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El inescrupuloso negocio del cautiverio de delfines

Sidney, Australia. 23 de Julio de 2003 – Las personas dedicadas a estudiar los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) describen a estos animales como seres cosmopolitas, que habitan todas las aguas tropicales y temperadas del planeta, viven en grupos sociales numerosos, y se adaptan a diversos tipos de hábitat como estuarios, costas rocosas y aguas pelágicas.

SERES INTELIGENTES Y AUTOCONSCIENTES

Los delfines tienen una estructura social compleja, cuyo lazo fundamental lo forma la madre con sus crías, pero también existen ejemplos de amistad entre los individuos de un grupo que pueden durar toda la vida.

El Dr. Mike Bossley, quien ha observado durante años un grupo de delfines en el puerto ribereño de Adelaide (Australia), lamenta que las características altamente evolucionadas de estos animales los conviertan en víctimas de sus propias fortalezas.

De acuerdo a Bossley, “el público ha mitificado enormemente a los delfines. Por ejemplo, existen personas que desean nadar con ellos para tener hijos más inteligentes”. Bossley agrega que actualmente los delfines se han convertido en una clase de estrella ‘pop’ extremadamente carismática”.

Es por ello que la noticia sobre la captura de delfines silvestres en las Islas Salomón y la exportación de docenas de ejemplares a México no deja indiferente a Bossley, quien afirma que “los arrebatan de su medio natural, los mantienen en jaulas pequeñas y sobre pobladas, y finalmente los someten a un viaje que la mayoría no sobrevivirá; sin mencionar que destruyen completamente el grupo social de delfines silvestres”. Bossley agrega que “estamos hablando de seres con una desarrollado nivel de inteligencia y autoconsciencia, quienes serán separados de su grupo familiar y serán obligados a realizar trucos absurdos a cambio de alimento en lo que realmente constituye el ejercicio de la prostitución animal”.

INESCRUPULOSO NEGOCIO DE FAUNA SILVESTRE

En muy pocas oportunidades la captura de delfines silvestres queda registrada en informes oficiales, pero la exposición pública del caso de las Islas Salomón ha servido para develar parcialmente el lucrativo y desconocido tráfico de delfines.

A medida que el mundo desarrollado busca aumentar su diversión con delfines, el mercado amenaza con expandirse. El caso de las Islas Salomón sugiere que evadir las reglamentaciones internacionales sobre comercio animal es más fácil de lo que se cree.

La organización inglesa WDCS se encuentra entre las principales opositoras a lo que sucede en las Islas Salomón, y a pesar de las acciones realizadas y la presión ejercida por gobiernos como el de Australia, las negociaciones de exportación de los delfines continuaron adelante.

Se estima que entre 20 y 30 delfines fueron enviados miles de kilómetros lejos de su hogar natural, probablemente con destino final Cancún, donde existe una creciente industria de delfinarios y parques marinos que exhiben mamíferos marinos.

El futuro de los delfines que sobrevivan el viaje no es alentador: serán entrenados para nadar alrededor de un tanque lleno de agua clorinada (probablemente localizada en algunos de los numerosos centros turísticos de la ciudad), donde tendrán que nadar, ser acariciados y alimentados por los numerosos turistas que diariamente pagan altas sumas de dinero por entrar a estos “centros de entretenimiento”.

TORTUOSO VIAJE HACIA LA ESCLAVITUD

Ironicamente la vida de esclavitud a la cual serán sometidos los delfines, depende de su capacidad para sobrevivir el viaje desde las Islas Salomón hasta México.

Las primeras preocupaciones de las organizaciones de medio ambiente se refirieron a la forma en cual serían transportados los delfines. Las imágenes de televisión mostraron grandes cajas similares a ataúdes siendo cargados dentro del avión DC10 de Brasil Air Cargo. La reglamentación internacional especifica que estos animales deben ser transportados en cabestrillos lubricados con grasa para evitar la deshidratación de los delfines. Sue Fisher, de la WDCS/EEUU afirma que seguramente algunos de ellos morirán ya que no deberían ser transportados en contenedores cerrados llenos de agua.

Al respecto, Fisher agrega que de acuerdo a experiencias pasadas “cuando el avión se eleva durante el despegue, los delfines transportados en este tipo de contenedores simplemente se ahogan”. Fisher asegura que existen varios casos similares con resultados fatales por lo que no cree que todos los animales lleguen vivos a su destino final.

Las últimas informaciones recibidas afirman que al menos dos delfines no sobrevivieron al viaje desde las Islas Salomón; los animales restantes fueron colocados en cuatro jaulas marinas y se encontraban en la superficie del agua, mirando hacia el oeste y sin alimentarse. Reporteros ubicados a 60 metros de distancia informaron que podían escuchar los gritos de los delfines encerrados en las jaulas marinas, describiendo la escena como una verdadera pesadilla de horror.

VULNERABILIDAD DE LAS REGULACIONES INTERNACIONALES

Se espera que el gobierno de México continue adelante con la importación de los delfines, ya que asegura que los trámites cumplen con las regulaciones establecidas por la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Casi todas las especies de delfines se encuentran en algún Apéndice de la CITES y para que el permiso de importación mexicano sea legal bajo las regulaciones de la CITES, el vendedor debe comprobar que: los delfines fueron capturados legalmente; que durante su mantención y transporte se cumplieron con las mínimas medidas de seguridad para reducir amenazas a su bienestar; y que la captura de los ejemplares silvestres no impactará negativamente la supervivencia de la población afectada.

En el caso de las islas Salomón, se informó que el gobierno habría emitido un informe de dos líneas afirmando que “la remoción de estos delfines no genera impactos negativos”, el cual fue aceptado formalmente por el gobierno mexicano para seguir adelante con la importación.

Para Fisher el problema radica en que no existen regulaciones estrictas por lo se generan casos como este, donde el gobierno mexicano acepta sin fundamentos la declaración oficial y continua adelante con las negociaciones.

Ciertamente, la posición adoptada por el gobierno mexicano revela que las regulaciones CITES no son lo suficientemente especificas como para evitar la utilización de resquicios legales que socavan la efectividad de la Convención.

PREOCUPANTE AUMENTO DE LA INDUSTRIA DEL CAUTIVERIO DE DELFINES

Al parecer el entusiasmo por mantener delfines en cautiverio está aumentando en los países desarrollados, donde verlos saltar a través de aros ya no es suficiente para visitantes que esperan establecer algún tipo de contacto metafísico con los animales.

El problema de los sobre valorados programas de ‘nado con delfines’ es que el público desconoce que detrás de cada delfín en cautiverio existe un ser que es altamente inteligente, que tiene autoconciencia y que está obligado a permanecer confinado contra su voluntad en un especio reducido que jamás podrá asemejarse en lo más mínimo a su ambiente natural.

ncluso la ecolocalización, una de las maravillas de los delfines que les permite ‘formar imágenes utilizando el sonido” se detiene cuando son mantenidos en cautiverio porque el sonido rebota innumerables veces en las paredes de los tanques de confinamiento, desorientando y ocasionando estrés a los delfines cautivos.

Adicionalmente, los programas de nado con delfines son un riesgo no sólo para los animales sino también las personas involucradas ya que al ser mamíferos igual que los humanos, existen diversas enfermedades son trasmisibles como por ejemplo, la varicela.

A pesar que las principales organizaciones de medio ambiente se concentran en países desarrollados, existe una creciente preocupación por el entusiasmo que generan los delfines en países en desarrollo, por lo que es necesario tomar las medidas necesarias para evitar la implementación de prácticas que lucran de la ingnorancia pública, ponen en riesgo el bienestar de la ciudadanía y amenazan la conservación de especies que son una parte fundamental del patrimonio marino de la humanidad.


LEGISLACIóN CHILENA

Afortunadamente la legislación chilena prohíbe la importación y captura de delfines desde 1995, demostrando así una postura favorable a la conservación de las poblaciones de mamíferos marinos que habitan nuestras costas. Esta política es un valioso ejemplo a seguir para otras naciones que actualmente permiten el desarrollo de la industria del cautiverio de delfines.

Decreto 730, dictado por la Subsecretaría de Pesca, 1995:

Con el fin de terminar con la manutención de animales marinos en cautiverio, la Subsecretaría de Pesca eliminó a los mamíferos marinos de la nómina de especies de importación autorizada que se emite cada año conforme a la ley.

De esta forma, se restringe el ingreso al país de delfines, ballenas y de otros especimenes del mar para así terminar definitivamente con su utilización en cautividad, como también la captura de estos animales dentro del litoral nacional.

La veda para todos los mamíferos marinos rige desde 1995 y se mantendrá hasta el año 2025 a excepción de los lobos marinos, especie que está protegida por cinco años, período que ya se ha renovado.

Junto con proteger a especies que según convenios internacionales podrían caer en peligro de extinción, la autoridad pesquera ha considerado en su reciente medida las desventajas que presenta la manutención de cetáceos en cautiverio, tanto en términos sanitarios como ecológicos.

 

Fuente: The Sidney Morning Herald – CCC