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Las debilidades de una propuesta ballenera

Durante la próxima semana, diversos representantes de países miembro de la CBI, entre los que se encuentran Argentina y Brasil, se darán cita en Suecia con el fin participar en una reunión inter-sesional para negociar el sistema de monitoreo y vigilancia tendiente a regular futuras operaciones balleneras, conocido como Esquema Revisado de Manejo (o RMS por sus siglas en inglés).

ANTECEDENTES DE UN RMS DEFECTUOSO

Durante la pasada reunión de la CBI realizada en Sorrento, Italia, la Comisión rechazó una Resolución que buscaba apresurar la adopción de un texto de RMS que había sido preparado a puerta cerrada por un selecto grupo de países conocido como ‘Grupo del Presidente’ (Dinamarca, Islandia, Japón, Holanda, España, Suecia y Estados Unidos), y en su lugar acordó utilizar el documento como punto de partida para discutir, durante los próximos doce meses, diversos aspectos del RMS con miras a la próxima reunión de Corea del Sur en 2005.

La movida por apresurar la adopción del RMS fue detenida gracias al fuerte rechazo de países y organizaciones civiles, quienes criticaron duramente las fallas presentes en el documento, así como también la falta de un proceso consultivo participativo, abierto y transparente, que excluyó la representación de países del hemisferio sur.

La próxima reunión inter sesional en Suecia forma parte del proceso consultivo acordado por la Comisión en 2004 y se espera avanzar hacia la redacción de un texto que refleje los derechos de todos los países miembro de la CBI. Sin embargo, esto podría verse dificultado debido a la falta de participación de representantes de países en desarrollo que no cuentan con suficiente financiamiento para cubrir los costos asociados a la reunión.

Para Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea, “ésta es una situación preocupante ya que la ausencia de países latinoamericanos como Chile y Perú en el proceso de negociación del RMS, debilita la adecuada representación de los intereses regionales en el documento que será evaluado finalmente por la Comisión”.

¿POR QUÉ LA PRISA EN ADOPTAR EL RMS?

Durante los últimos años, la CBI no ha podido finalizar un RMS debido principalmente a que países balleneros como Japón, se niegan a incluir mecanismos de control y monitoreo que garanticen el desarrollo ordenado de la industria ballenera. La posición de estos países carece de fundamentos sólidos, ya que actualmente son adherentes a varios acuerdos pesqueros internacionales que contienen medidas de monitoreo y vigilancia similares a los que rechazan en la CBI.

A pesar de ello, Japón argumenta que la CBI no ha reanudado las operaciones balleneras debido a que los países conservacionistas mantienen bloqueada la organización e incluso ha amenazado con abandonar la CBI para establecer su propio organismo ballenero.

La presión generada por Japón podría llevar a la Comisión a adoptar un régimen de administración ballenera prematuro e inadecuado basado en factores económicos y no biológicos. Al igual que otros sistemas de administración adoptados con anterioridad por la CBI, los resultados de un RMS débil y cortoplacista podrían ser catastróficos para las ya devastadas poblaciones de ballenas.

LAS PRINCIPALES FALLAS DEL RMS

El Programa RMS elaborado por el ‘Grupo del Presidente’ carece de medidas efectivas para fiscalizar las operaciones balleneras y no incluye herramientas para penalizar futuras infracciones a las regulaciones. Entre las principales debilidades del RMS discutido actualmente, se destacan:

  1. El RMS busca levantar automáticamente la moratoria sobre la caza comercial de ballenas y éste es un tema en el cual un gran número de países miembro de la CBI no está de acuerdo.
  2. El RMS no establece regulaciones, sólo se limita a establecer códigos de conducta voluntarios. En este sentido, es importante recordar que la CBI cuenta con un largo historial de violaciones a las regulaciones establecidas con anterioridad.
  3. No incluye un sistema de monitoreo independiente de muestras genéticas de las ballenas capturadas, lo que facilitaría la captura ilegal, no reportada y no regulada de especies de ballenas que actualmente se encuentran en peligro, como la ballena jorobadaseifranca y el cachalote.
  4. Distribuye los costos de la industria ballenera entre todos los países miembro de la CBI. Es decir, los ciudadanos de naciones que actualmente se benefician social y económicamente del uso no letal de ballenas tendrían que pagar, a través de sus impuestos, por operaciones de caza comercial que representan una amenaza para la conservación de sus poblaciones de ballenas.
  5. No establece mecanismos para regular las operaciones de caza científica. Desde el establecimiento de la moratoria, Japón ha abusado de este resquicio legal para cazar miles de ballenas en aguas del Santuario Ballenero Austral (del cual Chile forma parte) y en el Pacifico Norte. De aprobarse el RMS, Japón y otras naciones balleneras podría continuar cazando ballenas de cualquier especie con supuestos fines científicos, independientemente del estado de protección del área (p.e., santuarios) y de las cuotas de captura acordadas.
  6. A pesar de las diversas resoluciones aprobadas por la CBI sobre la importancia del bienestar animal, el RMS no incluye medidas para garantizar el bienestar y menor sufrimiento posible de los animales capturados.
  7. No incluye medidas para el cumplimiento de las regulaciones, ni tampoco define mecanismos para el registro de las infracciones. Por lo tanto, las infracciones a las regulaciones del RMS no pueden ser sancionadas por la Comisión.

Para más información, bajar documento Importancia de la Participación Regional en el Proceso de Negociación del RMS de la CBI, preparado por el Grupo de Trabajo de Mamíferos Marinos de América del Sur (SAMWG).

Fuente: CCC