A pesar que la evidencia científica demuestra el papel clave que tienen las ballenas en la productividad primaria marina y el secuestro de dióxido de carbono – el gas responsable de la emergencia climática – el gobierno de Japón continúa subsidiando la caza de cientos de estos cetáceos anualmente para abastecer un decaído mercado local.
09 de Abril de 2021 (CCC News) – El gobierno de Japón dio inicio a nueva temporada de caza comercial de ballenas minke, cuando el sábado 3 de Abril cuatro naves zarparon desde las prefecturas de Miyagi y Aomori. A la flota se unirá una quinta nave que zarpará desde Hokkaido. El gobierno japonés planifica matar 120 ballenas minke en las aguas costeras de Sanriku y Hokkaido hasta Octubre próximo.
La caza comercial de ballenas de Japón contraviene la moratoria global adoptada por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 1982 e implementada desde 1986. “En 2018 Japón abandonó la CBI tras fallidos y continuos intentos de imponer unilateralmente su política ballenera a través de la caza ilegal de ballenas bajo el pretexto de `caza científica´ y la compra de votos de algunos países en situación vulnerable del Caribe y África” declaró Elsa Cabrera directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea.
Esta es la tercera temporada de caza comercial que Japón realiza gracias a subsidios estatales tras abandonar la Comisión. “Estas cacerías deberían ser consideradas ilegales, toda vez que la moratoria se aplica también a aguas nacionales y Japón, aunque ya no es miembro activo, mantiene un estatus de observador que le permite continuar influenciando sus intereses al interior de la CBI por lo que debería respetar los acuerdos alcanzados por la mayoría de sus miembros en materia de conservación de cetáceos”, agregó Cabrera.
El Valor de las Ballenas Vivas
Desde hace poco más de una década, las investigaciones científicas han demostrado el papel fundamental que tienen las ballenas vivas en el funcionamiento de ecosistema. Estos gigantes marinos fertilizan las aguas oceánicas gracias a sus fecas, ricas en nitrógeno y hierro, que promueven las floraciones de pequeñas algas conocidas como fitoplancton.
El fitoplancton y las algas marinas son clave para la vida en el planeta. No sólo absorben una cantidad anual de dióxido de carbono (CO2) equivalente a cuatro selvas amazónicas– convirtiéndolas en aliadas clave para la mitigación a la emergencia climática – sino que además son responsables de producir el 50 por ciento del oxígeno presente en el planeta. “Una de cada dos respiraciones que realizamos provienen de las algas, y las ballenas son esenciales para su florecimiento y correcto funcionamiento” afirmó Cabrera.
Además, las ballenas vivas son clave para mantener poblaciones saludables de peces, incluidas especies comerciales. El fitoplancton es la base de la red alimenticia, o red trófica marina, de la cual se alimenta el kril, que a su vez es la principal fuente de alimento de cientos de especies como aves, peces y varias especies de ballenas. Al promover el florecimiento de plancton a través de sus fecas, las ballenas vivas literalmente fertilizan el océano, haciendo posible la vida marina y ayudando a sostener actividades humanas como las pesquerías.
Los servicios brindados por las ballenas vivas fueron valorizados en un estudio del Fondo Monetario Internacional. El reporte afirma que el valor de los servicios directos brindados por una ballena azul viva es de alrededor de 2 millones de dólares anualmente. “El reporte es esencial para poder comprender la real dimensión del daño causado por la ballenería al funcionamiento del ecosistema y sus impactos económicos” aseveró Cabrera.
Deuda Biológica
En 2012, un estudio estimó las ganancias generadas por las actividades de ballenería comercial a nivel global, en 31 millones de dólares. Cabrera añadió que, de acuerdo con el estudio del FMI, “este es el valor de los servicios prestados por 15 ballenas vivas en un sólo año, pero al ser cazadas el océano pierde servicios esenciales para su funcionamiento, el planeta pierde capacidad para mitigar los impactos de la crisis climática, y la humanidad pierde aliados clave para encontrar soluciones basadas en la naturaleza a las múltiples crisis ambientales. Frente a la evidencia científica actual la pregunta que debemos responder ahora es ¿quién paga el daño irreparable al ecosistema ocasionado por la caza de ballenas?”
Fuentes: The Japan Times, Fondo Monetario Internacional, Nature, Centro de Conservación Cetacea.