03 de Septiembre de 2008 (CCC News) – Por quinto año consecutivo, organizaciones de conservación y bienestar animal de todo el mundo manifestaron su rechazo a la caza de delfines anual llevada a cabo por Japón e hicieron un llamado para detener definitivamente estas matanzas por constituir una amenaza a las poblaciones de cetáceos y a la salud de la ciudadanía nipona que consume la carne y los productos derivados de las capturas anuales.
Más de 50 organizaciones de conservación y bienestar animal de América, el Caribe, Europa, Asia y Oceanía expresaron su absoluto rechazo a la captura anual de cerca de 23,000 delfines, marsopas y otras especies de cetáceos menores en las costas de Japón, la cual constituye la mayor matanza de cetáceos a nivel mundial. La mayoría de estos mamíferos marinos son cazados mediante un sistema en que los delfines son “arreados” por embarcaciones desde el océano hasta una bahía secreta en la localidad pesquera de Taiji. Los restantes son cazados con arpón de mano desde embarcaciones oceánicas.
En la caza por arreo, cientos de delfines silvestres son rodeados por embarcaciones y obligados a navegar hacia bahías donde finalmente son degollados o muertos con lanzas y cuchillos. Muchos mueren por agotamiento durante la persecuciones, las cuales pueden prolongarse por más de ocho horas. Algunos de los animales son seleccionados por representantes de delfinarios y parques marinos, quienes pagan altas sumas de dinero para obtener nuevos ejemplares y así mantener activa la industria del cautiverio y programas de “nado con delfines”.
Durante las últimas décadas, cientos de miles de pequeños cetáceos de diversas especies han sido aniquilados alrededor de la costa japonesa con el objetivo de comercializar su carne para el consumo humano, alimentos para mascotas y fertilizante. A pesar que estas operaciones se realizan con permisos otorgados por el Gobierno de Japón, la mayoría de la ciudadanía nipona desconoce que éstas se realizan en su país.
Las operaciones de caza llevadas a cabo en Japón desafían abiertamente las recomendaciones de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y su Comité Científico, ya que ignora reiteradas resoluciones que urgen detener inmediatamente estas cacerías hasta que se evalúe el estado de conservación de las poblaciones silvestres impactadas.
Al igual que los reiterados llamados de la CBI a detener los denominados programas de “caza científica” de ballenas, el gobierno japonés se ha negado a entregar información respecto a las poblaciones de cetáceos impactadas y continúa adelante con las operaciones de caza de pequeños cetáceos.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea (CCC) y quien este mediodía entregó una carta de rechazo en la Embajada de Japón en Chile, “la posición adoptada por el gobierno de Japón se opone abiertamente a la política de ‘uso sustentable de los recursos marinos’ que el país nipón promociona entusiastamente a nivel internacional”.
AMENAZAS PARA LA SALUD HUMANA
Además de la crudeza y crueldad detrás de la matanza indiscriminada de delfines, la postura del gobierno japonés devela una grave falta de preocupación por la salud de sus ciudadanos. Diversas investigaciones científicas han evidenciado que la carne y grasa de cetáceos comercializada en el mercado japonés (particularmente delfines y marsopas), contiene altos niveles de metales pesados como mercurio, y sustancias contaminantes como organoclorados (PCBs, DDT, etc).
Una investigación realizada por la Agencia de Investigación Ambiental (EIA por sus siglas en inglés), revela que los consumidores de productos derivados de cetáceos enfrentan serias amenazas a su salud debido a altas concentraciones de mercurio. El mercurio es una potente neuro-toxina que puede ocasionar daños al sistema nervioso incluso cuando se consume en bajas concentraciones y que afecta principalmente a niños y fetos en gestación. A pesar de los riesgos a la salud humana asociados al consumo de carne de delfines, actualmente el Gobierno de Japón implementa programas de distribución de carne de cetáceos en escuelas públicas de ese país.
Al respecto, Cabrera agregó que “las operaciones de caza de delfines, como la que se desarrolla actualmente en Taiji, sugieren que para el gobierno japonés la campaña por reanudar la caza comercial de cetáceos a nivel mundial es más importante que la salud pública de su propio pueblo.”
THE RISING, EXPONIENDO LA VERDAD
Durante la pasada reunión de la CBI realizada en Santiago de Chile, Centro de Conservación Cetacea y Oceanic Preservation Society, presentaron el avance del documental “The Rising” del realizador norteamericano Louie Psihoyos, que expone la verdad acerca de la matanzas de delfines en Japón y la preocupante amenaza que constituye el consumo de su carne para la salud humana.
En el documental, el Director de Pesca en Aguas Distantes de Japón, Hideki Moronuki y el comisionado nipón ante la CBI, Joji Morishita, confirman las matanzas pero la subestiman afirmando que los mamíferos marinos son muertos de una manera “humana” e instantánea.
Sin embargo, la imágenes captadas con cámaras ocultas de última tecnología demuestran que los delfines pueden tardar varias hora en morir y que la captura incluye la matanza de madres con crías, una práctica condenada tanto por la CBI como por la comunidad internacional, debido a los impactos negativos que esta práctica tiene sobre la supervivencia de las poblaciones a largo plazo.
Adicionalmente, el video incluye declaraciones de destacados investigadores japoneses advirtiendo sobre los altos índices de contaminantes presentes en la carne de cetáceos.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea