Pesquería de kril y salmonicultura industrial amenazan a las ballenas en aguas antárticas
Por Juan Carlos Cárdenas (Centro Ecoceanos) y Elsa Cabrera (Centro de Conservación Cetacea)
El kril antártico (Euphausia superba) es un crustáceo similar a un camarón que se distribuye alrededor todo el Océano Austral, conformando más del 90 por ciento de la principal fuente de alimento de un sinnúmero de especies marinas como ballenas, pingüinos, focas y aves marinas.
De acuerdo con un estudio publicado en Geophysical Research Letters en 2016, su abundancia se está reduciendo significativamente debido al cambio climático y el aumento de los deshielos, entre otros factores. Las consecuencias para la supervivencia de las especies antárticas son preocupantes si se considera que la pesquería de kril antártico se está expandiendo rápidamente.
Los avances tecnológicos permiten que actualmente se puedan capturar miles de toneladas de este crustáceo de manera ininterrumpida con redes de arrastre. Naves provenientes de China, Noruega, Corea del Sur, Ucrania y Chile capturan kril antártico en cuatro áreas establecidas por la Comisión de Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR por sus siglas en inglés) en la Península Antártica.
Adicionalmente, la ausencia de medidas para regular las interacciones de la pesquería industrial de kril con ballenas en sus principales áreas de alimentación se está constituyendo como una grave una amenaza para la conservación de especies que aún no se recuperan de los impactos generados por la ballenería industrial.
Pesca de kril y ballenas, interacciones fatales
En 2020 y 2021, tres ballenas jorobadas juveniles (Megaptera novaeangliae) resultaron muertas en tres incidentes separados en las Orcadas del Sur Occidental debido a interacciones con naves pesqueras de kril. Éstos ocurrieron en el Área 48.2 de la CCAMLR, una zona que actualmente es considerada como el epicentro global de la pesca de kril.
Posteriormente, en enero 2022, investigadores de la Universidad de Stanford y Expediciones Lindblad registraron una congregación de más de mil ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) compitiendo directamente por su alimento con cuatro mega naves pesqueras de kril. El registro se constituyó como el mayor avistamiento de grandes ballenas desde que fueran diezmadas por la caza comercial. En el área también se registraron dos ballenas jorobadas, una ballena azul (Balaenoptera musculus), focas antárticas y miles de aves marinas.
El estudio posterior publicado en febrero de 2023 en la revista Ecology , alerta que este avistamiento no debe generar certezas sobre la recuperación de las ballenas de aleta debido al gran número de amenazas que enfrenta la especie. También cuestiona las operaciones de pesca de arrastre de kril en el Océano Austral respecto a si las medidas de conservación actuales son suficientes para mantener la salud del ecosistema marino. Y afirma que el Océano Austral ya no cuenta con la cantidad necesaria de kril para sostener la recuperación de las poblaciones de ballenas a niveles pre-caza industrial, incluso sin la presencia de la pesquería de kril.
Respondiendo a esta amenaza, la Comisión Ballenera Internacional (CBI), el organismo encargado de la conservación y manejo de los cetáceos a nivel global, solicitó al Comité Científico de la CBI un informe sobre la mortalidad incidental de las tres ballenas jorobadas en la pesquería de kril antártico ocurridos en 2021. Esto con el objetivo de comprender las potenciales razones de estas interacciones letales y generar recomendaciones. El reporte producido por el Comité Científico contiene medidas de mitigación entre las que se destacan, evitar que los buques pesqueros se acerquen a las congregaciones de ballenas alimentándose, usar tecnologías como dispositivos de exclusión y aplicar medidas de gestión como normas de alejamiento.
El insaciable apetito empresarial por el krill amenaza a las ballenas del fin del mund
Sin embargo, el pasado 23 de marzo la nave de la organización ambientalista Sea Shepherd registró dos naves pesqueras capturando kril muy cerca de un grupo de ballenas de aleta. De acuerdo con el capitán de la nave, Peter Hammerstedt, los dos super pesqueros no hicieron ningún esfuerzo por cambiar su rumbo e incluso parecía como si se hubieran dirigido deliberadamente hacia el grupo de ballenas, sabiendo que donde hay ballenas hay kril.
Las naves involucradas corresponden al súper pesquero Shen Lan de propiedad de la firma pesquera china Jiangsu Shen Lan Distant Water Fishing Co y el Antarctic Endeavor, de propiedad de la firma chilena Deris S.A, ex Pesca Chile. Esta última empresa está asociada a la compañía pesquera islandesa Brim EHF/HF Grandi Ltd, que ha estado históricamente vinculada a la empresa Hvalur hf, la única compañía que continúa cazando ballenas de aleta en aguas islandesas.
También está asociada con la Pesquera Frío Sur, de propiedad de la familia Del Rio, y la transnacional japonesa Nippon Suissan América Latina S.A. (Nissui Group), propietaria de Pesquera Emdepes, que opera en las regiones Patagónicas y subantárticas de Chile.
En 2014 Deris S.A. adquirió los activos pesqueros, incluyendo naves, de la quebrada empresa Pesca Chile, que había sido propiedad de la controvertida empresa PescaNova. Actualmente posee tres naves pesqueras que capturan y procesan kril en aguas antárticas y cinco embarcaciones que capturan y congelan especies demersales como bacalao de profundidad, merluza austral y de cola y cojinoba moteada, las que registran interacciones con mamíferos marinos como cachalotes y orcas durante sus operaciones en aguas australes chilenas.
Cabe destacar que las capturas y producción de aceite de kril antártico realizada por Deris S.A. cuentan con certificación ambiental entregada por Friends of the Sea (FoS) y que su gerente de calidad, Enrique Gutiérrez, señaló en 2019 que “la sustentabilidad es un elemento primordial para nuestro negocio.” Sin embargo, en 2021 las organizaciones chilenas Centro Ecoceanos y Centro de Conservación Cetacea denunciaron a la empresa certificadora FoS por promover una certificación fraudulenta y el fomento del sello “Whale Safe” o ballena segura, destinado a ser utilizado por empresas navieras de transporte de salmones de cultivo industrial (well-boats).
Un incierto futuro para las ballenas en la Antártica
Durante los últimos años el interés por capturar kril antártico ha aumentado debido a su creciente uso en el cultivo industrial de salmones como aditivo alimentario para colorear su musculatura y hacerlo más atractivo a los consumidores. Los monocultivos de salmón con base en Chile presentaron una expansión de sus producciones de 3.600% entre 2019 y 2020, y su incremento podría alcanzar 1,3 millones de toneladas anuales para 2023 en la Patagonia y áreas subantárticas del país.
Mientras la pesca industrial de kril antártico sigue aumentando, diversos estudios revelan que su abundancia continúa disminuyendo desde el cierre de la caza comercial de ballenas, probablemente debido a la pérdida de los servicios de reciclaje de nutrientes de las ballenas capturadas. La preocupación por la entrada de más naves a esta pesquería antártica podría llevar a sobre pasar el límite establecido por la CCAMLR de 620 mil toneladas anuales, o 2% del stock total de kril antártico. De acuerdo con el estudio de Geophysical Research Letter, esto ocurre en momentos que el calentamiento de las aguas australes y el derretimiento de los hielos antárticos podría disminuir el stock de kril antártico un 30% para finales de siglo.
El actual escenario de aumento de las densidades de ballenas y esfuerzo pesquero de kril significará que, a menos que adopten medidas de conservación efectivas, las interacciones entre las ballenas y las operaciones de pesca industrial de kril, incluyendo capturas incidentales y competencia directa seguirán intensificándose.
Notas:
- El kril y ballenas juegan papel fundamental en la salud y funcionamiento del ecosistema marino, fertilizando el océano y capturando dióxido de carbono (CO2). En 2009, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU., (NOAA por sus siglas en inglés) prohibió la captura de kril dentro de la ZEE de la costa Pacífico debido a la importancia de este crustáceo para el ecosistema marino.
- La Comisión de Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos es una organización internacional encargada de la conservación y gestión de los recursos marinos del Océano Austral, mediante medidas orientadas a regular la pesca en la región antártica. Sus objetivos son garantizar la explotación sostenible de los recursos marinos antárticos y la preservación de su biodiversidad.