Menu Close

Primer ministro japonés se opone a abandonar la CBI

Sin embargo el pasado 2 de Julio, el primer Ministro japonés Junichiro Koizumi declaró su gobierno no debería abandonar la Comisión Ballenera Internacional (CBI) sino continuar buscando apoyo dentro de los miembros de la Comisión con el fin de reanudar próximamente las operaciones de caza comercial de ballenas.

Estas afirmaciones se contraponen a las declaraciones realizadas el mes pasado por oficiales del gobierno japonés que afirmaban que el gobierno nipón estaría considerando retirarse permanentemente de la CBI o negarse a pagar las cuotas anuales que le otorgan el derecho a votación, luego de aprobarse la Iniciativa de Berlín.

De acuerdo al Ministro Koizumi, “no es bueno retirarse de la CBI solamente porque uno se opone a las nuevas medidas tomadas por la Comisión”. Koizumi agregó que “deberíamos realizar esfuerzos para que nuestra postura sea comprendida sin necesidad de retirarnos”.

Posiciones Antagónicas

La reunión de Berlín expuso las profundas diferencias existentes entre los países que apoyan la caza comercial de ballenas, liderados por Japón, Noruega e Islandia, y aquellos que como Australia, el Reino Unido, Nueva Zelandia, Brasil, Argentina, México, Perú y Chile, entre otros, buscan reafirmar el derecho soberano de las naciones a utilizar de manera no letal las poblaciones de ballenas que navegan las océanos del mundo.

Desde 1986 la caza comercial de todas las especies de ballenas se encuentra prohibida por una moratoria acordada por la mayoría de los miembros de la CBI en 1982, incluido Japón.

Sin embrago, el gobierno nipón continua cazando más de 700 ballenas anualmente en aguas del Pacífico Norte y Santuario Ballenero Austral debido a que la Convención permite que los países se otorguen cuotas de caza con fines científicos.

Los programas caza científica dirigidos por el Institute for Cetacean Research (ICR), organización gubernamental japonesa, han sido duramente criticados debido a que carecen de fundamentos científicos sólidos y son utilizados para mantener activo el mercado interno de carne de ballena.

Fuente: Reuters