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Análisis de ADN demuestran los devastadores impactos de la caza comercial de ballenas en Antártica

Los resultados de la investigación más exhaustiva que se ha realizado sobre diversidad genética de las ballenas australes antes de la ballenería comercial sugieren que algunas poblaciones fueron extirpadas completamente, razón por la cual todavía no reaparecerían en históricas e importantes zonas de alimentación.

Por más de un siglo, montañas de restos óseos se acumularon en las costas de la Isla Georgia del Sur (Atlántico Sur), remanentes silenciosos de la extensa y mortal industria ballenera que operó a inicios del siglo XX y que llevó a muchas poblaciones de ballenas del hemisferio Sur al borde de la extinción.

Para comprender mejor los impactos de esta letal industria, varios científicos utilizaron el material genético contenido en estos huesos (ADN) para identificar el tipo de especies que fueron cazadas por la industria en el Océano Austral y vincular los resultados con los registros históricos de captura. Los resultados de la investigación fueron publicados recientemente en Marine Mammal Science.

La investigación es la más exhaustiva revisión histórica acerca de la diversidad genética de las ballenas de la región Antártica antes de la ballenería comercial. Los investigadores extrajeron ADN de 231 huesos de ballena, de los cuales 158 correspondieron a ballenas jorobada51 ballenas de aleta18 ballenas azuldos ballena sei una ballena franca austral. Una de las muestras resultó corresponder a un elefante marino.

La investigadora del Departamento de Pesquería y Vida Silvestre de la Universidad de Oregon (EE.UU) y principal autora de la publicación científica, Angela Sremba, afirmó que “una mirada preliminar a las secuencias de ADN indica un alto nivel de diversidad genética en esas ballenas, que era lo que esperábamos encontrar en muestras correspondientes a la pre-explotación comercial.” Sremba agregó que “el ADN se ha conservado sorprendentemente bien, pero es importante analizar esta información ahora, porque los huesos son susceptibles a degradarse y contaminarse con el tiempo.”

La primera estación ballenera fue establecida la Isla Georgia del Sur en 1904. Más de 175.000 ballenas fueron cazadas durante los siguientes 60 años. En los primeros 10 años, barcos anclados en la costa fueron convertidos en verdaderas factorías flotantes para procesar las ballenas. Los restos, incluyendo los huesos, eran desechados en la bahía. Muchos de estos huesos flotaron hasta la playa donde permanecen hasta el día de hoy. A partir de 1913 el procesamiento de ballenas se realizó en estaciones costeras y era tan eficiente que incluso los huesos eran molidos. Por ello Sremba cree que la mayoría de las muestras analizadas en el estudio corresponden al primer periodo de la ballenería comercial en la isla (1904-13).

Para el genetista y coautor de la publicación, Scott Baker, los resultados evidencian que las ballenas todavía no se recuperan de la caza comercial a pesar de la abundancia de alimento del Océano Austral. “Las aguas alrededor de la Isla Georgia eran importantes áreas de alimentación de grandes ballenas antes que apareciera la industria ballenera. Sin embargo todavía no repueblan la zona a pesar que han estado protegidas durante casi medio siglo, lo que sugiere que las poblaciones locales fueron extirpadas por la industria ballenera, resultando en la pérdida de conocimiento cultural sobre el hábitat,” afirmó el investigador.

Para Sremba, la información contenida en los huesos sobre la diversidad genética de las ballenas es invaluable. “Esta única fuente nos permitirá comparar la diversidad genética histórica con las poblaciones actuales para evaluar el impacto que tuvo la industria ballenera en el siglo XX.”

Fuente: Phys.org