Santiago, 05 de diciembre 2008 (CCC/Ecoceanos News) – Hace un mes se realizó en Hobart, Tasmania (Australia), la XVII reunión anual de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR por sus siglas en ingles), la cual fue establecida en 1982 “con el objetivo de considerar las graves consecuencias del aumento de las capturas de kril en el Océano Austral, en las poblaciones mismas de kril y en la fauna marina, especialmente en aves, focas y peces que dependen en gran parte del kril para su subsistencia”.
El kril antártico (Euphausia superba) es un crustáceo similar a un camarón, abundante en las aguas del Océano Austral y que constituye la base de la red trófica antártica.
Su adecuada conservación y manejo es clave para garantizar la supervivencia de cientos de especies de peces, aves y mamíferos marinos que habitan las aguas antárticas así como los ecosistemas marinos adyacentes.
Sin embargo, y a pesar de las crecientes evidencias sobre los múltiples impactos negativos generados por la acelerada expansión de las actividades humanas, así como la expansión de la pesquería del kril y el cambio climático en el ecosistema marino antártico, durante la pasada reunión de la CCAMLR, la Comisión no logró alcanzar el consenso necesario para adoptar las medidas de conservación necesarias para regular la pesquería del kril antártico bajo los mismos estándares que otras pesquerías desarrolladas en el Océano Austral.
Uno de los mayores fracasos de la pasada reunión de la CCAMLR, fue generado por la delegación de Japón.
A pesar de haber acordado en julio pasado la implementación de un sistema de observadores a bordo de la pesquería del kril antártico -requerimiento mínimo necesario para evaluar los impactos de las operaciones pesqueras sobre las especies dependientes de kril y administrar la pesquería acordemente-, durante la reunión de noviembre los intereses nipones decidieron bloquear el necesario consenso para la adopción de esta importante medida de conservación.
“Es sorprendente la posición de Japón que evidencia una falta de sentido y visión a largo plazo, si consideramos que todas las otras pesquerías desarrolladas bajo la CCAMLR cuentan con programas de observadores a bordo y que la sustentabilidad de estas pesquerías depende directamente de la adecuada conservación del kril”, afirmaron Elsa Cabrera y Juan Carlos Cárdenas, miembros de la Coalición para la Conservación del Océano Austral (ASOC) y representantes del Proyecto para la Conservación del Kril Antártico en Chile.
Durante los últimos años, el Comité Científico de la CCAMLR ha recomendado la urgente implementación de observadores a bordo de las embarcaciones pesqueras de kril antártico, debido a la acelerada expansión de esta pesquería, la cual se desarrolla sin las medidas de regulación necesarias para garantizar su sustentabilidad y la conservación del frágil ecosistema marino antártico.
El creciente interés de la industria pesquera por el kril antártico se debe a su utilización para la producción de harina y aceite de kril para suplir de alimento a la salmonicultura.
Adicionalmente, la industria nutracéutica tiene al kril como objetivo principal para la producción de suplementos alimenticios para el consumo humano, ya que es una fuente de Omega 3.
Para Cárdenas y Cabrera, “la acelerada expansión de la pesquería del kril antártico, unido a la incapacidad de la CCAMLR para regular esta industria de la misma forma que lo hace con otras pesquerías desarrolladas en el Océano Austral, no sólo representa una grave amenaza para la efectiva conservación del ecosistema marino antártico sino también para la futura gobernabilidad polar y capacidad de la CCAMLR de cumplir adecuadamente con el mandato de conservación y explotación racional de los recursos vivos marinos antárticos que sustenta la existencia de este acuerdo internacional”.