La Haya, Holanda. 09 de mayo de 2011 – El gobierno australiano anunció que presentó este lunes su alegato escrito ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, para detener la caza de ballenas en la Antártica por parte de Japón.
La acción legal fue interpuesta por Australia el 1ro de junio de 2010. En la ocasión, el ministro de medio ambiente australiano de la época, Peter Garret, afirmó que “la decisión de emprender acciones legales contra su importante socio comercial subraya el compromiso del gobierno para terminar el denominado programa de caza científica de ballenas de Japón en los mares del sur”.
El contenido del alegato escrito entregado hoy se mantendrá en secreto hasta que Japón entregue la contramemoria, lo cual debe hacer antes del 09 de marzo de 2012. Posteriormente se dará inicio a la fase oral de este proceso, señalaron en un comunicado de prensa conjunto los Ministerios de Relaciones Exteriores y del Medio Ambiente y la Fiscalía General de Australia.
En la presentación de la demanda, Australia argumenta que Japón viola la prohibición general de cazar ballenas con fines comerciales, así como la prohibición de conducir operaciones balleneras en el Santuario de Ballenas del Océano Austral.
De acuerdo al fiscal general australiano, Robert McClelland, la acción representa “un paso más de su país para poner fin al programa de caza de ballenas en la Antártica, ya que Japón se ha rehusado a atender los reiterados llamados a detener las operaciones balleneras en el Océano Austral”.
A pesar que Japón argumenta que la matanza de ballenas en el Océano Austral es de carácter científico, el programa de “caza científica” de ballenas antártico del gobierno nipón se inició en 1987, sólo un año después que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) adoptara la moratoria sobre la caza comercial de ballenas e incluye capturas a escala comercial de ballena minke antártica, de especies En Peligro como la ballena de aleta, y hasta matanzas ilegales de madres con crías. Los animales capturados son posteriormente comercializados en el mercado japonés e incluso se han detectado exportaciones ilegales de carne de ballena obtenida en el Santuario de Ballenas del Océano Austral hacia países como Estados Unidos.
“Nuestro gobierno considera que la ballenería realizada por Japón es de carácter comercial y no científico, por lo que no se aplica la excepción establecida por la CBI”, concluyó McClelland.
En diciembre de 2010, el Ministro de Relaciones Exteriores de Australia, Kevin Rudd, anunció que el gobierno de Nueva Zelanda no se sumaría como parte en la demanda australiana ante la CIJ pero que sí intervendría mediante comunicaciones orales y escritas que evidencian que la caza de ballenas en el Océano Austral es contraria a las obligaciones aplicables bajo las convenciones internacionales. En dicha oportunidad, el ministro de relaciones exteriores de Nueva Zelanda, Murria McCully, explicó que si su país se hubiera presentado como parte en la demanda, Australia no habría podido nombrar un juez para conocer el caso. Posteriormente, en marzo de 2011, la CIJ aceptó la nominación del Profesor australiano Hilary Charlesworth como juez ad-hoc del caso.
Para Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea “la demanda australiana contra la denominada “caza científica” de Japón en la Corte Internacional de Justicia representa la visión general existente este tipo de matanzas, las cuales son utilizadas para encubrir operaciones balleneras de tipo comercial, violar la moratoria vigente y amenazar la gobernanza del Océano Austral, por lo que esperamos que más naciones se sumen e intervengan a favor del cumplimiento de los acuerdos internacionales adoptados en esta materia”.
Fuente:Radio Cooperativa,The Hague Justice Portal,Centro de Conservación Cetacea