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Caza de ballenas aborigen: el choque entre culturas

El Fondo para los Animales, la Sociedad Humana de los Estados Unidos (HSUS) y otras organizaciones conservacionistas, mantienen una batalla legal para evitar que la tribu americana Makah, ubicada a lo largo de las costas de Washington, continue cazando ballenas grises con fines de subsistencia aborigen.

Los oponentes a la caza de los Makah afirman que dicha tribu no debería obtener permisos de caza aborigen, ya que a diferencia de algunas tribus de Alaska, Norte de Canadá y Rusia, la carne de ballena no es esencial para su subsistencia. Las organizaciones califican la caza de la tribu Makah como una actividad deportiva o de recreación, ignorando las declaraciones sobre la importancia cultural de esta actividad.

‘Estas declaraciones son un insulto y tienen un carácter racista; ellos desean regresar al siglo pasado – cuando los indígenas no teniamos derecho a hablar – y determinar qué cosas tienen significado para nosotros” declaró Janine Bowechop, directora del Museo Makah.

Bowechop afirma que a pesar de los 70 años que la tribu no desarrolló ninguna actividad ballenera, la caza ‘es una parte importante y regular en nuestras vidas’.

Navegando Aguas Legales

La caza comercial de ballenas ha recorrido un largo camino desde los tiempos de Moby Dick, cuando los hombres arponeaban y arrastraban las ballenas a la costa desde pequeñas embarcaciones; en este sentido, la caza de la tribu Makah no ha cambiado en muchos sentidos.

Según los makah, la gran diferencia es que actualmente utilizan poderosos rifles en vez de arpones, con el fin de reducir el sufrimiento de las ballenas cazadas. Esto es, si cazan alguna.

Durante cinco años que los makah han obtenido permisos de caza aborigen, han capturado una sola ballena; gastando más tiempo navegando en turbulentas aguas legales que luchando contra las olas del océano en sus embarcaciones. Sin embargo la tribu está a punto de concluir su batalla legal.

El pasado 17 de mayo el juez de Washington, Franklin Burgess, postergó la emisión de una orden que restringiría la caza de los makah, hasta que la corte decida sobre una demanda impuesta por grupos conservacionistas en contra la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el Servicio Nacional de Pesca y Marina, y el Departamento de Comercio, por la responsabilidad de estas agencias gubernamentales en la reapertura de la caza de ballenas de la tribu makah.

En la demanda, los ambientalistas argumentan que no se desarrolló un trabajo responsable, ya que no se tomaron en cuenta los potenciales peligros de la actividad, tanto para las ballenas como para el personal involucrado. Por otro lado, el juez Burgess, afirma que es improbable que la demanda tenga éxito pues no existe evidencia sobre los impactos negativos de la caza de ballenas. Cinco días después de emitido el veredicto, los grupos ambientalistas, declararon que apelarían la sentencia.

La Tribu Makah Vence, Otros Grupos Aborígenes Pierden

Otro obstáculo para la caza de los makah fue eliminado durante la pasada reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), en Shimonoseki, Japón, cuando se aprobó la propuesta de EE.UU. que permite a la tribu cazar cuatro ballenas al año.

Por otro lado, la Comisión rechazó las propuestas de cuotas de caza aborigen presentadas por EE.UU. y Rusia para los nativos de Alaska y la tribu Chukotka, quienes dependen de la carne de ballena para sobrevivir.

De acuerdo a observadores asistentes a la reunión, el rechazo de la propuesta fue una acción orquestada por Japón en retaliación por no obtener cuotas de caza costera, una nueva categoría de caza que el país nipón busca incorporar en la Convención.

De acuerdo al vice presidente del Fondo Mundial para la Vida Silvestre, Richard Mott, ‘el interés de Japón por las comunidades Ã?rticas, es utilizarlas como rehenes para suavizar la moratoria a la caza comercial’.

Los grupos conservacionistas se encuentran preocupados por la situación alrededor de la costa de Washington y la cuota de caza de los makah, ya que son un precedente para otras tribus cuya subsistencia no depende de la carne de ballena y para la reanudación de la ballenería industrial en países como Japón y Noruega.

De acuerdo a Michael Markarian, director ejecutivo del Fondo para Animales ‘estas naciones han presionado fuertemente para reabrir el comercio de ballenas; ellos ven (la caza de los Makah) como el primer peldaño en esa dirección’.

Otras Amenazas Además de la Caza Aborigen

El hecho que permitió a los makah cazar ballenas después de 70 años de abstención fue la decisión de remover la especie Eschrichtius robustus o ballena gris de la lista de especies en peligro en 1994. El derecho de la tribu makah a cazar ballenas fue reconocido legalmente en el tratado de 1855, en el cual la tribu cedió parte de su tierra al gobierno de EE.UU.

Se cree que el número actual de ballenas grises es alrededor de 26.000 individuos, pero de acuerdo a Markarian, ‘la población no es lo suficientemente fuerte para no verse afectada por la caza makah, aun cuando la cuota anual no sea obtenida’. Makarian agregó que la población de ballena gris afectada ya está declinando debido a los efectos del calentamiento global y la disminución de alimento.

‘Nuestro organización ha solicitado incluir nuevamente esta especie en la lista de especies en peligro. Incluso la caza de un número reducido de estas ballenas se agrega a los impactos negativos que están ocasionando otros factores’ afirmó Makarian. Agregó que ‘estamos especialmente preocupados por el impacto que tendrá la caza en una pequeña población de ballena gris que ha establecido su hogar alrededor de las aguas del Estado de Washington, las cuales presentan una conducta diferente y posiblemente es genéticamente distinta a las ballenas grises que migran. La captura de un solo individuo de una población tan pequeña podría tener resultados devastadores’.

Por otro lado la comunidad makah ha declarado que la propaganda contra la caza aborigen denigra su cultura y juega con los sentimientos humanos de simpatía hacia los animales.

Pero los grupos opositores a la caza afirman que el asunto va más allá del interés cultural. De acuerdo a Makarian ‘creemos que cazar ballenas por deporte, recreación, alimento, comercio o propósitos ceremoniales, es innecesario’.

Fuente: abcnews.com