26 de Octubre de 2011 – Representantes de la Instituto de Bienestar Animal de Estados Unidos y la Sociedad para la Conservación de Delfines y Ballenas del Reino Unido denunciaron que a pesar de la prohibición de global sobre el comercio internacional de carne y productos de ballena, ésta es comercializada en la zona de embarque del aeropuerto de Keflavik a consumidores que sin saberlo arriesgan severas penas y multas cuando arriben a su destino final por importación ilegal de especies protegidas.
Ambas organizaciones informaron que recientemente pudieron adquirir filetes de carne de ballena en una de las tiendas localizadas en la zona de embarque del aeropuerto internacional de la nación nórdica. De manera encubierta, los representantes de las organizaciones compraron en dos oportunidades distintas carne de ballena y en ambas ocasiones ningún personal del local comercial entregó información verídica sobre la compra. Al contrario, aseguraron que el producto podía importarse en Estados Unidos.
Sin embargo, cualquier viajero enfrenta penas de arresto y acciones legales bajo la legislación norteamericana por tráfico ilegal de la vida silvestre. De manera similar la gran mayoría de las naciones adheridas a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), que prohíbe el comercio internacional de especies de ballenas y suma más de 170 países miembro, aplicarían sanciones similares.
En el caso de Chile, cualquier comprador nacional que viaje a Islandia y compre carne de cetáceos con el fin de introducirlo al país, no sólo estaría violando la legislación internacional sino la ley de protección a cetáceos ( Ley 20.293 de Octubre de 2008) que penaliza la mantención y el transporte de partes y productos de cetáceos en todo el territorio nacional, informó Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea.
La denuncia sobre la venta de carne de ballena en el aeropuerto islandés se produce a pocos días que ese país exportara más de 100 toneladas de carne de ballena de aleta, un especie clasificada En Peligro, a Japón. A pesar que Islandia forma parte de la CITES, al igual que Japón y Noruega mantienen una objeción a la moratoria sobre el comercio internacional que les permite evadir la medida.
En Julio pasado el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, anunció que su gobierno podría aplicar sanciones comerciales a Islandia por sus actividades balleneras, pero en septiembre anunció que limitaría las acciones a iniciativas de carácter diplomático que han demostrado ser absolutamente ineficientes.
De acuerdo a las organizaciones denunciantes el Departamento del Interior de EEUU está revisando una nueva solicitud relacionada a la exportación de más de 1,500 toneladas de carne de ballena a Japón y otros países en los últimos años con el fin de elaborar recomendaciones a la presidencia norteamericana relativas al socavamiento de la efectividad de la CITES por parte de Islandia. Ante las crecientes evidencias, los grupos ambientalistas están demandando sanciones comerciales contra este país.