24 de Enero de 2011 (CCC News) – Cerca de cincuenta organizaciones de investigación y conservación de ballenas de América Latina y a nivel internacional, realizaron el 06 de diciembre pasado un llamado a los gobiernos de la región que son miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), conocido como Grupo Buenos Aires (GBA), para solicitar el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el GBA, especialmente el rechazo a “caza científica” de ballenas y liderar acciones diplomáticas frente al gobierno de Japón.
Sin embargo a cerca de dos meses de enviada la solicitud ciudadana, Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea de Chile (CCC Chile), informó que “no hemos recibido ninguna respuesta formal de parte de ningún gobierno de la región, así como ninguna señal pública del rechazo de los países de América Latina a la denominada “caza científica” que desarrolla Japón en el Santuario de Ballenas del Océano Austral”.
Desde su creación en 2005, el Grupo Buenos Aires se caracteriza por su fuerte compromiso con la conservación y el uso no letal de las ballenas, y por ser un bloque negociador importante dentro del seno de la CBI.
En 2010 una propuesta ballenera impulsada por Estados Unidos y Japón para eliminar la moratoria sobre la caza comercial y legitimar la “caza científica” en los santuarios de ballenas, fracasó rotundamente gracias al trabajo coordinado del GBA y la oposición de países como Australia, Mónaco y miembros de la Unión Europea.
Pero a pesar que uno de los compromisos reiterados por el GBA es el rechazo a la “caza científica” de ballenas, desde el inicio del denominado proceso de negociación o “reforma” de la CBI en 2008, los gobiernos de la región se han abstenido de realizar protestas diplomáticas contra las operaciones balleneras de Japón en la Antártica, con el fin de generar un buen ambiente para avanzar en las negociaciones. En respuesta a la buena voluntad de los miembros de la CBI, Japón ha continuado matando ballenas en el santuario del Océano Austral, chocó e hizo naufragar una embarcación que protestaba pacíficamente en la Antártica en enero de 2010, negoció un acuerdo ballenero con Estados Unidos a espaldas de los otros miembros de la CBI y mantiene su política de “compra de votos” para tomar el control de la Comisión e imponer a la fuerza su política ballenera.
Para José Truda Palazzo, del CCC Brasil, “resulta preocupante que la falta de coordinación del bloque latino en la CBI impida a la región actuar fuertemente en contra de las acciones unilaterales de Japón sobre poblaciones de ballenas que son vitales para el ecosistema antártico. El silencio de los gobiernos ante este criminal robo podría debilitar la posición de América Latina y fortalecer los intereses balleneros en el Océano Austral, en desmedro de cientos de comunidades de nuestra región que dependen económicamente del bienestar de las poblaciones de ballenas para sobrevivir. Habría que preguntar a nuestros gobiernos las razones del silencio ante tantos abusos de parte del gobierno de Japón”.
Por su parte, Roxana Schteinbarg, coordinadora del Instituto de Conservación de Ballenas en Argentina, expresó: “Reconocemos y valoramos la postura conservacionista de los gobiernos que integran el GBA en la CBI, gracias a la cual se han frenado acciones que hubiesen sido perjudiciales para las ballenas del mundo. La vigencia actual de la moratoria es resultado de la enérgica posición manifestada por estos países durante la última Reunión de este foro realizado en Marruecos. Sin embargo, al mismo tiempo nos alarma que estos mismos gobiernos no hayan hecho público aun su rechazo a la actual presencia de la flota ballenera nipona en aguas del Santuario Ballenero Austral. El rechazo público a esta práctica carente de todo sentido “científico” debe ser absoluto, claro y contundente”.
Por su parte Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecocéanos de Chile, señaló que “El silencio e inacción de nuestros gobiernos es una mala señal internacional que entrega la impunidad al gobierno e industria japonesa para que se sigan comportándose como verdaderos “yakuzas del mar”. El haber logrado conjuntamente que las organizaciones civiles latinoamericanas y el GBA ayudaran a bloquear el intento de eliminar la actual moratoria internacional contra la caza comercial de ballenas durante la reunión de la CBI del 2010, constituye una potente señal sobre el poder y la capacidad que poseen los gobiernos y la ciudadanía Latinoamericana y del Caribe para seguir enfrentando las “políticas de hechos consumados” por parte de Japón, la corrupción de algunos delegados gubernamentales y las negociaciones secretas con gobiernos y algunas grandes organizaciones internacionales a espalda de la ciudadanía mundial. La tarea para el 2011 sigue siendo el impulsar una real modernización de la CBI que la ubique en el siglo 21, basada en la transparencia, participación y control ciudadano, conservación y uso no letal de las poblaciones de ballenas y la defensa de la gobernabilidad en nuestros mares y océanos”.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea, Instituto de Conservación de Ballenas