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Científicos utilizan tecnología satelital para conocer más acerca de las ballenas jorobadas

Rio de Janeiro, Brasil. Diciembre, 2002 – Durante años, los científicos se han preguntado a dónde se dirigen las ballenas jorobadas después de aparearse durante la primavera en las cálidas aguas brasileras de la costa Atlántica, para reaparecer tres meses más tarde en las aguas que circundan la Antártica. Ahora un equipo internacional de investigadores lo está descubriendo tras haber colocado transmisores satelitales en ocho de estos grandes mamíferos. De acuerdo al grupo científico, ya se han descubierto nuevos y sorprendentes aspectos acerca de la ruta migratoria de esta especie, la cual viaja cada año más de 3800 kms de distancia mientras se dirige a la Antártica.

La investigación busca conocer la ruta migratoria y hábitos alimenticios de las ballenas jorobadas, con el fin de ayudar a promover el establecimiento de un santuario ballenero en el Atlántico Sur; una propuesta que ya ha sido presentada por el gobierno de Brasil en dos oportunidades ante la Comisión Ballenera Internacional, pero que no ha logrado alcanzar el apoyo necesario para su creación debido a la obstinada resistencia de las naciones balleneras.

Para Artur Andriolo, profesor de zoología de la Universidad de Juiz de Fora y miembro del equipo de investigación, “este es uno de nuestros principales objetivos, ya que conociendo sus rutas migratorias se podría justificar científicamente la necesidad de protegerlas”, declaró.

Sorprendentes Descubrimientos

Durante la investigación conocida como “Proyecto de Monitoreo Satelital de Ballenas”, expertos de EE.UU., Dinamarca y Brasil monitorearon un grupo de ballenas jorobadas fuera de las costas brasileras de los estados de Espíritu Santo y Bahía.

Dentro de los nuevos descubrimientos, los científicos destacan el canto de un macho adulto a un macho cría. De acuerdo a Sheila Simao, estudiante de acústica “nosotros nunca habíamos escuchado algo semejante; el canto del adulto se componía de tonos profundos y estables, mientras que el de la cría era chillón y fuera de tono”. Simao explica que esta nueva información es la base de importantes estudios futuros ya que el nuevo descubrimiento podría sugerir que los adultos enseñan sus cantos a sus crías o que las crías poseen su propio lenguaje.

Durante el trabajo en terreno, miembros del equipo se desplazaron a bordo de una balsa de goma junto a las ballenas para colocarles un trasmisor con la ayuda de una especie de arpón. Para adherirlo, el soporte del transmisor penetra la gruesa capa de grasa que poseen las ballenas. De acuerdo al grupo científico, la colocación del transmisor sólo causa una pequeña molestía a la ballena, pero en ningún caso representa peligro para la vida del animal.

Con el fin de prolongar la vida de las baterías (6 meses), los trasmisores se apagan cuando las ballenas se sumergen. El equipo regresará el próximo año para marcar más jorobadas y el proyecto se extenderá para incluir otras especies como la ballena minke y la poco estudiada ballena de Bryde.

“Si logramos identificar ciertas áreas sensibles, podremos recomendar que éstas sean protegidas bajo un santuario que se extienda desde el Atlántico Sur Brasilero hasta áfrica” afirmó el zoólogo Andriolo.

Ballenas Jorobadas en Peligro

El equipo de investigación escogió las ballenas jorobadas – conocidas por sus acrobáticos saltos y cantos misteriosos – porque son animales pacíficos que permiten que las embarcaciones se aproximen a ellas. Lamentablemente, la industria ballenera aprovechó estas características y en nombre del progreso, devastó las poblaciones mundiales de ballenas jorobadas, las cuales continúan en peligro a pesar de estar protegidas a nivel mundial desde 1966.

A pesar de haber sido una nación ballenera, en 1987 Brasil declaró ilegal la caza de ballenas en sus aguas y actualmente desarrolla exitosamente el turismo de observación de diversas especies de cetáceos, una actividad verdaderamente sustentable que beneficia directamente a las comunidades que lo realizan, promoviendo el turismo, la educación, la ciencia y la conservación marina entre otros.

Fuente: Antarctic Connection