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Balleneros y conservacionistas indignados por decisión del gobierno islandés

Islandia. 12 de Diciembre de 2002 – El pasado mes de Octubre Islandia anunció que reanudaría la ballenería comercial, tan sólo un día después que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) aprobara su reingreso como miembro activo bajo la condición que no reanude la caza comercial de ballenas hasta después del 2006. La reincorporaron de Islandia se produjo aun cuando el país mantiene una reserva al párrafo de la Convención que tiene relación con la moratoria vigente sobre cualquier actividad de ballenería comercial. La declaración del gobierno ha generado una ola de rechazo tanto en la comunidad ambientalista como en la ballenera.

Por un lado, las organizaciones ambientalistas y operadores de turismo afirman que la actividad ballenera tendrá impactos negativos en las poblaciones de ballenas afectadas y en el flujo de turistas que viajan a Islandia con el fin de ver a estos gigantes en su medio natural, a través del Turismo de Observación de Cetáceos (TOC) o Whale Watching. Por otra parte, la comunidad ballenera está indignada debido a que tendrá que esperar al menos cuatro años más antes de poder reiniciar la caza comercial de ballenas.

Se esperaba que la decisión gubernamental complaciera a los balleneros islandeses, pero Kristjan Loftsson, jefe ejecutivo de la compañía ballenera Hvalur en Reykjavik, se encuentra lejos de estar satisfecho. La empresa mantiene detenidas sus embarcaciones y estaciones desde 1989, año que el gobierno islandés acató la moratoria acordada por la CBI en 1982. Según Loftsson, Islandia podría haber reanudado la caza comercial desde el año pasado, cuando solicitó por primera vez su readmisión en la Comisión. El empresario islandés encuentra inaceptable que la caza comercial no pueda iniciarse antes del 2006 y afirma que el gobierno simplemente trató de ganar el favor de la CBI al reconocer la moratoria.

Al otro lado del país, en la villa de Husavik, la industria turística local está preocupada por la decisión del gobierno, debido a que las actividades turísticas se encuentran centradas alrededor del TOC. Heimir Hardason, director de North Sailing, compañía dedicada al Turismo de Observación de Cetáceos afirmó que, “si el gobierno continua con esta actitud y reinicia las actividades balleneras, lo mejor que podremos hacer es cerrar inmediatamente”. Hardason agregó que “nosotros sabemos por la experiencia de Noruega que las actividades de caza comercial y el TOC no pueden realizarse en conjunto ya que las ballenas simplemente abandonan el lugar”.

Adicionalmente, los operadores turísticos afirmaron que su actividad es más rentable de lo que jamás fue la caza comercial de ballenas. La industria turística islandesa ha demandado que el gobierno examine los impactos que podrían tener las actividades balleneras para el turismo y el comercio internacional de esa nación.

De acuerdo a Hardason, “creemos que no existe ningún argumento que justifique reanudar la caza comercial de ballenas en Islandia…el tema es un asunto que tiene que ver con la soberanía, ya que el gobierno desea demostrar que puede hacer lo que quiera sin pedirle permiso a nadie”.

Más de una tercera parte del turismo que llega a Islandia durante el verano, es generado por las actividades de TOC. Los operadores turísticos estiman que su actividad genera unos ocho millones de dólares al año, mientras que la caza comercial generaba solamente entre 3-4 millones de dólares anuales antes de su prohibición de 1989.

La Ballenería es Inevitable

Por su parte Arni Mathiesen, Ministro de Pesca de Islandia, afirmó que los comentarios de la industria turística son “propaganda sin sentido”. De acuerdo a Mathiesen, la ballenería es inevitable debido a que estos animales afectan los stocks de peces del ecosistema marino. El ministro islandés afirmó además que, no se pueden realizar programas de investigación científica sin utilizar métodos letales por lo que la caza científica también es necesaria”.

Islandia y la CBI

Islandia abandonó la Comisión Ballenera Internacional en 1989, en rechazo a la moratoria implementada tres años antes por los miembros de la Comisión. Durante las dos pasadas reuniones de la CBI, Islandia solicitó su reingreso a la Comisión con una reserva al párrafo 10 (e) de la Convención que establece cuotas de caza iguales a cero para todas las especies de ballenas incluidas en el tratado internacional. La Comisión rechazó ambas solicitudes, pero en una reunión inter-sesional realizada el pasado mes de octubre en Cambridge, Inglaterra, Islandia solicitó nuevamente su reincorporación como miembro activo, siendo aceptado por 19 votos a favor y 18 en contra. Suecia, país que en Octubre apoyó la posición islandesa, declaró más tarde que su voto había sido un error y pidió al gobierno depositario de la CBI (Washington, EE.UU) que anule su votación.

Por su parte, el bloque latinoamericano, compuesto por México, Brasil y Chile votó en contra de la reincorporación de Islandia, estableciendo una clara política regional en favor de la conservación de estos gigantes marinos.

Fuente: Environmental News Network
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