo, la iniciativa para la creación del santuario de ballenas del Atlántico Sur, liderada por el bloque de países latinoamericanos en la CBI – conocido como Grupo Buenos Aires – no pudo obtener el 75 por ciento de los votos necesarios para ser adoptada.

A pesar que sólo tres naciones tienen intereses directos en la reanudación de la caza comercial de ballenas (Japón, Noruega y Japón), más de una decena de países asociados a la compra de votos de Japón en la CBI lograron bloquear la adopción de la propuesta, evidenciando la urgente necesidad de que la comisión avance hacia la adopción de políticas que eliminen la corrupción al interior de este organismo internacional.

En 2011 el Reino Unido lideró una resolución orientada justamente a mejorar la gobernanza y transparencia de la CBI que contenía importantes medidas para evitar la condenable y negativa influencia de Japón en la Comisión. Lamentablemente países con intereses balleneros que buscaban imponer el consenso como único mecanismo de decisión de la CBI evitaron que la propuesta fuera sometida a votación y tras más de un día y medio de largas discusiones, la resolución se adoptó con modificaciones sustanciales que debilitaron sus objetivos a favor de los intereses balleneros.

Como resultado, la presencia en Panamá de representantes de gobierno incondicionales a Japón como Antigua y Barbuda, Benin, Kiribati, Nauru, Palau , San Kitts y Nevis, Santa Lucia, Togo y Tuvalu, detuvieron una vez más la creación del santuario durante el primer día de la asamblea anual de la CBI.

Sin embargo, intereses balleneros enfrentaron una dura derrota tras el cierre de la votación, ya que después de cuatro años los procesos democráticos de votación fueron rescatados de la mano y el liderazgo de los países latinoamericanos.

Al respecto Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea, coordinadora de la campaña Cero Caza de Ballenas y observadora acreditada ante la CBI desde 2001 afirmó que “habremos perdido el santuario en esta oportunidad pero gracias a los países de nuestra región rescatamos el derecho soberano de los países a presentar propuestas a votación cuando se aborden temas en los cuales evidentemente resulta imposible alcanzar el consenso, especialmente frente a la agresiva ideología política del gobierno de Japón y sus aliados”.

La ambientalista agregó que frente al complejo escenario que enfrentará la CBI mañana cuando deba decidir sobre propuestas para la renovación de cuotas de caza aborigen que violan la moratoria sobre la caza comercial – como la cuota para San Vicente y Granadinas y Groenlandia – resulta fundamental que éstas también sean presentadas a votación y no por consenso “con el fin de conocer cuáles países apoyan el fin encubierto de la moratoria sobre la caza comercial y cuáles mantienen un compromiso permanente con esta medida que ha sido clave para evitar la extinción de diversas especies de ballenas”.

Fuente: Centro de Conservación Cetacea