Un miembro de la tripulación del barco ballenero japonés Kyoshin Maru 2 desapareció el lunes. Se cree que Hajime Shirasaki, de 30 años, cayó por la borda en las aguas heladas antárticas cuando había olas de más de cuatro metros de altura.
Shiaraski no apareció el lunes por la mañana en su puesto de trabajo para iniciar su turno y cuando le fueron a buscar no lo hallaron en su cama ni en ninguna otra parte del buque.
Tras una búsqueda 24 horas, las autoridades neozelandesas lo dieron por muerto, informó la radio australiana ABC.
El Centro de Coordinación de Rescate neozelandés, que inició la operación de búsqueda y rescate el mismo día de la desaparición, consideró imposible la localización con vida del marinero.
La desaparición de Shirasaki, es el tercer accidente fatal en dos años ocurrido a la flota ballenera japonesa. En enero 2007, un miembro de la tripulación murió cuando se produjo una explosión e incendio en la nave Nisshin Maru y un segundo tripulante murió en junio de ese mismo año cuando fue aplastado en el transportador de carga de carne de ballena del barco factoría.
Aunque la muerte de Shiaraski no ha sido relacionada con las actividades de la organización no gubernamental estadounidense Sea Shepherd, cuyo buque “Steve Irwin” se encuentra en el Océano Austral intentando detener las operaciones balleneras, la Asociación Ballenera de Japón tildó de terrorista al buque e instó a Australia y Nueva Zelanda a cerrar sus puertos para impedir que el “Steve Irwin” recargue combustible debido a que utiliza la violencia y sus actividades afectan la vida de personas y la seguridad en el mar.
Paul Watson, capitán del barco y director de Sea Shepherd, respondió a través de un comunicado que “la industria ballenera japonesa nos acusa de realizar actos contrarios a la seguridad en el mar, pero en los cinco cruceros que hemos realizado para oponernos a la matanza de ballenas, ningún miembro de la tripulación japonesa ha resultado herido”.
Y agregó que “me parece que es la industria ballenera nipona la que debería mejorar sus sistemas de seguridad en el mar y no utilizarnos como chivos expiatorios para evadir su responsabilidad en las muertes ocurridas a bordo de la flota ballenera”.
Señaló además que su tripulación ha mantenido con éxito durante dos semanas las operaciones para impedir la captura de ballenas por parte de barcos japoneses.
El Kyoshin Maru 2 es uno de los cinco barcos de la flota ballenera japonesa que participa en la pesca de cetáceos en aguas de la Antártica que cada temporada mata cerca de 1.200 ballenas, incluyendo especies clasificadas En Peligro, con el pretexto de “investigación científica”.
Fuente: EFE, Sea Shepherd.