Los Angeles, Estados Unidos – Tras recibir el máximo galardón al mejor documental del año durante la pasada entrega de los premios Oscar, el equipo realizador del documental “The Cove” liderado por su director, Louie Psihoyos, denunció la venta ilegal de carne de ballena en un elegante restaurante japonés de Santa Mónica llamado The Hump.
La denuncia se fundamenta en lo resultados de una investigación iniciada en Octubre por parte del equipo de “The Cove”, quienes visitaron en diversas oportunidades el restaurante norteamericano, conocido por ofrecer “aventuras culinarias” a su pudiente clientela.
Tras obtener la confianza de los administradores y el chef del lugar, los documentalistas ordenaron “kujira” (cushirá) o carne de ballena del excéntrico menú con el fin de recolectar muestras que fueron posteriormente enviadas a Scott Baker, investigador y genetista de la Universidad Estatal de Oregón en Estados Unidos. Tras los análisis Baker confirmó que la carne correspondía a ballena sei, una especie clasificada En Peligro y que actualmente es cazada por Japón en el Pacífico Norte con supuestos fines de “investigación científica”.
Tras la denuncia, las autoridades federales levantaron cargos legales en contra de Typhoon Restaurant inc., empresa filial de The Hump, y del chef del lugar, Kiyoshiro Yamamoto, por la venta ilegal de carne proveniente de especies protegidas bajo la legislación norteamericana. El delito podría resultar en una sentencia de un año de prisión para Yamamoto y una multa superior a los 200.000 dólares para la empresa.
Todavía se desconoce el origen de la carne vendida ilegalmente, pero una investigación en curso busca identificar a los responsables así como averiguar si este sería un caso aislado o se trataría de una red de comercio ilegal de productos de ballena.
La denuncia, que ha acaparado la prensa norteamericana, se hizo pública tras el cierre la semana pasada de una reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en San Petesburgo (Florida), donde se abordó una propuesta que busca reanudar la caza comercial de ballenas y que podría aumentar el tráfico ilegal de estas especies, e incluso levantar la moratoria sobre el comercio internacional de carne y productos de ballenas actualmente vigente.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea y observadora acreditada ante la CBI, “resulta alarmante comprobar que el comercio ilegal de ballenas continua a pesar de las estrictas restricciones existentes sobre su caza y comercio internacional. Pero más preocupante resultan las implicancias que tendría para la conservación a largo plazo de las poblaciones de ballena la adopción de una propuesta inmadura en el seno de la CBI que no considera mecanismos vinculantes para evitar una escalada del tráfico ilegal de carne y productos de cetáceos en caso reanudarse la caza comercial de estos mamíferos marinos.”