8 de junio de 2010 – Un reciente estudio científico comprueba que los cachalotes del Océano Austral son fundamentales en la captura de dióxido de carbono.
De acuerdo a la investigadora de la Universidad de Flinders (Austalia), Trish Lavery, “si no fuera por ballenería, hoy tendríamos 120,000 cachalotes en el océano en contraposición a los 12 mil existentes en la actualidad, y estos mamíferos marinos estarían absorbiendo 2 millones más de toneladas de gases responsables del efecto invernadero anualmente”.
Para Lavery “esta es una razón suficiente para detener de manera inmediata las operaciones balleneras”.
Los cachalotes son grandes buceadores y pueden sumergirse a más de mil metros de profundidad para cazar calamares gigantes, principal fuente de alimento de esta especie de cetáceo. Luego, en la superficie del océano, eliminan grandes cantidades de hierro a través de las fecas.
Los nutrientes ricos en hierro que se encuentran en las heces de los cachalotes promueven el crecimiento de pequeñas algas oceánicas, conocidas como fitoplancton, las cuales remueven el carbono de la superficie del planeta a través de la fotosíntesis.
Hasta hace pocos años, se creía que los cetáceos podrían ser emisores de CO2, o en el mejor de los casos, ser especies neutrales en cuanto a la generación de carbono.
Pero Lavery demostró que el círculo virtuoso de estos mamíferos marinos, permite a cada cachalote vivo capturar 25 toneladas de dióxido de carbono al año. En palabras de la investigadora “los cachalotes capturan el doble de CO2 del que producen a lo largo de su vida”.
Adicionalmente, al proporcionar fertilizantes para el fitoplancton, los cachalotes ayudan al fortalecimiento de la red trófica marina y el saludable mantenimiento de otras especies de zooplancton, peces y toda la fauna marina que depende del fitoplancton para asegurar su subsistencia en el océano.
Los resultados de Lavery serán publicados en el Journal Proceedings of the Royal Society y coinciden con la realización de la controversial reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se realiza la próxima semana en Agadir, Marruecos, donde se debatirá la posible reanudación de la caza comercial de ballenas, incluidos los cachalotes.
Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea de Chile y observadora acreditada ante la CBI en la reunión de Marruecos afirmó que “la obstinada promoción del acuerdo ballenero liderado por el presidente de la CBI, la comisionada de Estados Unidos y el comisionado de Nueva Zelanda resulta altamente cuestionable ante las crecientes evidencias del rol fundamental que tienen los cetáceos frente a temas tan preocupantes como el calentamiento global”.
“Los crecientes impactos sociales, ambientales y económicos producidos por el cambio climático evidencian que la comunidad internacional tiene el deber de abordar la conservación de los cetáceos con seriedad y de manera integral, y no rendirse ante intereses y propuestas cortoplacistas que amenazan la vida de las ballenas y del planeta”, concluyó Cabrera.
Durante la reunión de la CBI en Marruecos, el gobierno de Australia promoverá nuevamente una propuesta de modernización de la CBI, que hasta la fecha ha sido inexplicablemente ignorada a pesar de ser la única alternativa con visión de futuro en materia de conservación marina.