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Japón reanuda matanza de pequeños cetáceos

A pesar de los impactos sobre la población y la destrucción generados por el terremoto y tsunami en 2011, la nación oriental ha enfocado significativos esfuerzos y dinero a revitalizar la matanza de ballenas en aguas internacionales y la cacería de delfines en diversas localidades costeras japonesas.

La mayor matanza del mundo de pequeños cetáceos, calificada por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) como “claramente insostenible” se reanudó en las costas de Japón, denunciaron hoy la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) del Reino Unido y la organización australiana Cambio Positivo para la Vida Marina (PCFML).

A pesar que la captura anual de decenas de miles de marsopas de Dall, una especie de pequeño cetáceo similar a un delfín, ha sido largamente condenada por la comunidad internacional, el gobierno japonés no sólo continúa las matanzas sino que se niega a entregar información a la CBI sobre estas operaciones de caza argumentando que este organismo internacional no tiene competencia sobre estas especies.

Tras los devastadores impactos del terremoto, tsunami y derretimiento de la planta nuclear de Fukushima, se esperaba que la temporada 2011-2012 no se llevaría a cabo y que la vida de miles de marsopas de Dall serían salvadas, al menos por lo que restaba del año.

Sin embargo la EIA y PCFML afirmaron que de acuerdo a fuentes asiáticas, una versión a menor escala de las matanzas de marsopas de Dall habría sido reanudada en Marzo en Iwate, una localidad costeras ubicada al norte de Japón.

La caza con arpón de marsopas de Dall cobra la vida de alrededor de 15 mil de estos pequeños cetáceos al año y se suma a las mundialmente conocidas matanzas anuales de cientos de delfines en la Taiji para abastecer la industria del cautiverio así como el mercado de carne y productos de estos mamíferos marinos.

Al carácter insostenible de estas capturas – que se realizan sin ningún control de la comunidad internacional – se agrega las graves amenazas que representa el consumo de estas especies para la salud humana. Esto porque la carne y órganos de las ballenas, delfines y marsopas de la región contienen altísimos niveles de contaminantes peligrosos, incluyendo mercurio y policlorobifenilos (PCB).

Claire Perry, campañista de EIA y quien ha participado en diversas investigaciones sobre el comercio y contaminación de carne de cetáceos en Japón, afirmó que “la mayoría de los ciudadanos japoneses desconocen completamente la caza de marsopas de Dall, tanto en términos de los productos obtenidos – los cuales muchas veces se etiquetan como carne de ballena – y los significativos riesgos a la salud de los consumidores de estos productos”.

“Considerando el enorme daño generado por el triple desastre de marzo 2011 en Japón sobre la población e infraestructura, y todo lo que falta por reconstruir, es profundamente lamentable que los esfuerzos hayan sido evidentemente focalizados en la revitalización de estas insostenibles y tóxicas matanzas” agregó Perry.

Por su parte Karl Goodsell, el fundador y director de PCFML, quien también ha trabajado en Japón, agregó que “Reiniciar estas cacerías, las cuales no son rentables y representan una amenaza para las poblaciones de delfines debido a la sobreexplotación, es ridículo, no sólo desde una perspectiva de conservación sino también desde el punto de vista económico”.

Fuente: Environmental Investigation Agency