Si bien el establecimiento de un área marina protegida (AMP) para la población de ballena azul, promovido por la CONAMA y el Centro Ballena Azul, podría dar la impresión que el país estaría avanzando hacia la conservación de esta emblemática especie y resolviendo los complejos problemas que amenazan su hábitat y supervivencia, los esfuerzos que se están realizando para establecerla podrían ser inútiles, si no se cuenta con garantías para su real y efectiva implementación.
Con el fin de entender el complejo proceso bajo el cuál se crean áreas marinas protegidas en Chile, es necesario mencionar que la gran diversidad de instrumentos legales y de organismos gubernamentales involucrados en el tema, genera una multiplicación y superposición innecesaria de esfuerzos, problemas de competencia sectorial y dificultades en la implementación de estas áreas.
Un ejemplo de ello es el Parque Marino “Francisco Coloane”, localizado alrededor de la isla Carlos III en el Estrecho de Magallanes, XII Región, el cual es un área de alimentación de la población de ballena jorobada. Creado en Agosto de 2003, el área que comprende un Parque Marino y un área marino costero protegida, todavía no cuenta con un plan de manejo. Esto ocurre en momentos que el turismo está aumentando sin regulaciones en la zona, y refleja las consecuencias que tendrá la falta de un marco jurídico efectivo para las AMPs en nuestro país.
Actualmente, la CONAMA con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) se encuentra desarrollando un proyecto que entre otros, busca definir una “Política Nacional de Áreas Protegidas”, con el fin de resolver los conflictos existentes en la implementación de AMPs. A pesar que el proyecto GEF se encuentra en etapa de desarrollo, llama la atención que la CONAMA promueva el establecimiento de una nueva área de protección marina para la ballena azul, la que podría presentar problemas de compatibilidad si no se enmarca dentro de una futura Política Nacional de Áreas Protegidas.
Norte Claro, Sur Oscuro…
Es preocupante evidenciar que en el proceso desarrollado por la CONAMA para la creación de un AMP para ballena azul presenta graves deficiencias que han sido destacadas por la Convención sobre Biodiversidad (CBD – UNEP/CBD/SBSTTA/9/5/Rev.1) como responsables del fracaso de las áreas protegidas, como por ejemplo la falta de apoyo público y resistencia de los usuarios a observar las regulaciones de gestión, frecuentemente debido a que los usuarios no participaron en la creación de estas reglas; ausencia de coordinación entre agencias con responsabilidades relevantes a áreas protegidas; y falta de comprensión en la integración de temas sociales y económicos para el establecimiento y gestión de áreas protegidas, entre otras.
Un ejemplo de ello ocurrió durante la reunión de Puerto Varas. El desconocimiento de los actores relevantes por parte de los organismos encargados del proyecto se tradujo en la práctica en la exclusión tanto de las comunidades locales como de organismos gubernamentales competentes, quienes son actores fundamentales para garantizar el apoyo público y la factibilidad para la implementación del área a proteger.
A su vez, resulta cuestionable la falta de transparencia evidenciada en este proceso, tanto en el desarrollo de la denominada propuesta técnica, como en la entrega de cerca de medio millón de dólares del fondo BID para que se implemente un estudio de 20 meses de duración. Esto último es grave, si consideramos que las instituciones asociadas a CONAMA en el desarrollo de la propuesta técnica, son a su vez las principales interesadas en la licitación de los fondos BID, que se destinarán a establecer complementariamente una zonificación del área y un plan de negocios. También es muy cuestionable la forma en que finalmente estos fondos de origen internacional fueron aprobados, excluyendo las propuestas de desarrollo comunitario local.
Adicionalmente, la propuesta técnica es sorprendentemente débil y presenta graves problemas derivados de un enfoque estrecho, el que no integra la visión de las comunidades locales ni el trabajo realizado por otras organizaciones relacionadas con la conservación marina en Chile. Por ello no es entendible la aprobación de una propuesta que excluye a las comunidades locales como actores relevantes, en donde no existe una definición clara del área a proteger, de las implicancias que generarán la conservación del área y de la falta de comprensión y por lo tanto de integración de los temas sociales, económicos y culturales para el establecimiento y gestión de esta área de protección marina.
Navegando Hacia la Conservación Efectiva
La resistencia de los usuarios, debido al desconocimiento y a la falta de información sobre las implicancias de un área marina protegida para ballena azul, genera legítimos temores sobre la real efectividad de los recursos económicos que se destinarán para su establecimiento. Es necesario destinar mayores esfuerzos para el desarrollo de programas de capacitación local, los que aseguren la participación activa e informada de todos los sectores involucrados en la planificación del AMP. Sólo de esta manera, se podrá garantizar que se cumplan con los objetivos de conservación y desarrollo sostenible que plantean estas áreas bajo la CBD.
El desconocer a los actores relevantes se refleja en un accionar unilateral, desarrollado sistemáticamente sin consulta ni participación ciudadana. Ello además evidencia la necesidad de contar con personal capacitado en el fomento y fortalecimiento de la participación ciudadana y el desarrollo de AMPs.
A pesar que las iniciativas de conservación marina son de gran importancia para la protección efectiva de la biodiversidad marina, las dificultades existentes en la actualidad, requieren de manera urgente que los temas de fondo sean abordados y resueltos de manera transparente y participativa, antes de continuar estableciendo áreas marinas protegidas, las que sólo existirán en el papel.
Para que el área de protección de ballena azul contribuya efectivamente a la conservación de esta especie de interés mundial y de su ecosistema, es necesario trabajar a favor del ordenamiento jurídico con respecto de las AMPs en Chile, y asegurar que el proceso de planificación e implementación sea abierto, transparente y participativo.
Calibrando el Compás
Durante los últimos años, el país se ha caracterizado por avanzar hacia la consolidación de políticas tendientes a la conservación y uso no letal de las poblaciones de cetáceos. A nivel internacional, a partir de la década de los 90´s, Chile ha jugado un rol fundamental en la efectiva conservación de las poblaciones de ballenas, apoyando medidas como la creación del Santuario Ballenero Austral y la mantención de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas. El interés nacional en el tema ballenero se ve reflejado en la postulación de Chile para ser sede de la 60a reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional en el 2008, oportunidad en que la comunidad internacional pondrá los ojos en el país para evaluar cómo los esfuerzos nacionales contribuyen realmente a la conservación de los cetáceos del mundo y el desarrollo sustentable y equitativo.
Al igual que otros países costeros, el cambio en la política chilena relacionada con las poblaciones de ballenas y sus ecosistemas se debe de manera importante al reconocimiento de los intereses ciudadanos sobre las poblaciones de ballenas y de las oportunidades socio-económicas que se presentan para que el uso no letal de los cetáceos contribuyan al desarrollo de las comunidades costeras, donde estos recursos se encuentran. En este sentido, las características que hacen emblemática a la ballena azul, representan una oportunidad única para el desarrollo de las ciencias, la educación ambiental, la formación de una ciudadanía activa y el desarrollo integral de alternativas socioeconómicas para comunidades que actualmente se encuentran deprimidas y/o excluidas.
La creación de un AMP para ballena azul que integre estos conceptos, es también una oportunidad de demostrar a la comunidad nacional e internacional que Chile avanza responsablemente en temas como la equidad social y la conservación de su patrimonio natural marino.
Por ello, y para cumplir exitosamente con los objetivos derivados del establecimiento de un AMP para ballena azul en Chile, es vital que el país cuente con un marco legal adecuado y asegure la transparencia y participación de las comunidades costeras involucradas.
Fuente: CCC