Antofagasta, Chile. 16 de Mayo de 2003 – Un grupo de sesenta delfines se transformó el pasado viernes 9 de mayo en la vedette de las costas de la Segunda Región, luego que un grupo de investigadores del Instituto de Oceanología de la Universidad de Antofagasta los observaran recorriendo el litoral de la zona.
Incluso los científicos tuvieron la posibilidad de seguir a la manada a bordo de la lancha motor Darwin durante más de tres horas. Una de las hipótesis sobre su insólita presencia es que ingresaron a la bahía antofagastina en busca de alimento.
Depredados en forma masiva en décadas pasadas – principal objeto de estudio en cumbres mundiales y emblema en protestas de grupos conservacionistas que intentan evitar su extinción, sus avistamientos constituyen una excelente oportunidad para conocer sobre sus características y comportamientos.
El doctor en biología Carlos Guerra explica que la aparición de la especie (Grampus griseus) es poco frecuente. De hecho, las últimas de que se tenga registro en el país ocurrieron en la Quinta y en la Primera Región.
Guerra aclara que la presencia de los delfines no provoca alteraciones en el ecosistema. Se trata de animales en extremo dóciles que se alimentan principalmente de calamares y en menor medida de crustáceos y peces pequeños.
Agrega que tampoco es una señal relacionada con la presencia de un fenómeno climático que afecte a la zona, como por ejemplo un eventual incremento en la temperatura del mar.
Pese a ser una especie cosmopolita, este delfín prefiere las aguas cálidas o tropicales alejadas de la costa y de su gran depredador, el hombre.
Alcanzan un imponente largo de cuatro metros y un peso que puede variar entre 400 y 600 kilos, sostiene Guerra.
Noticia completa: El Mercurio OnLine