Tokio, 09 de Abril de 2003 – El pasado 4 de abril, una flota de cinco embarcaciones balleneras arribó al sur de Japón después de cazar durante cinco meses, 400 ballenas minke (Balaenoptera acutorostrata) en aguas del Santuario Ballenero Austral.
A pesar de la actual moratoria sobre la caza comercial de todas las especies de ballenas, bajo las regulaciones de la Convención Ballenera, los países miembros de la CBI pueden auto otorgarse cuotas de caza con supuestos fines científicos. Este resquicio legal ha permitido a Japón continuar cazando ballenas en la Antártica y Pacífico Norte con el fin de mantener activo el mercado interno de carne y productos de ballena.
De acuerdo al gobierno japonés, los programas de caza científica se realizan para reunir información acerca de la distribución y abundancia de las poblaciones de ballenas, y para evaluar el impacto que las ballenas tienen sobre los recursos pesqueros. Luego de promover diversas teorías sobre la necesidad de cazar ballenas para mantener el equilibrio de los océanos, sin resultados positivos, el gobierno nipón ha desarrollado una intensa campaña mundial para responsabilizar a las ballenas del colapso de los recursos pesqueros; un argumento que carece de fundamentos científicos y que sólo es reconocido como válido por las naciones abiertamente balleneras como Noruega e Islandia.
Los programas de caza científica han sido duramente criticados por la comunidad ambientalista internacional ya que sólo sirven de fachada para mantener el mercado local de carne de ballena, la cual es consumida por una reducida elite empresarial y gubernamental debido a su alto precio.
Fuente: CCC; Guardian Unlimited
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