Por: Dr Tarsicio Antezana
Biologo Marino, Oceanógrafo
Presidente
ADAC (Asociación Defensa Ambiente y Cultura de Chiloé.)
29 Octubre 2024; San Diego, California, Estados Unidos
Artículo publicado originalmente en Radio del Mar
El capitán Paul Watson (73 años) lleva mas de cien días en prisión en Nuuk, territorio autónomo danés ubicado en Groenlandia, mientras se evalúa su extradición a Japón. Watson enfrenta acusaciones debido a su activa oposición a las operaciones de la flota cazadora japonesa en los océanos Pacífico Norte, Sur y la Antártica.
El gobierno japonés lo acusa de haber dañado el 2010 a un barco de su flota que operaba ilegalmente en aguas antárticas, y de haber provocado lesiones a uno de sus tripulantes. Por su parte, los abogados de Watson señalan que esta acusación carece de veracidad, y que sólo intenta enviar una señal de amedrentamiento para silenciar a los activistas y organizaciones que se oponen a las controvertidas operaciones que utilizan el resquicio legal de una supuesta “caza científica” con el objetivo de seguir eludiendo la moratoria global establecida por la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Actualmente Japón realiza apturas industriales en el Pacífico Norte, de Ballena Minke (Balaenoptera acutorostrata), Ballena de Bryde (Balaenoptera edeni), y de especies en peligro de extinción como Ballena Sei (Balaenoptera borealis) y Ballena de Aleta (Balaenoptera physalus). Esta última especie fue incorporada de manera provocadora, una semana antes de iniciarse la 69 reunión de la CBI (23-27 de Septiembre, Lima, Perú).
Durante más de treinta años Japón cazó miles de ballenas con “fines de investigación científica” en aguas del Océano Austral, a pesar de que esta prístina área fuera declarada en 1994 Santuario de Protección para las Ballenas. La falsedad del argumento de “investigación “científica” quedó en evidencia tras el histórico dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la que afirmó que estas matanzas sólo tenían carácter comercial. Por ello, el caso Paul Warson no sólo tiene que ver con la protección de las ballenas, sino que con graves violaciones de leyes ambientales internacionales, tales como la moratoria global existente sobre la caza comercial, y la vigencia del Santuario de Ballenas del Océano Austral.
Watson declara que ha invertido mas de 50 años de su vida a oponerse de manera no violenta a la caza de cetáceos, porque atenta contra la biodiversidad y estabilidad de los océanos. Por ello, esta persecución del gobierno japonés es de carácter político y no legal, y surge como represalia a su denuncia pública e internacional de las capturas ilegales y clandestinas de ballenas en el Océano Austral, la que fue condenada por la CIJ el 2014. Debido a esta resolución, el gobierno y la industria ballenera japonesa renuncio a su membresía en la Comisión Ballenera Internacional, la que ya anteriormente en 1986 había establecido una moratoria a la ballenería a nivel global.
Esta injusta situación que afecta a Paul Watson conmueve y revela a la opinión pública por dos razones: En primer lugar, porque se trata de asegurar la protección de ballenas, delfines, lobos marinos y focas, las cuales son especies cruciales en el funcionamiento de los ecosistemas marino-costeros y oceánicos.
Además se trata de seres que sienten, se comunican y presentan complejos comportamientos de cooperación y protección de sus crías y miembros de su comunidad. Para quienes hemos podido contemplar por horas a mas de una docena de grandes ballenas azules alimentándose de krill en el área de San Diego (Euphausia spinifera) o en el Golfo Corcovado (Euphausia vallentini), y también para aquellos que las buscan para fotografiarlas, o estudiarlas en aguas antárticas, golfos y canales patagónicos chilenos, así como en mares tropicales y templados, la muerte por razones comerciales de cada uno de estos monumentos naturales, constituye simplemente un asesinato.
Muy por el contrario, el fallido proyecto de nueva Constitución chilena rechazó la propuesta de que la Naturaleza y sus componentes fueran considerado como «sujetos de derecho». Es decir derecho de existir como tales. A esto siguió, en el contexto de la actual negociación de la nueva Ley de Pesca, que tanto políticos como parlamentarios chilenos se escandalizaran y mofaran de la idea de considerar a los peces y animales marinos como «organismos sintientes», reforzando así la interesada visión antropocentrista de privilegiar autoritariamente los intereses extractivistas, productivistas, y comerciales del empresariado nacional y transnacional, por sobre las necesidades de conservación de la naturaleza y de la biodiversidad, y de los derechos de las comunidades costeras y de los pueblos originarios.
En segundo lugar, el abusivo encarcelamiento de Paul Watson violenta nuestra conciencia y ética, ya que atenta contra los derechos de un ciudadano consciente, que ha entregado su vida a la protección de los bienes comunes de la humanidad, digno objetivo que gran parte de nuestras sociedades comparte.
¿Cómo no respetar a quien en vez de pensar en su propio bien y bienes materiales, entrega su vida con altruismo, energía y coraje a la defensa de nuestros mares y océanos, a pesar de los riesgos personales que esto conlleva?, ¿Cómo no admirar a quienes protegen el derecho a existir de la naturaleza, su diversidad, y complejidad, de la que tan poco se sabe y aprecia, y que quienes la explotan y destruyen son los mismos que amenazan y encarcelan?
Cualquier humanista comparte estos valores y solidariza con el Capitán Paul Watson, y le agradece su energía, coraje y porfiada persistencia en la defensa de la vida de las grandes, majestuosas y vulnerables ballenas.
Sin embargo, el ajetreado diario vivir, las ocupaciones profesionales, la contingencia política, los vaivenes de la economía, las entretenciones y el confort del ocio bueno y natural, a menudo nos impiden dar mas atención a lo que está ocurriendo lejos de nuestras vidas, aunque tengamos inclinaciones por la belleza de la naturaleza y la armonía de sus seres vivientes; sean estas, las flores que adornan muestro hogar, las aves que cantan, o la armonía e inmensidad de la mar, de los bosques, praderas y humedales.
De igual manera preocupa los crecientes impactos antropogénicos causantes del cambio climático, que amenazan globalmente la naturaleza y la civilización. Por ello también admiramos a Greta Thunberg, quien siendo apenas una adolecente sueca fustigara con claridad y valentía la retórica vacía e ineficaz accionar de gobiernos e instituciones internacionales.
Thumberg también ha sido ofendida, perseguida y encarcelada. Valoro que en estos días haya vestido el keffiyeh palestino para denunciar el genocidio en Gaza. ¿Como no compartir el repudio a la destrucción de ciudades milenarias, hospitales , universidades y el exterminio de mas de 40 mil hombres, mujeres, niños y ancianos por la acción de las bombas de fósforo, drones y misiles y el desplazamiento forzado forzado de familias y comunidades?, ¿Como no compadecernos y admirar al personal de la salud, médicos y periodistas que han preferido permanecer en Gaza, y a los miles de estudiantes de todo el mundo que también han sido reprimidos por exponer al mundo el sistematico exterminio o exclusión de los débiles, ultrajados y hambrientos?
Y en el contexto nacional nos preocupa la conservación y el futuro de la Patagonia. Si bien ha habido gestiones recientes de conservación del territorio a través de la creación de Parques nacionales en base a inmensas propiedades cedidas al Estado de Chile por Douglas y Christine Tompkins, extranjeros altruistas, que también y localmente fueron denostado, perseguidos , denunciados y amenazados de muerte, las gestion de conservación no alcanzo al maritorio de la Patagonia.
Una buena parte de sus ecosistemas se encuentran altamente intervenidos y contaminados por la acción humana; sus recursos pesqueros sobre explotados. Debemos llamar la atención de la comunidad nacional e internacional sobre el hecho que los biodiversos ecosistemas de los mares australes, con su belleza prístina y sus comunidades biológicas diversas y únicas, están sufriendo una creciente ocupación y expansion de mega industrias extractivistas y exportadoras como la mega industria acuícola, la cual durante los últimos 30 años ha vertido a la mar miles de toneladas de fecas de peces y de alimento no consumido, residuos químicos, antibióticos y pesticidas, y ha introducido enfermedades bacterianas, virales y parasitarias. El Estado de Chile por décadas ha sido mas bien contemplativo y custodio de la productividad económica y mas bien cómplice del deterioro ambiental y cultural, al ignorar o atenuar la aplicación de los criterios precautorio y ecosistémico que la ley exige.
Por todo ello, no puedo menos que respetar, admirar y agradecer a quienes defienden la naturaleza y la vida armónica de sus seres vivientes asi como los derechos naturales de las comunidades costeras y pueblos originarios. Muchos han luchado por la defensa del maritorio, de sus aguas, del borde costero, humedales y glaciares, por la Patagonia sin Represas, ni Salmoneras y libre del actual ecocidio industrialista-exportador.
Entre quienes incansablemente aportaron al conocimiento y la valorización de nuestro maritorio, surge con fuerza como referente, el Profesor Nibaldo Bahamonde-premio nacional de ciencias- incansable formador de cientos de investigadores y académicos,y referente vital de estudiantes y luchadores ambientales, motivado por su amor a la mar, a Chiloe y al país.
¿Que hacer? Como ciudadano informado y habitante de Chiloé, sé que no podemos rendirnos ni perder la esperanza. Deberíamos ser la conciencia crítica de nuestra sociedad y seguir el ejemplo de Paul Watson, y de cientos de defensores ambientales y de los derechos humanos del mundo y de nuestro país; muchos anonimos que creen en una sociedad democrática, equitativa y culturalmente diversa, donde se le reconozca a la naturaleza y a las diversas formas de vida, sus derechos jurídicos para existir como tales.
En tiempos de profunda crisis civilizatoria, la indolencia, el silencio que se traducen en complicidad están fuera de lugar. Por ello, hoy todos emulamos a Paul Watson, y reiteramos nuestro apoyo a la campaña internacional liderada en Chile por el Centro Ecoceanos, Centro de Conservación Cetácea, Observatorio Latino Americano de Conflictos Ambientales (Olca) y el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT), que informan e impulsan el apoyo ciudadano para la liberación de Paul Watson de su injusta prisión, así como el cese de la abusiva caza comercial de ballenas que continúa realizando Japón.