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Una lección de nobleza

Auckland, Nueva Zelanda – La mañana del 07 de Noviembre, el salvavidas y entrenador neocelandés Rob Howes, se encontraba junto a su hija y dos estudiantes practicando algunas técnicas de rescate en el mar.

Los deportistas, que se encontraban a unos 100 metros de la costa, no se percataron de la presencia de un gran tiburón blanco que nadaba en las proximidades, hasta que súbitamente apareció un grupo de siete delfines que comenzó a nadar en círculos alrededor de ellos, obligándolos a formar un grupo compacto, el cual custodiaron por más de 40 minutos hasta que el tiburón había desaparecido completamente del lugar.

Howes relató que cuando aparecieron los delfines, se asustó e intentó escapar inútilmente de ellos, pero al divisar al tiburón merodeando por las cercanías comprendió la conducta del grupo de cetáceos. Los afortunados deportistas se sintieron muy agradecidos de la acción de los delfines que les salvaron la vida y la comunidad local los aclamó como nobles salvadores humanos.

Sin embargo, la felicidad se vio rápidamente ensombrecida tres semanas más tarde, cuando los cuerpos mutilados de dos delfines nariz de botella aparecieron en las cercanías del lugar del rescate. Se estima que los delfines habrían muerto ahogados en redes de pescadores ilegales ya que las colas habian sido cortadas, una práctica usualmente utilizada por pescadores furtivos para desenredar a los infortunados animales que quedan atrapados entre estas redes. La muerte de los delfines entristeció a toda la comunidad y levantó voces en contra de la pesca ilegal con redes.

NOBLEZA HISTORICA VS. IRRESPONSABILIDAD HUMANA

Por centurias la afinidad entre delfines y los seres humanos ha formado parte de nuestra historia, por lo que para los científicos marinos el comportamiento mostrado por el grupo de cetáceos no es sorpresivo.

Naomi Rose, bióloga de la Sociedad Internacional Humana (HSI por sus siglas en inglés) y experta en el estudio de delfines afirma que estos mamíferos marinos son altruistas por naturaleza, ya que históricamente han actuado para salvar vidas humanas. Por otra parte, para Mark Simmonds, director científico de la Sociedad de Conservación de Ballenas y Delfines (WDCS por sus siglas en inglés), sostiene que esta conducta sugiere un esfuerzo consciente de los delfines para proteger a los humanos.

En este sentido, es lamentable que actos de nobleza como la demostrada por el grupo de delfines en Nueva Zelanda, se vean ensombrecidos por actividades humanas irresponsables que sólo buscan beneficios económicos a corto plazo.

Fuentes: ScotmanTimes On Line