Restan pocos días para que representantes cerca de 90 países se reúnan en la ciudad centroamericana de Panamá con el fin de abordar temas tan relevantes como la posible creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur.
A pesar que la propuesta para la creación del santuario de ballenas será sin duda la más importante para los intereses de América Latina, su eventual creación resulta incierta después que en 2011 los países del bloque ballenero sabotearon el proceso de votación tras abandonar la sala, suspendiendo el proceso hasta la próxima reunión que se inicia la próxima semana en Panamá.
La oposición ideológica de países como Japón, Islandia y Noruega a cualquier medida que busque proteger a los cetáceos de las capturas directas ha logrado detener por una década la aprobación de esta importante propuesta que brindaría protección a más de 50 especies de cetáceos en el Atlántico Sur. A pesar que las naciones balleneras son una minoría, desde hace varios años el gobierno de Japón ha consolidado una política de “compra de votos” al interior de la CBI que le permite bloquear propuestas de conservación que requieran el 75 por ciento de los votos de la Comisión, como el santuario.
Uruguay Sin Derecho a Voto
Pero este no es el único desafío que podría enfrentar la propuesta del santuario, que es impulsada por todos los miembros de América Latina que forman parte de la CBI y que es conocido como Grupo Buenos Aires, dado que para que los países puedan votar a favor, deben estar con el pago de la membresía a la CBI al día.
El gobierno de Uruguay mantiene una deuda de cerca de 20 mil dólares que le impide dar su voto a favor de la propuesta. En caso que la propuesta estuviera cerca de contar suficientes votos para ser finalmente aprobada, el voto de Uruguay podría ser crucial para definir el resultado de la votación.
Para evitar que ello pudiera suceder, diversas organizaciones civiles y miles de personas han llamado a través de la prensa y las redes sociales al gobierno uruguayo a pagar su deuda. Pero las autoridades no han respondido positivamente, colocando al país en una incómoda posición en caso que la creación del santuario se pierda por la falta de su importante voto.
Al respecto, Rodrigo García, director de la Organización para la Conservación de Cetáceos de Uruguay afirmó que “”Es desesperante, ver la inmediata respuesta del pueblo uruguayo ante la campaña que hemos realizado en defensa de las ballenas, en comparación con la lenta e inocua respuesta de quienes desde el gobierno deben pagar una deuda, de importancia trascendental y de monto insignificante”
Fuente: Centro de Conservación Cetacea