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Por la conservación de los mamíferos marinos de Chile

Nos ha llamado poderosamente la atención en el comunicado de prensa emitido por el Museo Nacional de Historia Natural de Chile, entidad pública, por lo tanto basada en el financiamiento mediante los impuestos ciudadanos, la que fue publicada en varios medios de prensa nacionales, donde se descalifica el hallazgo realizado por el Centro de Conservación Cetacea (CCC) en la localidad costera de Los Muermos, X Región, señalando que las “primeras noticias fueron emitidas por personas que no son científicas y que no son zoólogos”.

Esta declaración expone una percepción y actitud anacrónica y excluyente de lo que significa el trabajo de investigación y conservación de nuestro patrimonio biológico.

En un mundo globalizado, las organizaciones de ciudadanos llevan más de tres décadas de exitosas alianzas y complementaciones con la comunidad científica y centros de investigación, unidos en las tareas de información pública, educación ambiental, generación de políticas de conservación y manejo sostenible, junto a la búsqueda de fuentes de financiamiento.

Por ello el continuar señalando que la investigación de nuestra diversidad biológica marina es una prerrogativa exclusiva de un pequeño grupo de personas encargadas de definir quienes pueden o no pueden realizar actividades de búsqueda de información y recolección en terreno, nos parece una actitud parroquial que desconoce lo que sucede fuera de sus laboratorios o museos.

El trabajo cooperativo entre las instituciones gubernamentales, multilaterales, científicas, comunidades costeras locales, pescadores y la sociedad civil, es fundamental para avanzar en cualquier área del conocimiento científico y social, más aún cuando los recursos humanos y financieros destinados para la investigación científica de nuestros recursos y ecosistemas naturales son escasos.

Australia, Nueva Zelanda, el Reino Unido constituyen sólo algunas naciones líderes en políticas de conservación y manejo sostenible, gracias a la implementación de programas de investigación marina de carácter cooperativo entre las distintas entidades sociales.

Para CCC el trabajo cooperativo entre entidades gubernamentales, científicos, sociedad civil organizada, usuarios y consumidores, constituye la única forma de encarar los desafíos de la conservación de nuestro patrimonio natural marino.

Por ello CCC trabaja de manera directa con comunidades costeras, entidades de gobierno encargadas de los temas marinos, organizaciones nacionales e internacionales que lideran los temas de conservación e investigación marina, y medios de comunicación nacionales y extranjeros. A ello se unen un gran número de personas que anónimamente se han comprometido y trabajan a nivel local en este esfuerzo de conservación nacional.

Podemos señalar que nuestra organización participa activamente en reuniones internacionales de la Comisión Ballenera Internacional y la CITES; trabajamos en forma cooperativa y respetuosa junto a entidades de gobierno como Cancillería y SERNAPESCA; contamos con el apoyo financiero del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW); tenemos el patrocinio de la DIRECTEMAR en el proyecto Ballena Franca Austral/Chile; y trabajamos conjuntamente con las principales organizaciones civiles de Brasil, Argentina y Uruguay encargadas de la investigación, conservación y desarrollo de un turismo de observación de ballenas regulado y responsable, entre otras actividades.

Por ello nos encontramos sorprendidos ante el tono y enfoque de consecutivos artículos aparecidos en The Clinic y La Nación. Pensamos que ellos no constituyen un avance hacia el fortalecimiento de trabajos de conservación cooperativos, tolerantes y respetuosos, que obviamente beneficiarían la defensa de nuestros mares y las comunidades costeras.

Desconocemos el objetivo real detrás de las críticas publicadas por ambos diarios, pues el trabajo desarrollado por CCC se enmarca dentro de la metodología científica, constituida por la observación y el planteamiento de hipótesis, es decir una “suposición tentativa sobre algo falso o verdadero”, la cual debe ser comprobado en las etapas de experimentación del método científico. Y con esa finalidad facilitamos las muestras a la comunidad científica interesada.

Por lo tanto, las críticas publicadas por los artículos en The Clinic y La Nación carecen de fundamentos serios y son poco profesionales. Más que críticas, parecieran tener como objetivo final desprestigiar el trabajo y los profesionales del equipo de CCC.

TRABAJO CIENTIFICO

Para dejar en manos de expertos el trabajo de identificación del hallazgo de Los Muermos, CCC ofreció muestras de tejido al Museo Nacional de Historia Natural. Sin embargo el personal del Museo decidió viajar directamente a la X Región y realizar un trabajo independiente.

Ante la particularidad de este tipo de hallazgos, diversos científicos internacionales se ofrecieron a pagar el envío y analizar gratuitamente las muestras de tejido con el fin de identificar su origen. En referencia a declaraciones existentes en el artículo de La Nación, lamentamos que anteriores hallazgos similares en nuestras costas hayan pasado inadvertidos para la opinión pública chilena y la ciencia internacional.

Dentro de los científicos que se contactaron con CCC, existen hasta el día de hoy algunos que apoyan legítimamente la hipótesis que los restos podrían pertenecer a una especie de cetáceo, mientras otros sostienen que podrían pertenecer a un tipo de cefalópodo de grandes dimensiones.

Ante la legítima diversidad de posturas y el interés demostrado por la opinión pública, decidimos compartir las muestras de tejido con expertos de la comunidad científica internacional interesada en desarrollar la etapa de análisis en laboratorio para determinar el origen del hallazgo de Los Muermos.

La entrega de muestras a científicos en el extranjero con posturas bastante antagónicas no generó ninguna clase de resentimiento o molestia por parte de los receptores de la muestras de tejido, por lo que no deja de sorprendernos las fuertes declaraciones posteriores en la Nación y los comentarios falsos e irrespetuosos de The Clinic.

En ningún momento nuestra intención fue desprestigiar la labor de los científicos nacionales ni la calidad de los laboratorios del país. Por el contrario, creemos que el trabajo realizado tanto por el Museo de Historia Natural como por los científicos en el extranjero, es una excelente oportunidad para incrementar el interés de la ciudadanía por aprender acerca de las especies marinas y para abrir un espacio de debate tolerante y respetuoso entre científicos, donde Chile tenga una presencia relevante.

Para CCC, facilitar el acceso de las muestras a los científicos interesados es la forma más efectiva y correcta para obtener una respuesta definitiva sobre el origen del hallazgo de Los Muermos. Adicionalmente, la distribución de muestras es una práctica común entre la comunidad científica adaptada a los cambios de una sociedad globalizada.

La reacción del biólogo Paolo Sanino del Centro Científico Leviathan en La Nación no es coherente si consideramos que en 1998, Leviathan envió muestras de piel y grasa provenientes de delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) obtenidas en aguas chilenas al Institute for Cetacean Research (ICR) con el fin de realizar análisis genéticos.

Importante es destacar que el ICR es una organización dependiente del gobierno de Japón, encargada de implementar los programas de “caza científica” que dicho país desarrolla en aguas del Pacífico Norte y del Santuario Ballenero ubicado en aguas Antárticas, donde son capturadas anualmente cientos de ejemplares de diversas especies de ballenas.

TRABAJO ACTUAL

Ante la confirmación de los expertos del Museo que los restos corresponden a un cachalote, podemos agregar que la mayoría de los científicos internacionales colaborando con CCC ya se han comunicado con nosotros para expresar su respeto hacia la opinión de los expertos nacionales e informarnos que continuarán adelante con los análisis genéticos para determinar con mayor certeza el origen de los restos de Pinuno.

Nuestra labor continuará siendo informar a la opinión pública sobre las metodologías utilizadas y los resultados obtenidos en el extranjero por quienes aún continúan interesados en realizar mayores análisis a las muestras de tejido del especimen de Pinuno.

Si todos los resultados concuerdan, millones de personas alrededor del mundo habrán tenido la oportunidad de conocer como lucen los restos de ballena cuando se descomponen en el océano.

Como miembros de una entidad gubernamental encargada de promover la ciencia y la educación pública, nunca imaginamos que personal del Museo no fuera a apoyar una postura que refuerza la importancia de aumentar el conocimiento de las ciencias marinas en Chile.

Consideramos que estas declaraciones constituyen un grave retroceso en la implementación de un trabajo cooperativo que nos permita resolver efectivamente los problemas actuales que afectan el desarrollo de programas científicos y la generación de políticas de conservación marina en el país.

En caso que el resultado de alguna de las muestras enviadas al extranjero no concordara con los restos de un cachalote, no será la primera vez que la comunidad científica se encargue de abrir un interesante debate – que de cumplir con las mínimas normas de profesionalismo y respeto – promete ser enriquecedor y positivo para quienes participen en él.

Reprochar, disminuir o incluso tratar de desincentivar este sano debate, constituye una preocupante obstrucción al desarrollo de las ciencias marinas en nuestro país y el mundo.

Al no incentivar la participación activa de la ciudadana y no reconocer el rol fundamental que tiene la sociedad y las organizaciones civiles en el efectivo desarrollo de iniciativas orientadas hacia la conservación marina, la postura de los científicos del Museo es preocupante pues evidencia una postura alejada de la ciencia moderna y las tendencias mundiales.

POSICION DE CCC

Actualmente, nuestra labor respecto al hallazgo de Los Muermos debería limitarse a mantener informada a la opinión pública sobre las metodologías utilizadas y los resultados obtenidos por los científicos en el extranjero.

Pero lamentablemente, los artículos publicados no se limitaron a criticar nuestro trabajo, sino a desprestigiarlo e incluso ridiculizarlo.

Ante estos ataques injustificados, creemos que es muy importante entregar nuestro punto de vista con el fin de defender nuestro derecho a réplica y a continuar con nuestro trabajo en un marco de cooperación, profesionalismo y respeto entre la ciudadanía y las organizaciones relacionadas a los temas marinos.

Tenemos la certeza que ésta es la única manera de avanzar efectivamente hacia la conservación de los océanos y hacia el enriquecimiento educativo y social de nuestra especie.

Por: Elsa Cabrera, Directora, CCC.