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Campañas pesqueras japonesas abandonan flotas balleneras

Diversas compañas pesqueras, entre las que se encuentran los gigantes pesqueros Nissui y Kyodo Senpaku han decidido transferir sus flotas balleneras a otras corporaciones niponas con el fin de evitar la presión de la comunidad internacional sobre los productos producidos por empresas subsidiarias.

Las flotas serán transferidas a diversas corporaciones niponas ente las que se destaca el Instituto de Investigación de Cetáceos de Japón (ICR por sus siglas en ingles), organismo vinculado a la Agencia de Pesca de Japón y responsable de capturar miles de ballenas anualmente en aguas del Océano Austral y Pacifico Norte bajo el pretexto de investigación científica.

PRESIóN INTERNACIONAL

La decisión Nissui y Kyodo Senpaku se debió a las intensas protestas del público hacia las empresas subsidiarias de ambas firmas, quienes expresaron su esperanza de que esta determinación cambie la visión que los consumidores tienen de sus compañas.

De acuerdo a personeros de Kyodo Senpaku, las empresas pesqueras relacionadas a la caza científica de ballenas han decidido deshacerse de sus flotas balleneras “en vista del interés público y científico sobre las actividades desarrolladas por nuestras filiales”. Por su parte, Nissui, la compaña ballenera más antigua del Japón afirmó que también detendrá el procesamiento y distribución de carne de ballena.

El distanciamiento de compañas pesqueras japonesas tradicionalmente balleneras de las operaciones de caza científica desarrollada por el ICR, evidencia que la caza comercial promovida por Japón a nivel mundial ni siquiera representa los intereses comerciales de las propias compañas niponas. La decisión también constituye una victoria para la comunidad internacional que durante décadas ha protestado contra la continuación y expansión de operaciones balleneras con supuestos fines científicos en el Océano Austral y Pacifico Norte.

ACTIVIDAD DECADENTE

El mercado actual de productos de ballena en Japón se mantiene de manera artificial a través de subsidios gubernamentales y la distribución de carne de ballena a hospitales y escuelas públicas.

Japón utiliza un resquicio legal existente en la moratoria sobre la caza comercial de ballenas que le permite capturar ballenas con supuestos fines científicos y posteriormente comercializar los productos obtenidos con el fin de mantener activa una decadente industria ballenera.

Fuentes: Independent OnLine, Sydney Morning Herald, EIA.