A pesar de las informaciones que afirman que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) ha fracasado en asegurar la conservación de las ballenas, el rechazo de los países a la propuesta de negociación para definir el futuro de la CBI evitó la eliminación del logro más importante del derecho ambiental internacional: la moratoria sobre la caza de comercial ballenas.
Después de dos días de negociaciones a puerta cerrada y sin la participación de la sociedad civil, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) reunida en Marruecos, rechazó una controversial propuesta de negociación para definir el futuro de este organismo internacional.
La propuesta, que buscaba levantar de facto la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, legalizar la denominada “caza científica” que realiza Japón en el Santuario de Ballenas del Océano Austral y entregar cuotas de captura arbitrariamente para satisfacer intereses políticos y económicos, fue rotundamente rechazada por la mayoría de los miembros de la CBI, incluyendo los países de América Latina reunidos en lo que se conoce como Grupo Buenos Aires (GBA).
La comisionada de Argentina, embajadora Susana Cerutti, afirmó a nombre del GBA que “la propuesta debilita la moratoria, no impide el comercio internacional de productos de ballenas, establece cuotas ad hoc, legitima la caza científica, no disminuye significativamente el número de ballenas cazadas y los costos operacionales de los sistemas de vigilancia y monitoreo tendrán que ser asumidos por todos los miembros de la CBI”.
En relación a la propuesta presentada por el presidente y vicepresidente de la CBI en abril pasado, la embajadora también aseveró que “No es una cuestión de números sino un problema de enfoque. El documento sólo contiene promesas sobre temas fundamentales como el artículo V (objeciones) y artículo VIII (caza científica) por lo que no resulta satisfactorio para los intereses de los países del GBA”.
Por su parte, el comisionado alterno de Chile, José Fernández, destacó las declaraciones de la embajadora Cerutti y enfatizó que “no es catastrófico no llegar a un acuerdo en esta reunión”. La afirmación se relaciona a innumerables comunicados de prensa publicados antes de la reunión de Marruecos donde diversos promotores de la propuesta afirmaron que de no alcanzarse un acuerdo en Agadir la CBI colapsaría.
Fernández continuó afirmando que “la política de Chile refleja el sentir de la ciudadanía de todas las edades y todas las condiciones, y ésta es defender la moratoria y el uso no letal (de las ballenas) como la única medida de uso de las poblaciones de cetáceos”.
En consecuencia la CBI acordó establecer un “periodo de enfriamiento” para reflexionar y evaluar cómo avanzar hacia el futuro de la CBI. Para las naciones conservacionistas, que son la mayoría de los miembros de la Comisión que participan de manera autónoma e independiente (sin la presión de la compra de votos denunciada recientemente por el diaro Sunday Times) resultó evidente que el trabajo de la CBI debe ser enfocado hacia su modernización como el organismo encargado de la conservación efectiva y gestión no letal de las poblaciones de cetáceos en el siglo XXI.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea y observadora acreditada en a reunión de Marruecos, “las naciones balleneras fracasaron en su intento de revertir la moratoria y la Comisión evidenció la necesidad de consolidarse como un organismo moderno y representativo del uso que se le dan hoy a las ballenas, el cual no tiene nada que ver con la caza de ballenas sino con el turismo de avistaje de cetáceos. En este contexto, ha sido un día positivo para la conservación de las ballenas, la gobernanza en los océanos y la necesaria evolución de la CBI”.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea