Con la publicación del Reglamento General de Observación de Mamíferos Marinos, Reptiles y Aves Hidrobiológicas en el Diario Oficinal, Chile cuenta finalmente con un marco regulador para asegurar el desarrollo ordenado y sostenible del turismo de avistaje de ballenas y delfines.
Entre las regulaciones se incluyen: distancia mínima de observación de 100 metros para las ballenas y 50 metros para los delfines, a excepción de la ballena azul, que por su delicado estado de conservación y tamaño es de 300 metros. De manera similar especifica que el avistaje de ballena franca austral se deberá realizar sólo desde plataformas costeras, ya que la población presente en Chile se encuentra clasificada en Peligro Crítico con una población estimada en menos de 50 individuos. También incluye medidas para evitar el acoso a los animales y procedimientos que los operadores de las embarcaciones deberán realizar para acercarse a los animales.
Santuario de Ballenas, Propulsor de Marco Regulatorio para el Avistaje de Cetáceos en Chile
El camino para llegar a la aprobación del reglamento comenzó en 2007 cuando el Centro de Conservación Cetacea (CCC), el Centro Ecoceanos y la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (CONAPACH) se unieron para liderar la campaña ciudadana “Chile 2008, Santuario de Ballenas”, que contó con el apoyo de más de 100 organizaciones civiles nacionales e internacionales y el respaldo unánime y transversal de la ciudadanía, la Armada de Chile, el poder legislativo y el ejecutivo.
Tras ocho meses de exitosa campaña, la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet promulgó en la V región la Ley 20.293 de Protección a los Cetáceos, que en la práctica estableció uno de los mayores santuarios de ballenas nacionales existentes a nivel global, cubriendo una extensión de más de 5,3 millones de kilómetros cuadrados correspondiente a toda la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país.
El santuario de ballenas chileno prohíbe de manera permanente la matanza y comercialización de cualquier especie de cetáceo, ya sea con fines comerciales, científicos o aborigen, así como capturar, acosar, tener poseer y transportar a estos mamíferos marinos. También incluye medidas para promover la conservación de áreas claves como de alimentación, reproducción y parición, entre otros; el desarrollo de planes de contingencia para evitar la colisión entre embarcaciones y ballenas; y el desarrollo de regulaciones para garantizar que las actividades en torno a la observación de cetáceos se realicen de manera responsable, regulada y sostenible.
Trabajo Inclusivo y Multidisciplinario
La urgencia de avanzar en este último punto fue uno de los temas claves del Seminario Internacional sobre Turismo Responsable de Avistaje de Cetáceos realizado por CCC en la ciudad de Ancud (Chiloé) en 2009 como parte de la Segunda Semana de la Ballena Azul. El encuentro, que contó con la asistencia de representantes de gobierno con competencia en los temas relativos a los cetáceos, concluyó con el compromiso de la Subsecretaría de Pesca que crear un grupo de trabajo multidisciplinario para el desarrollo de la regulaciones de observación de cetáceos y otras especies marinas.
Tras un año de reuniones periódicas con especialistas de distinta áreas, incluyendo investigadores del CCC, el texto final del reglamento estuvo listo para aprobación a inicios de 2010 pero tras el terremoto el proceso se estancó, avanzando lentamente durante los últimos dos años.
Finalmente en Febrero pasado el Consejo de Ministros aprobó el texto con algunas modificaciones y el reglamento fue publicado el pasado 07 de mayo en el Diario Oficial del país.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del CCC, ONG que participó activamente en el desarrollo del reglamento, “este es un paso muy positivo hacia el desarrollo ordenado del turismo de avistaje de cetáceos en el país y una evidencia más de la importancia que tiene la ley cetácea para la efectiva conservación y manejo no letal de las poblaciones de ballenas y delfines en el país”.
Para Juan Carlos Cárdenas, médico veterinario y director ejecutivo del Centro Ecocéanos, “ la Ley 20.293 de protección a los cetáceos sigue constituyendo un hito que promueve el avance de la conservación marina en Chile. Esta vez estableciendo el marco regulatorio para un turismo de avistaje de ballenas y delfines ordenado, responsable, de base comunitaria, y comprometido con la investigación y educación ambiental del país “
Fuente: Centro de Conservación Cetacea