Nuuk, Groenlandia, 23 de octubre de 2024. (Centro de Conservación Cetacea/ Ecoceanos).- El Tribunal de Nuuk, la capital del territorio autónomo danés ubicado en Groenlandia, decidió que Paul Watson (73 años), histórico activista contra la caza comercial de ballenas, se mantenga en prisión provisoria hasta el 13 de noviembre, mientras evalúa su extradición a Japón. Watson enfrenta acusaciones del gobierno y de la industria ballenera debido a su activa oposición a las operaciones de la flota cazadora nipona en los océanos Pacífico, Austral y aguas antárticas.
Esta fue la cuarta audiencia realizada desde su controvertido arresto en julio pasado. La abogada de Watson, Julie Stage, manifestó con firmeza su intención de continuar solicitando su liberación. «Los criterios para mantener a Paul en custodia son insostenibles y no se justifican», subrayó, defendiendo su inocencia.
Paul Watson enfrenta cargos del gobierno japonés, que lo acusa de dañar un barco ballenero que cazaba en aguas de la Antártica, y de haber herido a un miembro de la tripulación en 2010. Sin embargo, la organización Sea Shepherd Francia ha probado que estas alegaciones son parte de un intento de las autoridades asiáticas para amedrentar o silenciar a quienes se oponen a sus controvertidas operaciones balleneras.
Watson fue fundador de la organización Sea Shepherd y protagonizó la popular serie de televisión «Whale Wars», en la que se evidencia sus esfuerzos para detener la matanza ilegal de ballenas de Japón en el Océano Austral.
Cuestionan la acusación de la industria cazadora japonesa contra activista ambiental
El arresto de Watson se produjo de manera sorpresiva cuando su barco John Paul DeJoria, arribó al puerto de Nuuk para reabastecerse en su misión de interceptar a la nueva flota ballenera japonesa, la cual actualmente se encuentra cazando ballenas de aleta en el Pacífico norte. Esto, a pesar de que esta especie se encuentra protegida por la legislación internacional, lo que evidencia el doble estándar en la aplicación de la ley, donde Japón usa su influencia para perseguir política y legalmente a quienes luchan por la defensa de la biodiversidad marina y la justicia ambiental.
Las diversas audiencias en Nuuk se han centrado en la legalidad de la detención de Watson, sin abordar su culpabilidad, ni la solicitud de extradición. La decisión sobre su extradición será tomada por el Ministerio de Justicia de Dinamarca, que actualmente está considerando las implicaciones de este caso.
A pesar de que el ministro de Relaciones Exteriores japonés, Takeshi Iwaya, insiste que la solicitud de extradición “se basa en la aplicación de la ley y no en la caza de ballenas”, esta afirmación sólo intenta enmascarar los verdaderos objetivos de la acusación. Aún más controvertido es el hecho de que el gobierno japonés ha acusado a Watson de haber herido a un miembro de su tripulación con una bomba de mal olor, durante una confrontación ocurrida en 2010. Sin embargo, los abogados de Watson cuentan con evidencia en video, donde se demuestra que el supuesto tripulante herido no estaba en el lugar durante el incidente. Sin embargo, el Tribunal de Nuuk se ha negado hasta el presente a revisar esta evidencia crucial.
Aumentar la presión y movilización ciudadana para la libertad para Paul Watson
Desde su arresto, activistas y defensores del medio ambiente a nivel mundial han expresado su preocupación por el alto riesgo de que Watson enfrente un tratamiento inhumano en las cárceles japonesas. El activista ha solicitado asilo político al presidente francés Emmanuel Macron. Este gobierno ha manifestado que su posición sobre el caso no está definida, aguardando una evaluación de las circunstancias, mientras que figuras internacionales como la científica Jane Goodall han abogado por la protección de Watson, asegurando que su lucha es a favor de una causa justa. “Es un hombre valiente que defiende la vida marina de una industria increíblemente cruel”, afirmó Goodall.
Desde Chile, el Centro Ecocéanos, el Centro de Conservación Cetácea (CCC), el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) y el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) se han sumado a la campaña internacional realizando diversas acciones por la libertad de Paul Watson.
“La historia de Paul Watson es un recordatorio para la ciudadanía y los movimientos socioambientales de la injusticia que enfrentan quienes se atreven a desafiar la expansionista política ballenera de Japón. Su caso subraya la necesidad de una mayor protección para los activistas que arriesgan su libertad en defensa de estos mamíferos marinos y la conservación del océano”, señaló Elsa Cabrera, presidenta del Centro de Conservación Cetacea (CCC).
Para Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecocéanos, indicó que “la lucha por la defensa de la vida en nuestros mares y la protección para los activistas contra la caza de ballenas continúa. Llamamos a continuar movilizándonos y usar las redes sociales para respaldar la campaña de petición de libertad para Paul Watson al gobierno de Dinamarca”.
En la actualidad, Japón, Noruega e Islandia son los únicos países que continúan cazando industrialmente ballenas con fines comercialmente, a pesar de existir una moratoria global desde 1986 para posibilitar la recuperación de estas especies de cetáceos que mayoritariamente se encuentran en peligro de extinción, priorizando su fundamental papel
fundamental para el funcionamiento de los ecosistemas marinos, la mantención de pesquerías saludables y la existencia de comunidades costeras.