15 de Septiembre de 2003 (CCC/Ecoceanos News) – El gobierno del Reino Unido, en representación de 23 países, presentó una protesta diplomática (demarche), condenando la reanudación de la caza de ballenas en aguas territoriales islandesas.
La ‘demarche’, uno de los mayores niveles de gestión diplomática, fue presentada en Reykiavik el pasado 10 de Septiembre por el Embajador del Reino Unido en Islandia, junto a representantes de los gobiernos de Francia, Alemania, Suecia y Estados Unidos.
La declaración califica el programa de caza científica islandés como “injustificado e innecesario” y destaca que “las operaciones de caza científica de ballenas constituyen un acto contrario al espíritu de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas y a la voluntad de la Comisión”.
INESPERADA POSICIóN CHILENA
El alto numero de países que se adhirieron a la iniciativa inglesa manifiesta el fuerte rechazo de la comunidad internacional a la caza científica de ballenas y demuestra la importancia que tiene la conservación y uso no letal de estos mamíferos marinos.
A nivel regional, Argentina, Brasil, Perú y México se adhirieron a la ‘demarche’, por lo que llama poderosamente la atención la posición adoptada por el Gobierno de Chile, el cual no se adhirió a la iniciativa inglesa, básicamente debido que la caza se desarrollará dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Islandia.
La Convención de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar (Convemar), reconoce los derechos de soberanía y jurisdicción de los países costeros dentro del límite de 200 millas.
Sobre la determinación del gobierno, Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea (CCC) declaró que “lamentamos la decisión del Gobierno chileno, ya que a pesar que las operaciones de caza islandesas se desarrollan dentro de las 200 millas de su Zona Económica Exclusiva (ZEE) , las ballenas son especies altamente migratorias que se encuentran protegidas por varios tratados internacionales de los cuales Chile es Parte, como la CBI, la CITES, la CMS y la Convención del Mar (Convemar) “.
Respecto a esta última Convención, Cabrera agregó que “tanto Islandia como Chile mantienen un compromiso internacional de protección a las poblaciones de ballenas bajo la Convemar, la cual establece que – en el caso especial de los cetáceos – los países realizarán actividades de conservación, administración y estudio a través de las organizaciones internacionales apropiadas, que en este caso sería la CBI”.
La Convemar también establece que los países cooperarán para asegurar conservación de las especies altamente migratorias tanto dentro como fuera de la ZEE.
Para Cabrera, “la determinación del gobierno chileno demuestra una preocupante falta de compromiso hacia las decisiones acordadas por la CBI, y se contrapone a la política nacional de conservación de los cetáceos, ya que el país ha propugnado la adopción de medidas tendientes a su conservación, como el establecimiento del Santuario Ballenero Austral en 1994″. Actualmente Chile promueve el desarrollo de actividades orientadas al aprovechamiento de los cetáceos mediante métodos no letales como el Turismo de Observación de Cetáceos.
PROGRAMA CIENTIFICO DEFICIENTE
El gobierno de Islandia ha declarado que el programa de investigación es necesario para conocer los hábitos alimentarios de las ballenas, pues éstas podrían ser responsables de la disminución de los recursos pesqueros. El Programa contempla la captura anual de 100 ballenas minke (Balaenoptera acutorostrata), 100 ballenas de aleta (Balaenoptera physalus) y 50 ballenas sei (Balaenoptera borealis) por un periodo de dos años. Sin embargo las críticas al programa de caza científica islandés no se han hecho esperar.
Durante la pasada reunión de la CBI realizada en Berlín (Alemania), treinta y nueve especialistas del Comité Científico de dicho organismo internacional calificaron la propuesta islandesa como “deficiente en casi todos los aspectos”.
Adicionalmente, la Comisión aprobó una Resolución que establece que las propuestas sobre Permisos Especiales para operaciones balleneras representan un “acto contrario al espíritu de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas establecida por la CBI y a la voluntad de la Comisión”. Cabe mencionar que dicha Resolución contó con el voto favorable de Chile.
CRÃ?TICAS DE LAS ORGANIZACIONES ISLANDESAS
Por otra parte, el pasado 4 de septiembre la Organización para la Conservación de la Naturaleza de Islandia (INCA por sus siglas en inglés), condenó la decisión del gobierno islandés y lamentó el daño que estas operaciones causan a la imagen internacional del país. INCA afirmó que la investigación contraviene las disposiciones de la CBI, las cuales requieren contar con una estimación segura de las poblaciones de ballenas afectadas y de la aprobación de un sistema de capturas. INCA afirmó que la decisión de reanudar la caza de ballenas no es por ningún motivo un asunto privado de Islandia y recomendó que el programa de caza científica sea detenido de inmediato.
Ahora, veintitrés países se han unido para expresar sus “serias reservas sobre el valor científico del programa Islandés”.
Al respecto, Cabrera agregó que: “la ‘demarche’ demuestra que un número significativo de países miembro de la CBI concuerdan con que la caza científica es injustificada e innecesaria, sentimos muchísimo que Chile haya sido el único país del bloque regional de gobiernos miembro de la CBI que no se adhirió a esta importante iniciativa”.
TURISMO DE OBSERVACIóN AFECTADO
La decisión de Islandia también generó el fuerte rechazo de la Alianza Internacional de Operadores de Turismo de Ballenas, organismo que reúne a cientos de agencias turísticas alrededor del mundo en países como Argentina, Brasil, Uruguay, Estados Unidos, entre otros, con el fin de promover y asegurar la sustentabilidad de la industria del Turismo Regulado de Observación de Ballenas (TROC). En declaración pública, los miembros de la Alianza solicitaron al gobierno de Islandia reconsiderar su decisión, ya que las operaciones balleneras afectarán la creciente industria del turismo de cetáceos en Islandia, una actividad que actualmente constituye la segunda fuente de ingresos para el país nórdico, generando cerca de ocho millones de dólares al año.
Durante los últimos 14 años, Islandia ha desarrollado exitosamente esta industria. En un país de sólo 275 mil habitantes, más de 62 mil turistas viajan anualmente con el objetivo de avistar a diversas especies de ballenas encontradas en las costas islandesas, entre las que se encuentran la ballena minke, de aleta y sei.
A nivel mundial, el TROC genera actualmente 1.500 millones de dólares anuales y más de 10 millones de turistas practican esta actividad cada año.
El avistaje de cetáceos es la actividad con mayor crecimiento a nivel mundial dentro del ecoturismo debido a que “los gobiernos de más de 80 países han entendido que las ballenas valen mucho más vivas que muertas” señala Cabrera.
Fuentes: CCC, Centro Ecoceanos, WDCS, DEFRA
ANTECEDENTES
– La ballena de aleta y la ballena sei se encuentran actualmente clasificadas En Peligro por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). – En 1982 la CBI acordó establecer una moratoria sobre todas las especies de grandes cetáceos incluidos en la Convención debido a que las poblaciones de ballenas se encontraban al borde de la extinción por la sobre explotación comercial. La moratoria se encuentra vigente desde 1986. – La Convención de la CBI permite que los países miembros emitan permisos especiales para cazar ballenas con fines científicos. Sin embargo, la mayoría de los miembros de la CBI consideran que esta provisión no fue establecida para auto-otorgarse grandes cuotas de animales con supuestos fines científicos. – Actualmente Japón, Noruega e Islandia continúan cazando ballenas a pesar de la moratoria. – Japón desarrolla programas de caza a gran escala en aguas del Santuario Ballenero Austral y el Pacifico Norte, cazando unas 700 ballenas anualmente, entre las que se encuentran la ballena sei, una especie clasificada actualmente por la UICN como En Peligro. – Noruega no se encuentra sujeto a la moratoria ya que presentó una objeción formal cuando ésta fue acordada por la CBI en 1982. Actualmente, Noruega caza más de 700 ballenas anualmente. – Después de intentar infructuosamente durante dos años reintegrarse a la CBI con una reserva a la moratoria (CBI53 y CBI54), Islandia se readhirió a la CBI bajo singulares circunstancias en Octubre de 2002. En aquella oportunidad, el gobierno de Islandia se comprometió formalmente a no reanudar las actividades balleneras hasta el año 2006. |