Con una estrategia a largo plazo, Japón, la nación pro ballenera más fuerte del mundo, está a punto de controlar la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y apresurar la reanudación de la caza comercial de ballenas que ha estado prohibida durante los últimos 20 años mediante una moratoria internacional. Mientras que la población mundial cree que las ballenas se encuentran a salvo de los arpones balleneros, los japoneses han invertido más de una década y millones de dólares en la construcción de una mayoría de votos en la CBI, a través de la compra de votos de países pequeños de Centroamérica, África, el Pacífico y el Caribe.
El tan cuestionado sistema de reclutamiento de votos a cambio de soberanía nacional, podría dar sus primeros resultados durante la próxima reunión de la CBI a realizarse en la isla caribeña de San Kitts, debido al gran número de países comprados actualmente por Japón. Si bien es cierto que la mayoría simple no permitirá a Japón eliminar la moratoria (se requiere ¾ de los votos para enmendar la Agenda de la Convención), si le permitirá reformular la Comisión hacia una comprometida con los intereses japoneses, por ejemplo, eliminando todo el trabajo relacionado a la conservación de ballenas, deteniendo las discusiones sobre bienestar animal y promoviendo el comercio de productos de ballenas.
SUPUESTA CAZA CIENTIFICA
La mayoría simple de votos, obtenida a través de la coerción económica sobre países en desarrollo, también le permitiría a Japón aprobar resoluciones a favor de la supuesta “caza científica de ballenas”, conocida internacionalmente como una fachada para mantener activa las operaciones balleneras y socavar la moratoria vigente.
Considerando que Japón captura anualmente cerca de mil ballenas minke y decenas de ballenas de otras especies en las aguas del Santuario Ballenero Austral, la mayoría simple de Japón en la CBI se convertiría en una gran amenaza para la conservación de poblaciones de ballenas que actualmente son utilizadas de manera soberana mediante metodologías no letales por países del hemisferio sur.
INVOLUCIÓN BALLENERA
Pero quizás lo más preocupante es el retroceso que sufrirá la CBI una vez que Japón tome el control de la Comisión. Durante décadas, el derecho internacional ha evolucionado hacia políticas de participación y transparencia que garanticen la legitimidad de los procesos de decisión. La CBI no ha estado ajena a este proceso y actualmente la mayoría de las decisiones se realizan mediante votación pública. Sin embargo, la mayoría simple obtenida a cambio de la compra de votos significaría que Japón podría alcanzar su anhelado deseo de reinstaurar el voto secreto, imposibilitando a la ciudadanía de muchos Estados conocer la postura de representantes de Gobierno y facilitando el camino para que más naciones apoyen a Japón a cambio de favores económicos.
COMPRA DE VOTOS
A pesar que Japón siempre se ha rehusado a aceptar la moratoria sobre la caza comercial, no fue hasta 1998 que el país asiático inició una estrategia para tomar deliberadamente el control de la organización.
Para alcanzar su meta, Japón promueve la adhesión de pequeños países en desarrollo a la CBI – que no cuentan con una tradición ballenera, y en algunos casos, que ni siquiera son Estados costeros – a cambio de programas de financiamiento pesquero, es decir, a través de la compra de votos.
Los japoneses se han focalizado en dos grupos en particular, los Estados del norte de África y pequeños Estados Isla del Caribe y Pacífico Sur. Como resultado, el número de miembros de la CBI aumentó de 40 a 66 entre el 2000 y el 2005.
De acuerdo a los registros de votación anual desde 1998, el número de países que actualmente apoyan a Japón a cambio de financiamiento pesquero sería 19. Por ejemplo, la República de Guinea que participa en la CBI desde 2000, recibió una suma de US$ 6,5 millones para la construcción de un mercado pesquero en la capital. Estas sumas son considerables y tentadoras para naciones pequeñas que en muchas oportunidades tienen problemas económicos.
El resultado de la cruzada ballenera japonesa en la CBI se ve reflejado en las votaciones. Hace 10 años, el número de miembros activos era 35, y las votaciones eran 11/12 votos a favor de Japón y 22/23 en contra. En contraposición, durante la última reunión en Ulsan, Corea del Sur, la diferencia de votos entre ambos bloques llegó a un voto en algunas ocasiones.
Fuente: Independant News