Un estudio sobre la caza ilegal de ballenas ejecutada por la ex Unión Soviética en el Pacífico sur entre 1947 y 1973 revela que los impactos negativos producidos por estas operaciones sobre las poblaciones de ballenas se extienden hasta nuestros días.
De acuerdo a Wally Franklin, científico del Centro de Investigación de Ballenas de Cross University y co-director del Proyecto Oceanía (EE.UU), “a pesar que desde hace algún tiempo estábamos al tanto que la flota ballenera soviética cazó ilegalmente cerca de 100,000 ballenas en el hemisferio sur, no sabíamos con certeza los impactos que estas capturas han tenido sobre la población actual de ballena jorobada”.
Franklin agregó que “hasta ahora continuaba siendo un misterio por qué la población de ballena jorobada de la costa este de Australia y la región del Pacífico sur había colapsado repentinamente a inicios de la década de 1960”. Sin embargo, el estudio reveló una conexión entre la captura ilegal realizada por la ex Unión Soviética a finales de la década de 1950 y el colapso de las poblaciones de ballena jorobada de Australia y Pacífico sur.
Si bien se sospechaba que la flota soviética había cazado más ballenas que las reportadas formalmente, esta información no pudo ser confirmada hasta finales de 1990, cuando la Federación Rusa divulgó información en la Comisión Ballenera Internacional (CBI) sobre la captura de unas 25,000 ballenas entre los años 1959 y 1961, las cuales no fueron debidamente reportadas en su momento.
El estudio unió las capturas reportadas oficialmente a la CBI con la información sobre la caza ilegal desarrollada en áreas de reproducción de la Antártica, confirmando las sospechas que estas operaciones en conjunto llevaron al colapso a las poblaciones. Franklin afirmó que “de una población pre-explotación estimada entre 45,000 y 60,000 ballenas jorobadas, se ha establecido que sólo sobrevivieron cerca de 150 ballenas de las poblaciones de Australia y el Pacífico sur”.
Al respecto Franklin agregó que “mientras la población del este de Australia evidencia una tasa de crecimiento constante, no sucede los mismo con la población que migraba por Nueva Zelanda hacia lugares como Fiji”. Sin embargo, los estudios realizados recientemente evidencian que la población del este de Australia podría estar desplazándose hacia el Pacífico por lo que Franklin y sus colegas esperan que eventualmente se fortalezca la recuperación de la devasta población de ballena jorobada.
Franklin afirmó que la continua amenaza de la “caza científica” de ballenas en el Océano Austral requiere imperativamente la adopción de un sistema de regulación estricto y con observadores independientes que asegure el cumplimiento de las regulaciones internacionales.
A pesar de ser el organismo internacional encargado de la regulación de la ballenería, la CBI no cuenta con mecanismos de cumplimiento y mantiene un sistema de reporte de capturas realizado de manera voluntaria por cada nación ballenera.
“Queremos asegurarnos que las capturas ilegales que llevaron a devastación de estas poblaciones no puedan repetirse en el futuro” concluyó Franklin.
Fuente: Science Alert