En algún punto del océano Pacífico, las ballenas azules se preparan para reiniciar una ruta ancestral de alimentación y apareamiento, que tiene entre sus hitos geográficos a las costas y mar interior de Chiloé. A miles de kilómetros de distancia, mamíferos de mucho menor tonelaje, pero no por eso de menor peso político, decidían la aprobación de un estudio que, según las proyecciones más optimistas, podría cambiar el futuro no sólo de estos grandes cetáceos, sino también del turismo chilote.
En la sesión celebrada durante la semana pasada en Frutillar, el CORE aprobaba la entrega a CONAMA regional de 320 millones de pesos, provenientes de fondos BID Turismo, para la realización de un estudio que, hipotéticamente, sentaría las bases para la creación de un santuario o área de protección para la ballena azul.
¿NADA TANGIBLE?
El proyecto de CONAMA, desde su formulación, no ha estado exento de polémica. A más de alguno le resultó sospechosa, en primer término, la cercanía geográfica y valórica de esta idea con los intereses de los magnates Douglas Tompkins y Sebastián Piñera. Los propios representantes de Chiloé en el CORE, sin ir más lejos, señalaron más de una vez que era necesario aprobar primero otros proyectos, considerados como prioritarios, antes de abordar con fondos del BID los estudios para el santuario ballenero. Sin embargo, algo pasó en Frutillar para dar un giro en la comisión que previamente ve los proyectos presentados al BID, presidida por el DC Eugenio Rivera.
Según señaló un representante del turismo rural chilote presente en la ocasión: “El único consejero que, delante de nosotros, voto a favor del proyecto de las ballenas, era el que más había reclamado en contra del proyecto”.
Al día siguiente, en el plenario, el proyecto ballenero sería aprobado por el CORE, con la sola abstención de los dos consejeros de Palena y del socialista Manuel Ballesteros. Este último, justificando su decisión y manifestando su molestia por el resultado del proceso, comentó a El Insular: “Me abstuve porque vi una serie de irregularidades durante el proceso de presentación del proyecto. Me parece insólito que un proyecto que tiene importancia para el intendente haya sacado su RS (o RATE, aprobación técnica) en cinco meses, cuando a los municipios les toma más de un año y medio. Seguimos privilegiando los proyectos transversales que tanto hemos criticado algunos consejeros regionales. Hemos estado aprobando estudios, capacitaciones, diseños, y no hay nada tangible”.
“DE LA PEOR MANERA”
Ballesteros no dudó en criticar fuertemente a los consejeros de Chiloé que votaron a favor del proyecto de CONAMA, apuntando sobre todo al simpatizante UDI Marcelo Fuentes, quien sin embargo justificó su decisión evaluando esta iniciativa como el paso previo para obtener mayores recursos.
Recordando que en la sesión plenaria el proyecto fue aprobado con los votos de una amplia mayoría, Fuentes indicó: “Lo que hay que hacer primero, para lograr recursos de empresarios como estos (Tompkins y Piñera), de organismos internacionales o del FNDR, si no tenemos ningún estudio serio sobre la mesa, es difícil poder fundamentar en qué situación se encuentra esta zona tan importante. Lo que sí, hay un consenso generalizado en los consejeros regionales y las personas que entienden de la cosa turística, es que sí es un tremendo negocio y un tremendo aporte al turismo de Chiloé el que este santuario exista”.
El cambio de postura de Fuentes y otros consejeros de Chiloé, que para Ballesteros es “insólita y poco seria”, para los pequeños empresarios del turismo rural chilote “se explica de la peor manera”, según declaró el dirigente Luis Rojas.
Entrevistado por El Insular, Rojas comentó: “Aquí ha habido todo un chaqueteo, porque en el fondo se ha hecho una reunión pública, para engañar al público, y una reunión privada donde los consejeros, aquellos que incluso se opusieron, aparecieron al otro día, de madrugada, aprobando el proyecto de las ballenas”.
En contraste con la celeridad del proceso vivido por el proyecto de CONAMA, Rojas lamentó que la iniciativa presentada a los fondos BID para entregar recursos, vía Gobernación, a los microempresarios turísticos locales, se haya visto dilatada una y otra vez. Manifestando la preocupación del gremio por el resultado de este proyecto, Rojas indicó: “Todo el mundo ha dicho que lo apoya, que lo respalda, porque es un proyecto transversal, que entrega fondos a los pequeños empresarios turísticos, pero vemos con preocupación que el proyecto no avanza, que sigue anclado en el SECPLAN, sin la famosa RATE para ser puesto en discusión, y nos encontramos que tiene de atraso ya tres meses y medio, desde cuando se dejó listo para su aprobación por el Gobierno Regional”.
EN ESTADO DE ALERTA
Para algunos dirigentes del turismo, como Pedro Gumucio, la preocupación del gremio pasa también por la sucesiva aprobación de proyectos presentados por servicios públicos y municipios, con lo que los fondos disponibles para su traspaso a iniciativas del mundo privado se verían reducidos notablemente.
Reunida en pleno en sus oficinas de Castro, la directiva del turismo rural no dudó en calificar al gremio como en estado de alerta, indicando que se movilizarían en los próximos días en distintos ámbitos, no sólo para manifestar su molestia por la escasa valoración de las opiniones del sector en el tema ballenero, sino para asegurar que su proyecto, que debiera votarse en la sesión del CORE de fines de septiembre, sea finalmente aprobado. Si la iniciativa del gremio turístico no es arponeada o queda varada en el camino, estos recursos destinados a los microempresarios de Chiloé podrían, al igual que las ballenas en su migración ancestral, llegar en un futuro cercano como una buena noticia hasta las costas de Chiloé.
Fuente: El Insular de Chiloé