18 de enero de 2010 – Un nuevo análisis genético sobre ballena minke antártica desmiente la hipótesis promovida por el Instituto de Investigación de Cetáceos de Japón (ICR por sus siglas en inglés) que sostiene que la población de esta especie en la Antártica ha aumentado de manera desmedida debido a la caza intensiva de otras especies de ballenas de mayor tamaño durante la época de la ballenería comercial.
La ballena minke antártica fue una de las pocas especies de ballena que se salvaron de la masacre indiscriminada que llevó al borde de la extinción a especies emblemáticas como la ballena azul y ballena de aleta, entre otras.
La “hipótesis de superabundancia de kril” postula que la matanza de unos dos millones de ballenas en el Océano Austral durante el siglo XX produjo una enorme sobre abundancia de kril, generando el crecimiento explosivo de otros predadores de kril como la ballena minke antártica.
Como promotor de esta hipótesis, Japón justifica la matanza de cerca de mil ballenas minke antártica al año que son cazadas en las aguas del Santuario de Ballenas del Océano Austral creado por la Comisión Ballenera Internacional en 1994. El ICR afirma que es necesario matar ballenas minke para permitir la recuperación de otras especies de ballenas.
Pero los resultados de una investigación publicados la semana pasada en la revista científica Molecular Ecology, desmienten la “hipótesis de superabundancia de kril”. La investigación revela que las poblaciones contemporáneas de ballenas minke no son “inusualmente abundantes” en comparación a números históricos.
Scott Baker, genetista de la Universidad de Oregon y director asociado del instituto de mamíferos marinos de dicha universidad afirmó que “el estudio revela claramente que la población actual de ballena minke tiene una importante diversidad genética, lo que revela un tamaño poblacional relativamente estable en el tiempo”.
Baker y sus colegas analizaron 52 muestras de carne de ballena minke antártica adquirida en el mercado japonés. Las muestras provinieron de las ballenas cazadas por Japón en el Océano Austral con supuestos fines de “investigación científica”.
Mediante la amplificación y secuenciación de un alto número de genes, los investigadores pudieron estimar el rango histórico del tamaño poblacional necesario para producir y mantener los niveles de diversidad genética encontrados en un solo individuo de ballena analizada.
“Las conclusiones son que la hipótesis de superabundancia de kril no pareciera ser válida en relación a las ballenas minke y que aumentar la caza de ballenas minke asumiendo que éstas compiten por alimento con otras especies de grandes cetáceos es una estrategia sospechosa”, concluyó Baker.
Fuente: e-sciencenews