Valparaíso, Chile. 06 de Enero de 2010 – El Senado de Chile aprobó en forma unánime, el proyecto de acuerdo que solicita a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet que exprese al gobierno de Japón, la más enérgica protesta por el zarpe de una flota pesquera integrada por el barco factoría Nisshin Maru y los barcos Shonan Maru y Yushin Maru II y III, con el fin de cazar, con supuestos “fines científicos”, a 1.000 ballenas, en la Antártica.
A través de la iniciativa los impulsores del proyecto, los senadores Jaime Naranjo (PS) y Juan Pablo Letelier (PS) pidieron además al Ejecutivo que se coordine con los países latinoamericanos que son miembros del Grupo Buenos Aires para denunciar esta situación en distintos organismos internacionales.
Asimismo reclamaron que se implementen todas las medidas necesarias para hacer cumplir nuestra ley y, de esa forma impedir la caza de ballenas en aguas jurisdiccionales chilenas así como en aguas internacionales del Santuario Ballenero Austral.
Por otra parte, el Senado acordó manifestar a su similar de Japón su más enérgico rechazo a la caza de ballenas realizada por dicho país.
El proyecto de acuerdo se aprueba luego de diversos llamados realizados desde octubre pasado por organizaciones chilenas y latinoamericanas para que los gobiernos de América Latina realicen una protesta diplomática conjunta contra la caza científica de ballenas que realiza Japón en el Océano Austral.
Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea afirmó que “felicitamos la acción realizada por el Senado de Chile y esperamos que las solicitudes incluidas en el proyecto de acuerdo sean atendidas a la brevedad por el gobierno de la presidenta Bachelet, quien en 2008 se comprometió a rechazar la caza de ballenas con fines de científicos y pero lamentablemente hasta la fecha las autoridades de gobierno no han respondido los diversos llamados que hemos realizado en conjunto con decenas de organizaciones nacionales, regionales e internacionales”.
Los parlamentarios impulsores de la iniciativa explicaron que desde 1986,- fecha en que se implementó la moratoria sobre la caza comercial de ballenas-, pesqueros japoneses han asesinado a más de 8.000 ballenas con supuestos fines científicos.
Los senadores Naranjo y Letelier agregaron que Chile, en conjunto con numerosos países, ha suscrito diversos tratados internacionales con el fin de proteger a las ballenas ante la caza indiscriminada de éstos cetáceos.
Con posterioridad se elaboraron diversas normas legales, cuya culminación es la Ley de Protección a los Cetáceos (N° 20.293) promulgada el 15 de octubre de 2008, tras ocho meses de realización de la campaña “Chile 2008, Santuario de Ballenas” realizada por la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (CONAPACH), el Centro Ecoceanos y el Centro de Conservación Cetacea, con el apoyo de cientos de organizaciones civiles chilenas y extranjeras. Dicha Ley establece que todas las aguas que se encuentren bajo la jurisdicción de Chile son zonas libre de caza de cetáceos.
Los legisladores manifestaron que nuestro gobierno debe realizar todo lo que esté a su alcance para impedir el accionar de la flota ballenera que zarpó en noviembre desde Japón con el fin de matar más de mil ballenas en el Santuario de Ballenas del Océano Austral.
Juan Carlos Cárdenas, director ejecutivo del Centro Ecoceanos afirmó que “la adopción del proyecto de ley es de suma importancia para que Chile y los gobiernos de la América Latina lideren acciones tendientes a detener las operaciones balleneras japonesas en el Océano Austral, ya que éstas amenazan el proceso de negociación de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) liderado por el chileno Cristián Maquieira y el futuro de este organismo internacional.”
Cárdenas y Cabrera concluyeron que “resulta urgentemente necesario que Chile atienda la solicitud del poder legislativo chileno y de la ciudadanía latinoamericana, ya que el conflicto generado por la “caza científica” de Japón debe resolverse a la brevedad en el seno de la Comisión Ballenera Internacional con el fin de evitar que éste continúe aumentando en el delicado ecosistema antártico”.
Fuente: Senado de Chile, Ecoceanos, CCC