Hace poco más de doscientos años, las costas de Chile y Perú rebosaban de ballenas franca austral. El legendario Capitán Cook fue uno de los primeros en describir el prodigioso número y tamaño de las ballenas franca austral que habitaban desde Tierra del Fuego hasta el sur del Perú. Sus relatos generaron el interés de balleneros ingleses, quienes fueron los primeros en penetrar las aguas del Pacífico sur oriental en 1789 en busca de estos gigantes marinos, regresando con un cargamento completo de aceite de ballena. Tres años más tarde las costas de Chile y Perú fueron testimonio de la creciente presencia de flotas balleneras norteamericanas, británicas y francesas. Para 1850, la especie ya había sido seriamente diezmada y desde entonces no muestra signos de recuperación.
Desde 2003, el Centro de Conservación Cetacea (CCC) ha trabajado sistemáticamente en generar las condiciones necesarias para que la población de ballena franca austral de Chile y Perú se pueda recuperar, a través del Proyecto Ballena Franca Austral. Hasta ese año se desconocía casi por completo el estado de conservación de la especie y los registros de avistamiento se limitaban a menos de una decena en varias décadas. Pero gracias a la red de avistamiento creada por CCC con el fin de aumentar el número de registros de la especie en aguas chilenas, en 2008 ya se contaba con suficiente información para que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasificara a esta población de ballena franca austral como En Peligro Crítico. ¿La razón? Se estima que sólo quedan unos 50 individuos maduros en las aguas de pacifico sudeste..
Plan para la Conservación de Una Especie en Peligro
Tras esta importante clasificación, el CCC dedicó sus esfuerzos a llamar la atención de la comunidad internacional sobre la urgente necesidad de evitar la extinción de esta población de ballenas. Cuatro años más tarde, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) adoptó un Plan de Conservación y Manejo (PCM) para la especie su rango de distribución (Chile y Perú). El concepto de PCM fue introducido por la CBI para proporcionar a las partes interesadas nacionales, regionales y locales una herramienta flexible que consolida la mejor experiencia científica y de gestión disponible, y que puede adaptarse a las circunstancias individuales. Actualmente existen cuatro PCM en funcionamiento en todo el mundo, que incluyen algunas de las poblaciones de cetáceos más vulnerables, como la ballena gris de Pacifico noroeste, ballena franca austral del Atlántico suroeste, ballena franca austral del Pacífico sudeste y delfín de la plata o franciscana.
Desde su implementación, el PCM para la ballena franca austral del Pacífico sudeste ha logrado importantes avances en los esfuerzos para proteger a esta población En Peligro Crítico, como la implementación de un nuevo programa de monitoreo acústico, la firma de un Memorando de Entendimiento entre los gobiernos de Chile y Perú, y la realización de talleres para el desenmalle de ballenas y atención a varamientos.
El programa de monitoreo acústico tiene como objetivo identificar áreas de reproducción de la especie con el fin de generar medidas orientadas a evitar la extinción y facilitar la recuperación a largo plazo de esta especie en todo su rango de distribución. El programa incluye el registro de sonidos de la especie en seis áreas costeras de Chile y Perú durante un periodo de cuatro años con el fin de obtener un mapeo preciso que indique áreas de concentración de la especie donde se concentrarán esfuerzos de monitoreo e investigación.
Otro desarrollo significativo en este PCM es la firma de un Memorando de Entendimiento entre los gobiernos de Chile y Perú en noviembre de 2018. Esta expresión de alto nivel de compromiso y cooperación destaca la importancia del desarrollo de capacidades y el intercambio de conocimientos, experiencias y datos. Como una declaración formal, binacional, esto ayudará a fortalecer y acelerar otras líneas de trabajo del PCM.
Una de estas líneas es el entrenamiento de respuesta al rescate de ballenas enmalladas en redes de pesca. Éste último constituye una de las principales amenazas para la conservación de las especies de cetáceos y uno de los mayores impedimentos para la recuperación de especies que se encuentran en estado vulnerable. Al respecto, en noviembre 2018 la CBI desarrolló un taller internacional sobre el tema y de atención a varamientos en Lima, Perú.
Para Bárbara Galletti, presidenta del CCC y coordinadora del PCM para la ballena franca austral del Pacífico sudeste de la CBI “Pese a ser una especie que se avista muy cerca de la costa, es muy infrecuente su observación debido al reducido número de individuos. En este sentido, la colaboración de la ciudadanía en reportar los avistamientos de ballenas lo antes posible ha sido y continúa siendo una ayuda fundamental pues permite activar los sistemas de alerta para proteger a cada ballena y obtener la mayor cantidad de información posible”. Galletti afirmó que “la conservación de una especie En Peligro Crítico requiere del compromiso y participación activa de la ciudadanía por lo que invitamos a todos a informarse y participar activamente en la conservación de las ballenas franca austral de Chile y Perú”.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea, Internacional Whaling Commission