Las capturas de ballenas por Noruega caerán en 2009 a su mínimo en más de una década. Un declive que, según la industria, se debe a los problemas financieros y a los ecologistas a quienes responsabilizan de una menor demanda de la carne.
“El número total de ballenas (…) capturadas hasta ahora es de 481. Esperamos capturar entre 3 y 4 más”, dijo Svein Ove Haugland, subdirector de la Organización de Ventas de los Pescadores Noruegos, que gestiona la carne, a Reuters.
Un resultado final de 485 ballenas minke en la temporada de verano que termina el 31 de agosto haría de 2009 el primer año con una captura por debajo de las 500 desde el año 2000, cuando 487 fueron arponeadas, y el más bajo desde las 388 de 1996.
La pesca de las ballenas minke, que según Oslo abundan en el Atlántico Norte, está muy lejos de la cuota para este año, de 885. Noruega reanudó el comercio de ballenas en 1993 a pesar de una prohibición de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Haugland dijo que los problemas financieros de las plantas de procesamiento industriales, que llevaron a una breve suspensión de las capturas en junio, son la causa principal del descenso.
“El cuello de botella es la industria ballenera y el sistema de distribución. Este es el tema principal. La demanda de la carne de ballena es comparable con la que tuvimos en los últimos años”, declaró Haugland.
Truls Gulowsen, de Greenpeace, dijo que “el mercado noruego de la carne de ballena está en declive, como en el resto del planeta”, y agregó que “el Gobierno noruego debería reducir gradualmente la captura de ballenas”.
En 2004, el Parlamento votó sobre elevar las cuotas “considerablemente”, los balleneros pretendían volver a la media de 1.800 ballenas que se capturaban en la década de los 60 y los 70. Desde 1993, sin embargo, el máximo de capturas fueron las 647 de 2003.
En un supermercado del centro de Oslo, no hay signos de que una relativa reducción de la carne haya elevado los precios.
La carne de ballena congelada está a la venta por 130 coronas noruegas (15 euros) el kilo, comparable a los precios del salmón congelado o el bacalao, y mucho más barato que la ternera o el reno.
Fuente: Reuters