Esta semana pudimos constatar que la represión a la libre expresión pacífica ciudadana esta siendo duramente coartada, ya no solo en los medio de comunicación tradicionales donde se montan cortinas de humo para distraer la atención de los innumerables golazos al patrimonio medio ambiental y derechos ciudadanos, sino también en los lugares públicos, donde miles de personas se reunieron para manifestar pacíficamente su descontento en contra la instalación de dos termoeléctricas a 22 kilómetros de la bahía de Punta de Choros, Región de Coquimbo.
La manifestación surgió espontánea y rápidamente en sólo un par de horas dentro de la ciudadanía, al darse a conocer durante la mañana del martes 24 de agosto, la aprobación de la Comisión Regional de Medioambiente (Corema) de Coquimbo al polémico proyecto termoeléctrico Barrancones de la empresa franco belga Suez Energy, con sólo 4 votos en contra y 15 a favor.
Rápidamente diversos sectores de la sociedad civil, ONGs, políticos, estudiantes, medios de comunicación y redes sociales comenzaron a convocar manifestaciones en distintas partes del país como La Serena, Antofagasta, Concepción, Temuco y Puerto Montt.
En Santiago, las más de 2.000 personas se reunieron inicialmente en la Plaza de Armas de Santiago alrededor de las 19 hrs., entre los cuales se podía apreciar gente en bicicletas, familias, niños, en un ambiente tranquilo donde se sostenían carteles y hasta pingüinos de peluche, cantando y expresando su descontento al son de tambores y otros instrumentos.
Al comenzar a avanzar por Huérfanos hacia La Moneda, las enviadas fuerzas policiales impidieron el paso en la esquina de Teatinos con Agustinas, donde agresivamente comenzaron su beligerante ofensiva a través de sus carros lanza agua y bombas lacrimógenas, sin importar la presencia de niños, gente de la tercera edad, ni lo apacible de la manifestación.
Irremediablemente las miles de personas comenzaron a disolverse, sin embargo volvían a reunirse más lejos de los amenazadores lanza agua, demostrando que la fuerza cohesionada de una ciudadanía informada luchando respetuosamente por una causa justa no se le vence fácilmente así sea de manera injusta y violenta.
Entre los manifestantes se encontraba el Senador PPD Guido Girardi, quien empapado por los carros policiales logró declarar que “esta gente que viene pacíficamente, somos todos testigos. Hay una agresión policial nuevamente desmedida, sin ninguna justificación, de gente que está protestando por la vida, por la salud, por sus derechos, contra la violación a los derechos humanos“.
El proyecto recién aprobado contempla la instalación de dos plantas a carbón en el sector de Punta de Choros, una de las caletas pesqueras artesanales más productivas de recursos bentónicos del país y donde se localiza La Reserva Nacional Pingüino Humboldt, y las Reservas Marinas Damas, Choros y Chañaral en donde se encuentran más de 800 especies animales, siendo el 70% endémicas.
Dentro de esta gran biodiversidad, se encuentra el 80% de la población mundial de Pingüino de Humboldt y la única colonia residente de delfín nariz de botella, así como numerosas especies clasificadas En Peligro y Vulnerables por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por su sigla en inglés), entre ellas el Chungungo o Nutria Marina, Delfín de Risso, Delfín Oscuro y poblaciones de ballenas que transitan y habitan en determinadas épocas del año para realizar actividades propias de sus ciclos biológicos, entre ellas la Ballena Jorobada, Ballena de Aleta, Ballena Sei y la emblemática Ballena Azul.
Los miles de manifestantes y retractores de este proyecto recuerdan que una de las promesas de campaña del actual Presidente de Chile Sebastián Piñera fue que se opondría al proyecto Barrancones y a todas las plantas termoeléctricas que atenten contra la naturaleza, comunidades y la calidad de vida. Prometió promover las fuentes de energía limpia y renovable, destacando la potencialidad que posee Chile en la generación de este tipo de energías renovables del futuro.
Sin embargo, resulta extraño que luego del compromiso presidencial, el gobierno regional haya aprobado con una arrasadora mayoría el proyecto. Sumado a la serie de irregularidades que los dirigentes opositores al proyecto denuncian durante el proceso de impacto ambiental que comenzó en el año 2007.
Resulta, a lo menos, lamentable la actitud de los funcionarios de la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema), cuando la expulsada funcionaria Pamela Pizarro se refirió en burdos términos a quienes se oponen a la instalación de estas centrales termoeléctricas. Se suma a estas ofensas, los numerosos argumentos que tanto el director ejecutivo de CONAMA, Ignacio Toro y la Ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, replican en los medios de comunicación tratando de justificar y contravenir el impacto ambiental, social y de salud que tendrá irrefutablemente la instalación de estas termoeléctricas.
Las reacciones ciudadanas y de los legisladores no se han hecho esperar y la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados cita el día miércoles al intendente regional a dar explicaciones acerca de esta aprobación, los parlamentarios miembros de la bancada verde estudian presentar acusación constitucional por la aprobación del proyecto, mientras que miles de ciudadanos continúan convocando a prontas manifestaciones pacificas ciudadanas para los próximos días.
Esperamos que la voz de la ciudadanía se haga escuchar y tenga el efecto requerido para evitar este descomedido insulto a nuestro patrimonio natural y derecho ciudadano.
Por: Priscila Escobar Gimpel, Médico Veterinaria de Centro de Conservación Cetacea