Rode Island, EE.UU., 14 de Enero de 2003 (ENS) – Según un reciente estudio, las ballenas francas del norte (Eubalaena glacialis) se ven expuestas regularmente a las neurotoxinas responsables del envenenamiento paralítico por mariscos (PSP en inglés) al alimentarse de zooplancton contaminado. Dichas toxinas podrían afectar la capacidad respiratoria, la conducta alimenticia y la capacidad reproductiva de la población de ballenas.
Un equipo científico, liderado por el biólogo Edward Durbin, explicó cómo las ballenas francas del norte que se alimentan al final del verano al sur de la Bahía de Fundy se encuentran expuestas a toxinas venenosas al alimentarse de Calanus finmarchius, un copépodo contaminado con PSP.
Los científicos estiman que la tasa de ingestión de la toxina de las ballenas francas en la Bahía Fundy es sustancial y similar a la dosis mínima letal para el ser humano.
De acuerdo al Dr. Durbin, “a pesar que no existe ninguna evidencia directa que relacione las muertes de las ballenas con PSP, nosotros sugerimos que debido al prolongado periodo de alimentación estival en la región, las ballenas podrían experimentar una exposición crónica a la toxina”.
Las toxinas actúan como un potente bloqueador de los canales de sodio en los músculos y membranas, afectando las funciones nerviosas. Los síntomas iniciales de la toxina PSP incluyen parestesia, adormecimiento y debilitamiento de los músculos.
En dosis altas, el síndrome toxicológico de PSP en mamíferos se caracteriza por dificultad respiratoria, la cual podría ocasionar la muerte sin la ayuda de un equipo respiratorio.
“A pesar que las toxinas de PSP no tienden a acumularse en la mayoría de los tejidos de los mamíferos, los efectos crónicos debido a exposición repetida podrían manifestarse en la capacidad de buceo, incluyendo tiempo de inmersión, velocidad de nado durante el buceo y frecuencia de las inmersiones”, explico Durbin. “El debilitamiento de la capacidad de inmersión en las ballenas francas del norte podría generar una reducción de la alimentación, lo que podría explicar la actual condición de la población y la reducción de la tasa de reproductiva a pesar de las altas concentraciones de copépodos existentes en el Gran Manan Basin”.
Otros efectos negativos para las ballenas podrían incluir mayor susceptibilidad de contagio a enfermedades, falla reproductiva, interrupción de la migración y daños físicos ocasionados por colisiones con embarcaciones o enredamiento en redes y otros equipos pesqueros similares. Respecto a este punto el Dr. Durbin explica que el tiempo de recuperación después del buceo durante períodos de exposición a PSP podría ser mayor a lo normal y el aumento del tiempo en la superficie podría aumentar las posibilidades de ser atropelladas por embarcaciones.
De acuerdo a la investigación, no debe subestimarse la ingesta de toxinas PSP en la supervivencia de las ballenas francas. Según Durbin “Se han realizado pocos estudios acerca de los efectos de estas toxinas en mamíferos y no existe ninguna investigación sobre su impacto en las ballenas. Nuestros descubrimientos son los primeros en sugerir que el debilitamiento fisiológico debido a la exposición a altas dosis de toxinas PSP a través de la cadena alimenticia, puede comprometer la salud de esta población de ballenas”.
La ballena franca del norte es la especie de ballena en mayor peligro de extinción y su población se calcula en menos de 300 individuos.
1) La alteración del color de las aguas marinas (marea roja) es ocasionada por microorganismos y es conocida por el ser humano desde tiempos ancestrales. En algunas ocasiones puede ser tan intensa que se asemeja a la sangre. Los finlandeses atribuían el color rojizo de las aguas a la menstruación de las ballenas. Algunos eruditos relacionan el fenómeno de la marea roja a la séptima plaga de Egipto narrada en la Biblia, que describe cómo las aguas del Nilo se volvieron perjudiciales para el consumo humano. De hecho, dependiendo de los organismos presentes en el agua ésta se vuelve dañina, tanto para el consumo humano como para otras especies. Dependiendo del tipo de molécula, los síntomas presentados por el consumo de mariscos contaminados pueden agruparse en cuatro grupos: envenenamiento paralizante por consumo de mariscos (PSP), envenenamiento diarreico por consumo de mariscos (DSP), envenenamiento amnésico por consumo de mariscos (ASP) y envenenamiento neurotóxico por consumo de mariscos (NSP).
2) En la Bahía de Fundy, el principal alimento de esta especie es un copépodo llamado Calanus finmarchius, un crustáceo de tan solo 3mm de largo. Las ballenas francas del norte no se alimentan aleatoriamente sino que buscan bancos de copépodos donde la densidad es mayor. Durante el día esto significa que las ballenas se sumergen a profundidades de 100 metros con el fin de encontrar grandes concentraciones de copépodos y alimentarse durante 10 a15 minutos, antes de regresar a la superficie.
Fuentes: ENS; Government of New Brunswick