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Científicos advierten a mujeres embarazadas no consumir carne de ballena

Oslo, Noruega. 13 de Mayo de 2003 – Al iniciarse la temporada de caza de ballenas en aguas noruegas, diversos científicos de ese país advirtieron públicamente sobre los altos índices de contaminantes encontrados en productos derivados de ballena.

A pesar de haber reconocido que la grasa de las ballenas minke capturadas en el Atlántico Norte contiene altas concentraciones de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), el panel de científicos noruegos afirmó que la población general podría continuar consumiendo los productos, pero advirtieron que las mujeres embarazadas y madres lactantes deberían abstenerse de hacerlo debido a los riesgos asociados a la salud y el desarrollo de los infantes.

Janneche Utne Skaare, directora del Instituto Nacional Veterinario y miembro del panel científico, hizo estas advertencias después de analizar muestras de grasa provenientes de 125 ballenas minke capturadas por compañías balleneras noruegas. Skaare agregó que las mujeres embarazadas y madres lactantes también deberían evitar el consumo de ciertas especies de peces, incluidos el pez espada y las grandes truchas.

La noticia difundida el pasado lunes 12 de mayo, coincidió con el inicio oficial de la temporada de caza de ballenas del país nórdico, que este año autoriza la captura de 711 ballenas minke. Para el dirigente ballenero Jan Kristiansen, las declaraciones sobre los altos índices de contaminantes llegan en un mal momento para los operadores balleneros.

En 1993, Noruega reanudó las actividades de caza comercial de ballenas a pesar de la moratoria impuesta en 1986 por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), ya que mantiene una objeción a la moratoria que lo exime de cumplir con dicha disposición.

Las ballenas y otras especies de mamíferos marinos son susceptibles de absorber toxinas como el mercurio o PCBs, que se depositan principalmente en la grasa, los órganos y los músculos.

Los análisis también revelaron que las concentraciones de toxinas fueron más altas en las ballenas capturadas en el Mar del Norte y menores en las capturadas en el Mar de Barents (ártico).

Las autoridades de Salud de Noruega deben aceptar las recomendaciones entregadas por el panel de especialistas.

Contaminantes Orgánicos Persistentes

Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), son sustancias tóxicas que se acumulan en los tejidos de los animales y además son muy resistentes a los procesos naturales de degradación, es decir, persisten en el medio ambiente durante varios años antes de degradarse. Debido a que los COPs tienen una alta solubilidad en las grasas, normalmente se presentan en mayores concentraciones en la carne y grasa animal, especialmente en la de los mamíferos marinos, proceso denominado ‘biomagnificación’. La mayoría de los COPs no proceden de la naturaleza y son el resultado de actividades industriales, las que liberan grandes cantidades de contaminantes al medio ambiente. Debido a que recorren grandes distancias a través de los cauces de ríos, corrientes marinas y la atmósfera (donde ingresa el 98% de los COPs a los ecosistemas marinos), éstos son responsables de un problema de contaminación global.

Una vez en el cuerpo humano, los COPs imitan la función de los compuestos esteroides, como las hormonas, perturbando el sistema endocrino. Esta perturbación puede afectar la salud reproductiva, causando esterilidad, malformaciones congénitas, cáncer y abortos espontáneos, entre otros efectos adversos. Adicionalmente, los consumidores de carnes u otros alimentos grasos contaminados con COPs están expuestos a efectos teratogénicos (daño en el feto durante el embarazo) y tumorogénicos (cáncer).

Fuente: REUTERS