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Reykiavik, Islandia, 11 de mayo de 2011 – La temporada islandesa de caza de ballenas de aleta, segunda especie de cetáceo de mayor tamaño después de la ballena azul, ha sido suspendida debido al terremoto y tsunami que afectó a Japón en marzo pasado, informó el empresario ballenero Kristjan Loftsson, dueño de la única compañía dedicada a la matanza de esta especie en Islandia (Hvalur).
Sin embargo la noticia podría ser sólo un respiro temporal para las ballenas ya que Loftsson afirmó que “esto no significa que vayamos a detener las operaciones balleneras, sólo vamos a evaluar la situación hasta finales de junio, ya que la caza comercial requiere consumidores y actualmente Japón no es uno de ellos”. El ballenero agregó que la compra de carne de ballena de aleta, la cual también es consumida en Islandia pero en menor medida, se ha paralizado en Japón debido al terremoto, tsunami y posterior desastre nuclear que ha afectado al país asiático durante los últimos meses.
Baja el Consumo pero Aumentan las Exportaciones
La noticia se produce luego que la organización internacional WDCS informara el viernes pasado sobre la exportación de cerca de 300 toneladas de carne de ballena a Japón durante marzo de 2011, casi el doble de la cantidad exportada previamente en abril de 2010 (149 toneladas). La exportación generó los cuestionamientos de dicha organización, que afirma que ésta no sólo viola la prohibición global sobre el comercio internacional de productos de ballenas establecida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES por sus siglas en ingles), sino que realizarla tras el terremoto en Japón genera dudas sobre los motivos de los exportadores”. Esto porque la comercialización de carne de ballena desde Islandia a Japón no ha tenido los resultados esperados desde que se iniciaron en 2008. Las optimistas predicciones realizadas tanto por la industria ballenera como por el entonces ministro de pesca islandés, Einar K. Guðfinnsson, no se han cumplido debido a problemas con la calidad de los productos y la falta de interés de los consumidores japoneses en la carne de ballena de aleta. “Habría que preguntarse si los balleneros islandeses están tratando de sacar ventaja de la tragedia en Japón para construir un mercado para un producto que hasta ahora ha sido muy difícil de comercializar”, afirmó la organización.
Actividad Condenada
Al igual que Japón y Noruega, Islandia aprovecha vacíos legales para continuar con la matanza de ballenas a pesar que desde 1986 la caza comercial de estos mamíferos marinos se encuentra prohibida a nivel global por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), el único organismo internacional encargado de la conservación y manejo de los grandes cetáceos.
La caza de ballenas de aleta por parte de Islandia ha sido duramente criticada por la comunidad internacional. En noviembre pasado el secretario de estado norteamericano, Gary Locke, envío una carta el ministro de pesca islandés, Jon Bjarnason, donde expresaba “la profunda preocupación y fuerte rechazo a la expansión de las operaciones balleneras, en particular, a las amenazadas ballena de aleta”. Antes de 2008, Islandia mataba menos de 10 ballenas de aleta al año, pero en 2009 más de 120 animales fueron capturados y el año pasado el numero de ballenas cazadas volvió aumentar a 148 individuos.
Por su parte, la asociación de cazadores de ballena minke confirmó la semana pasada el zarpe de una de sus embarcaciones, marcando el inicio de la temporada de caza de esta especie. Cuatro ballenas han sido capturadas hasta la fecha, de una cuota anual de 200 individuos para 2011.
Fuente: AFP, fishnewseu.com, Hrefna