La carne proveniente de 680 ballenas capturadas por Japón con supuestos fines científicos en las aguas del Santuario Ballenero Austral fue desembarcada el martes 14 de abril en el puerto de Shimonoseki, localizado al sur del país oriental.
El 80% de los productos obtenidos mediante la matanza, realizada por el Instituto de Investigación de Cetáceos (ICR por sus siglas en inglés) con el auspicio del gobierno japonés, serán comercializados en el mercado local, informó el ICR.
Desde la implementación en 1986 de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas adoptada por la mayoría de los miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 1982, Japón ha desafiado la decisión de este foro internacional cazando miles de ballenas con supuestos fines científicos en aguas del Santuario Ballenero Austral.
Actualmente, el programa ballenero de Japón en aguas del Océano Austral incluye la captura anual de cerca de mil ballenas minke y 50 ballenas de aleta, una especie clasificada En Peligro por la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN, 2008).
Para Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea, “la conducta de Japón en la CBI evidencia la urgente necesidad de avanzar hacia la modernización de la Comisión y eliminar la denominada ‘caza científica’ de ballenas, una actividad que el gobierno nipón realiza sin ningún tipo de control sobre estas especies que constituyen una valiosa oportunidad de desarrollo social, económico y ambiental para nuestras comunidades costeras”.
Y agregó que “vivas en las aguas de nuestra región valen mucho más que comercializadas en el mercado local de una súper potencia mundial”.
La CBI se reunió el pasado mes de marzo en Roma, Italia, con el fin de avanzar en el proceso de negociación propuesto por el norteamericano y actual presidente de la Comisión, William Hogarth, que buscaría reducir paulatinamente el número de ballenas cazadas en el Santuario Ballenero Austral a cambio de una cuota de “caza costera” de ballenas en aguas japonesas.
“Esperamos que los miembros de la CBI, en particular los gobiernos del Grupo de Buenos Aires, consideren seriamente el significativo registro de abusos cometidos por Japón en la historia de la Comisión, antes de comprometer el futuro de las poblaciones de ballenas bajo acuerdos que podrían ser difíciles de implementar de manera efectiva en el futuro”, sostuvo Cabrera, quien estuvo presente en la reunión de Roma.
El próximo mes de junio, la CBI se reunirá en la isla portuguesa de Madeira con el fin de avanzar hacia la adopción de acuerdos para definir el futuro de la CBI. Chile, junto a los países de América Latina, conforman el llamado Grupo de Buenos Aires que actúa como bloque a favor del uso no letal de las ballenas.
La carne proveniente de 680 ballenas capturadas por Japón con supuestos fines científicos en las aguas del Santuario Ballenero Austral fue desembarcada el martes 14 de abril en el puerto de Shimonoseki, localizado al sur del país oriental.
El 80% de los productos obtenidos mediante la matanza, realizada por el Instituto de Investigación de Cetáceos (ICR por sus siglas en inglés) con el auspicio del gobierno japonés, serán comercializados en el mercado local, informó el ICR.
Desde la implementación en 1986 de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas adoptada por la mayoría de los miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en 1982, Japón ha desafiado la decisión de este foro internacional cazando miles de ballenas con supuestos fines científicos en aguas del Santuario Ballenero Austral.
Actualmente, el programa ballenero de Japón en aguas del Océano Austral incluye la captura anual de cerca de mil ballenas minke y 50 ballenas de aleta, una especie clasificada En Peligro por la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN, 2008).
Para Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea, “la conducta de Japón en la CBI evidencia la urgente necesidad de avanzar hacia la modernización de la Comisión y eliminar la denominada ‘caza científica’ de ballenas, una actividad que el gobierno nipón realiza sin ningún tipo de control sobre estas especies que constituyen una valiosa oportunidad de desarrollo social, económico y ambiental para nuestras comunidades costeras”.
Y agregó que “vivas en las aguas de nuestra región valen mucho más que comercializadas en el mercado local de una súper potencia mundial”.
La CBI se reunió el pasado mes de marzo en Roma, Italia, con el fin de avanzar en el proceso de negociación propuesto por el norteamericano y actual presidente de la Comisión, William Hogarth, que buscaría reducir paulatinamente el número de ballenas cazadas en el Santuario Ballenero Austral a cambio de una cuota de “caza costera” de ballenas en aguas japonesas.
“Esperamos que los miembros de la CBI, en particular los gobiernos del Grupo de Buenos Aires, consideren seriamente el significativo registro de abusos cometidos por Japón en la historia de la Comisión, antes de comprometer el futuro de las poblaciones de ballenas bajo acuerdos que podrían ser difíciles de implementar de manera efectiva en el futuro”, sostuvo Cabrera, quien estuvo presente en la reunión de Roma.
El próximo mes de junio, la CBI se reunirá en la isla portuguesa de Madeira con el fin de avanzar hacia la adopción de acuerdos para definir el futuro de la CBI. Chile, junto a los países de América Latina, conforman el llamado Grupo de Buenos Aires que actúa como bloque a favor del uso no letal de las ballenas.