Con miles de participantes y cientos de representantes de casi 200 países partió este lunes la 10ma Conferencia de la Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP10 de CBD) que se realizará durante las próximas dos semanas en Nagoya, Japón.
Creada en 1992 durante la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro (Brasil), el Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD) cuenta con 193 miembros (192 gobiernos más la Unión Europea) y sus objetivos son la conservación de la biodiversidad y la distribución “justa y equitativa” de los beneficios brindados por las especies animales y vegetales. Cabe destacar que Estados Unidos no forma parte de la CBD.
La reunión se realiza en medio del rotundo fracaso de todos los gobiernos que conforman la CBD en cumplir la meta establecida en 2002 de reducir significativamente la pérdida de la biodiversidad para 2010, declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Biodiversidad.
De acuerdo al Tercer Informe sobre Perspectivas de la Biodiversidad Global de las Naciones Unidas, publicado en Mayo pasado, los ecosistemas del planeta están en crisis debido a la pérdida de hábitat, la acelerada extinción de especies de plantas, insectos y animales, y la reducción de la diversidad genética de las especies que logran sobrevivir la creciente codicia humana.
Frente a este sombrío panorama, los Estado miembro de la CBD tendrán la difícil tarea de acordar un Plan Estratégico de 20 puntos orientado a intentar una vez más, reducir la acelerada pérdida de la diversidad biológica durante los próximos 10 años.
En el discurso de inauguración de la COP10 de la CBD, el presidente de dicho organismo internacional afirmó que “Estamos experimentando la tasa más alta de extinción de especies desde la desaparición de los dinosaurios. Esta es mil veces superior a la natural. Cada hora, tres especies desaparecen. Cada día se pierden más de 150 especies. Y cada año, entre 18 mil y 55 mil especies desaparecen para siempre. Y la causa es la actividad humana”.
Por su parte, Ryo Matsumoto, Ministro de Medio Ambiente de Japón, afirmó durante la ceremonia de apertura que “Estamos cerca de pasar el límite que hará que la pérdida de biodiversidad sea irreversible. Esto podría suceder durante la próxima década sino hacemos esfuerzos efectivos”.
Impacto en la Imagen Internacional de Japón
Japón espera que la reunión mejore la imagen internacional del país como una nación protectora de la biodiversidad. Sin embargo ésta pareciera ser una meta aún más difícil de cumplir que la reducción de la pérdida de biodiversidad, especialmente para quienes siguen la conducta del país asiático en materia de conservación.
Hace siete meses el gobierno japonés destruyó la posibilidad de proteger al atún rojo de la inminente extinción tras una intensa campaña de lobby para impedir la adopción de medidas comerciales que habrían brindado a la especie una oportunidad bajo la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Y todo con el fin de garantizar el consumo local del apetecido pez.
Una vez finalizada la COP10 de la CBD en Nagoya, el gobierno japonés realizará una reunión especial con “países amigos” para “construir apoyo” hacia la eliminación de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas adoptada por la Comisión Ballenera Internacional. La moratoria es considerada el mayor hito en la historia del derecho ambiental internacional y la única medida efectiva que ha evitado la extinción de las especies de ballenas que habitan los océanos del planeta.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea