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Protesta por designación de Japón como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas

Washington, Estados Unidos/Santiago de Chile, 04 de Diciembre de 2015 – En respuesta a la reciente decisión de las Naciones Unidas de adjudicar a Japón uno de los codiciados asientos como miembro no permanente de su Consejo de Seguridad, sesenta y cinco organizaciones de conservación y protección de la biodiversidad protestaron ante el Secretario General de este organismo internacional, argumentando que la reciente conducta del gobierno japonés respecto a la caza de ballenas no merece tal privilegio.

Sólo días antes que fuera designado, el gobierno de Japón exentó la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en cuestiones relativas a los “recursos vivos marinos” como el atún y las ballenas. La acción se realizó con la evidente intención de evitar más demandas legales al denominado programa de caza “científica” de ballenas en Antártica, luego que la CIJ respondiera a una demanda presentada por Australia y Nueva Zelanda en 2014. En dicha oportunidad la Corte ordenó al gobierno de Japón revocar los permisos existentes de caza de “científica” de ballenas en Antártica así como abstenerse de conceder nuevos permisos.

Desde el histórico fallo de la CIJ, Japón ha diseñado un nuevo programa de caza “científica” de ballenas en el Océano Austral y su flota de barcos balleneros zarpó esta semana con el objetivo de matar 333 ballenas minke al año durante los próximos doce años, es decir cerca de 4000 de estos mamíferos marinos. Sin embargo la matanza de ballenas con fines de “investigación” ha sido reiteradamente denunciada como injustificada por la mayoría de los miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), incluyendo entre otros, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y el Grupo Buenos Aires, compuesto por países de América Latina y el Caribe. Adicionalmente, las argumentaciones de Japón sobre la necesidad de matar ballenas para estudiarlas han sido totalmente rechazadas por la comunidad científica internacional, incluyendo un panel de expertos del Comité Científico de la CBI, el organismo internacional que regula la caza de ballenas y que en 1986 prohibió la matanza comercial de estos cetáceos.

Las 65 organizaciones ciudadanas alrededor del mundo, afirman que las nuevas limitaciones de Japón respecto a la jurisdicción de la CIJ están orientadas a evitar futuras acciones legales en contra de la caza de ballenas que ese país lleva a cabo en Antártica. También obstruirán cualquier otra disputa relativa a las controversiales y voraces prácticas pesqueras de Japón que están siendo abordadas por la Corte.

En la carta dirigida al Secretario General Ban Ki-moon las organizaciones afirman que “Japón demuestra una profunda falta de buena fe que resulta inaceptable para una nación que busca asegurar una posición como Miembro Permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, y concluye que “el historial (de Japón) en materia de gobernanza internacional sobre los recursos marinos vivos, y en particular las ballenas, demuestra que no se encuentra preparado para cumplir las responsabilidades de miembro permanente”.

José Truda Palazzo, ex comisionado de Brasil ante la CBI afirmó que “la denominada caza “científica” de Japón es una fachada para encubrir operaciones balleneras de carácter comercial. Cabe recordar que cerca de 500 investigadores a nivel mundial – especializados en investigación no letal y conservación de la biodiversidad – afirmaron inequívocamente que la caza “científica” de ballenas “es el resultado de intereses políticos y comerciales” que “socava gravemente los principios de la investigación científica”.

Por su parte Susan Milward, directora ejecutiva del Instituto de Bienestar Animal (AWI por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, declaró que “Esta semana es ‘lo mismo de siempre’ para Japón mientras la flota ballenera zarpa nuevamente, ignorando el consenso científico internacional respecto a que estas operaciones balleneras no son investigación científica. Además ahora evadirá la jurisdicción del máximo tribunal internacional para abordar sus dudosas prácticas pesqueras. Las Naciones Unidas deberían cuestionar si esta es la conducta adecuada para un líder mundial”.

“Este es el momento para que los gobiernos que se oponen a la caza de ballenas sin ninguna justificación científica u otras argumentaciones, se unan y envíen un inequívoco mensaje a Japón sobre la necesidad de detener su ilegal programa ballenero en el Santuario de Ballenas del Océano Austral”, explicó Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea de Chile. “Estos países deben usar su influencia, tanto en la CBI como en las Naciones Unidas y otros foros internacionales, así como de manera bilateral, para asegurar que Japón no continúe matando ballenas comercialmente bajo la excusa de investigación científica”.

Nota del Editor:

La reciente enmienda realizada por Japón a su declaración de 2007 aceptando la jurisdicción obligatoria de la CIJ específicamente excluye “cualquier disputa que surja de, o en relación con investigación de, o conservación, manejo o explotación de recursos marinos vivos”.

Acerca de Animal Welfare Institute

El Instituto de Bienestar Animal (AWI por sus siglas en ingles) es una organización sin fines de lucro fundada en 1951 y dedicada a reducir el sufrimiento animal generado por acciones humanas. AWI involucra a tomadores de decisión, investigadores, representantes de la industria y el público para mejorar el bienestar animal en todos los ámbitos – laboratorios, granjas, comercio, hogar y vida silvestre. Para más información visita www.awionline.org

Acerca del Centro de Conservación Cetacea

Centro de Conservación Cetacea (CCC) es una organización no gubernamental chilena y sin fines de lucro que trabaja activamente desde 2001 en la conservación de las especies de cetáceos y sus ecosistemas acuáticos en Chile y el Hemisferio Sur. Para más información visita www.ccc-chile.org