La Haya, Holanda. 30 de Junio de 2013 – Australia concluyó el pasado viernes la primera ronda de argumentos orales afirmando que las operaciones balleneras japonesas en Antártica son comerciales y por lo tanto violan la moratoria global sobre la caza comercial ballenas que fue adoptada por la CBI en 1982 y se implementa desde 1987. Al respecto la delegación australiana agregó que el programa de caza “científica” de ballenas en la Antártica, conocido como JARPA II, se orienta a: la producción y comercialización de los productos obtenidos para cubrir los costos del programa; la mantención de las instituciones y personal relacionado a la industria ballenera; y la escala comercial de las capturas basada en intereses de la industria y la capacidad de la flota ballenera.
En relación al artículo VIII de la Convención de la CBI, que permite a los países auto otorgarse cuotas de captura con fines de investigación científica, Australia afirmó que las operaciones balleneras japonesas no cumplen con los requerimientos de la CBI y se enmarcan dentro de lo que la CBI define como caza comercial de ballenas. Por ejemplo, las operaciones balleneras “científicas” se realizan en las mismas áreas de captura utilizadas por Japón antes de la moratoria; la matanza de orienta principalmente a ballenas minke antártica, la misma especie objetivo de Japón durante el final de la ballenería comercial; el programa ballenero se limita a la recolección de una restringida variable de datos sin una hipótesis que valide los objetivos del mismo; y el carácter de las capturas es mantener activo el mercado interno de carne y productos de ballenas.
En la relación a la reducción del numero de ballenas cazadas durante los últimos años por la flota ballenera japonesa, Australia afirmó que esto sólo se debe a la falta de mercado que la carne y los productos de ballena tienen en Japón. Más de cuatro mil toneladas de carne se mantienen almacenadas en gigantescos congeladores debido a la baja demanda. En 2010 el ex comisionado de Japón ante la CBI, Masayuki Komatsu afirmó públicamente que Japón había reducido deliberadamente las ballenas capturadas debido al estancamiento del mercado, lo cual confirma el origen comercial de las matanzas.
A pesar de estos cambios, los objetivos “científicos” de JARPA II se mantienen inalterables, demostrando que para Japón la emisión de permisos especiales no es más que un trámite burocrático sin ninguna relación con la investigación científica, afirmó la delegación australiana.
Agregó que esta no es una posición aislada, puesto que varios países como Alemania, Nueva Zelanda, Estados Unidos, el Reino Unido y los países del Grupo Buenos Aires (países latinoamericanos miembro de la CBI) comparten esta visión y así lo han dejado reflejado en diversas acciones diplomáticas realizadas contra la denominada caza “científica” de Japón. Por ejemplo, en Febrero pasado el Grupo Buenos Aires afirmó en un comunicado conjunto que los límites de captura de JARPA II “claramente apuntan a una operación de naturaleza comercial que carece de cualquier justificación científica”. Durante los últimos ocho años JARPA II ha capturado un total de 3,633 ballenas minke antártica y 18 ballenas de aleta, la segunda especie de mayor tamaño después de la ballena azul y que se encuentra clasificada En Peligro por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Adicionalmente las operaciones balleneras de Japón se realizan en el Santuario de Ballenas del Océano Austral que fue creado por la CBI en 1994 y donde se prohíbe la caza comercial de todas las especies de ballenas, independientemente de su estado de conservación.
Debido a estos factores y los presentados durante los días anteriores (ver resumen Día 1 y Día 2) Australia afirmó que Japón no cumple con la obligación de actuar de buena fe y su accionar constituye abuso de derecho, al utilizar el Artículo VIII para continuar matando ballenas con fines comerciales a pesar de la moratoria. Japón ha ignorado sistemáticamente recomendaciones, lineamientos y cerca de 40 resoluciones adoptadas por la CBI en relación a los programas de caza “científica”, faltando a su obligación de actuar de buena fe y al menos tomar en consideración la opinión de los demás miembros de la Comisión y su comité científico. Por el contrario, Japón se rehúsa a discutir el tema afirmando que se trata de “diferencias de opinión” y que la aplicación del Artículo VIII “no es de incumbencia” de los demás miembros de la CBI. Adicionalmente, Japón no cumple con lo mandatado por la CBI respecto de presentar a la Comisión los permisos especiales de caza “científica” antes de emitirlos, impidiendo que el Comité Científico los pueda revisar.
Finalmente Australia presentó las justificaciones legales de la Corte para validar la jurisdicción de la CIJ sobre la demanda contra Japón por caza “científica” de ballenas.
Tanto las memorias de las partes involucradas como los argumentos orales entregados por Australia durante esta primera ronda están disponibles en el portal web de la Corte Internacional de Justicia.
La próxima ronda se inicia el martes 2 de Julio con la presentación oral del gobierno de Japón y podrá seguirse via online a partir de las 9 a.m. de Chile.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea