Entre el 5 y 7 de septiembre, representantes de 11 países de Latinoamérica y el Caribe que son miembros de la Comisión Ballenera Internacional, conocido como Grupo Buenos Aires, se reunieron en la ciudad de Panamá en preparación para la próxima asamblea plenaria de este organismo internacional, que se realizará en Perú el próximo año. Por ello, más de 30 organizaciones de la sociedad civil latinoamericana, del Caribe e internacionales presentaron una carta conjunta haciendo un llamado a los representantes de gobierno a articular esfuerzos para garantizar la efectiva conservación de los cetáceos en el Siglo XXI.
En la carta los firmantes, destacan la decisión que deberá tomar la Comisión respecto a cómo se definirá en la reunión de Perú el concepto de quorum para la adopción de propuestas. Este tema que parecería netamente de carácter procedimental tiene una importancia significativa debido a conductas adoptadas por algunos países, con intereses pro cacería, para boicotear decisiones claves para la conservación de las ballenas en este foro internacional.
En diversos acuerdos internacionales, el quorum se refiere al número mínimo de países acreditados en una asamblea que son necesarios para tomar una decisión. En 2011 y 2022, una minoría de países que responden a los intereses de Japón, han abandonado la sala plenaria e incluso no se han presentadon en la sesión para evitar la aprobación de del santuario de ballenas del Atlántico Sur. En ambas ocasiones, esta propuesta, liderada por el Grupo Buenos Aires, contaba con más del 75% de los votos requeridos para su aprobación y con el numero necesario de países acreditados para ponerla a votación.
Dada esta situación, las organizaciones solicitaron al GBA que rechace cualquier definición de quorum que no brinde garantías para detener las continuas obstrucciones de un reducido grupo de países a propuestas que representan el interés de una significativa mayoría de los miembros de la Comisión.
En la misiva, las organizaciones civiles también se refirieron a los intentos de países africanos de incluir a las ballenas como una fuente de alimento esencial para garantizar la seguridad alimentaria. Al respecto, Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea con más de 20 años de experiencia de trabajo en la CBI, señaló que la seguridad alimentaria depende justamente de lo contrario, “toda vez que la ciencia ha demostrado el papel fundamental que tienen las ballenas, como fertilizadoras del océano, en la mantención de poblaciones saludables de peces y el bienestar de las pesquerías.” Al respecto Cabrera destacó el llamado realizado por las organizaciones civiles para que el GBA respalde la realización de una proyecto piloto orientado a evaluar los valores socio-económicos de los cetáceos vivos para el funcionamiento del ecosistema. “Este tema es de la máxima relevancia para el GBA pues, entre otros, proviene de una iniciativa histórica generada por los países de nuestra región” agregó Cabrera.
De manera similar, las organizaciones expresaron su preocupación por el avance en la creación de un nuevo comité dentro de la estructura de la CBI que estaría encargado del ordenamiento de la caza de ballenas. Al respecto, señalan que su creación pavimentaría una posible reanudación de operaciones balleneras comerciales, en momentos que esta actividad se encuentra en proceso de remisión
También hicieron un llamado para que el GBA brinde la máxima urgencia a las acciones propuestas por el Comité Científico de la CBI para evitar la extinción de la vaquita marina. Esta especie, que habita en el Golfo de México, está al borde de desaparecer debido a la pesca ilegal de un pez conocido como totoaba, cuyas vejigas son exportadas a China. Por ello, las organizaciones solicitaron el apoyo del GBA para que la CBI haga un llamamiento a Estados Unidos y China, como países de tránsito y de destino de vejiga de totoaba, para que impidan y sancionen dicho tráfico, a fin de ayudar a México a evitar la causa primaria de esta pesca.
Finalmente las organizaciones reiteraron un llamado hecho en 2022 a los miembros del GBA para que cumplan con su compromiso de brindar espacios adecuados de participación a los representantes de las organizaciones no gubernamentales, toda vez que éstos se han visto reducidos durante los últimos años.
Para Roxana Schteinbarg, co fundadora del Instituto de Conservación de Ballenas ICB y observadora acreditada ante la Comisión Ballenera Internacional expresó, “El Grupo Buenos Aires, llamado así por haber sido creado en una reunión realizada en esta ciudad, se ha convertido en el bloque de países de américa latina y caribe más fuerte en la defensa de la conservación de las ballenas en este foro internacional. Estas reuniones intersesionales son claves para generar estrategias conjuntas con miras a las próxima reunión plenaria. En este sentido las contribuciones de las organizaciones de la sociedad civil a estos encuentros son vitales para aportar conocimiento científico y acercar la voz de la ciudadanía para la protección de estos animales. Es por esto que contar con espacios de participación son de gran valor para articular esfuerzos conjuntos.”
Fuente: Instituto de Conservación de Ballenas, Centro de Conservación Cetacea