28 de Agosto de 2015 (CCC News) – Más de 100 ballenas fueron cazadas por Japón durante las últimas diez semanas, como parte del programa de caza “científica” del gobierno de ese país en el Pacífico Norte (denominado JARPN II).
De acuerdo a información proporcionada por la Agencia de Pesca de Japón, 90 ballenas sei y 25 ballenas de Bryde fueron capturadas desde el inicio de la temporada de caza el pasado 11 de Junio. La primera especie se encuentra clasificada En Peligro por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y sobre la segunda no existen datos suficientes para determinar su estado de conservación. Al igual que todas las especies de ballenas, éstas se encuentran protegidas de la caza comercial por una moratoria global implementada desde 1986 por la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Sin embargo, el gobierno de Japón argumenta que estas capturas son de carácter “científico” y por lo tanto estarían exentas de la moratoria. Argumento que fue demolido por el máximo tribunal internacional, la Corte Internacional de Justicia, que en marzo de 2014 sentenció que la caza “científica” de Japón en Antártica viola la moratoria y por lo tanto es ilegal. A pesar que el fallo se limitó a las operaciones balleneras de Japón en el Océano Austral, el programa de caza “científica” de Japón en el Pacífico Norte contiene elementos comerciales similares que el ilegal programa ballenero antártico.
Propaganda Ballenera y Reales Motivaciones Detrás de la Caza “Científica”
La Asociación Ballenera de Japón (JWA por sus siglas en inglés) , que representa los intereses privados de este cuestionado sector y que tiene vínculos cercanos con el organismo encargado de ejecutar los programas de caza “científica” de ballenas – el Instituto de Investigación de Cetáceos (ICR por sus siglas en inglés) – ha señalado sistemáticamente que estas operaciones son parte de la cultura de la nación asiática. En Octubre de 2014, las verdaderas intenciones de la política ballenera de Japón quedaron en evidencia tras la publicación de un video en inglés cargado de propaganda, donde se afirma que las ballenas son un recurso marino abundante que amenaza la disponibilidad de alimento para el consumo humano por lo que habría que cazarlas para mantener el “equilibrio marino”.
Un mes más tarde el comisionado de Japón ante la CBI, Joji Morishita, afirmó en una conferencia de prensa que la política ballenera de Japón en un tema de “identidad nacional” y que ésta es apoyada internamente incluso por quienes no tienen intereses en la industria ballenera, porque “si perdemos en este tema ¿cuál es el poder diplomático de Japón o qué es la diplomacia japonesa?”.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea, las declaraciones de Morishita y las continuas campañas de propaganda ballenera impulsadas con el apoyo del gobierno de Japón a nivel internacional demuestran que las operaciones balleneras encubiertas de “ciencia”, como la reciente temporada de JARPN II, no son más que una fachada para encubrir actividades ilegales con el fin de asegurar sus intereses geopolíticos en Antártica y alta mar, así como demostrar influencia política en este tema”. Cabrera agregó que corresponde a los países miembro de la CBI “condenar duramente estas matanzas y avanzar hacia el cierre definitivo de los vacíos legales que son utilizados por Japón en la CBI para continuar desarrollando operaciones balleneras ilegales”.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea, The Japan Times, Foreign Correspondents’ Club of Japan